Meryl Streep trae un alegato político a Venecia sobre los Papeles de Panamá
- La actriz estadounidense protagoniza The Laundromat: Dinero Sucio, el último filme de Steven Soderbergh
Meryl Streep ha sido la gran protagonista de este domingo en la Mostra de Venecia, donde ha presentado The Laundromat: Dinero Sucio, un alegato político contra la evasión fiscal y el trato de favor a las grandes empresas por parte de los gobiernos a partir del escándalo de los papeles de Panamá.
La actriz estadounidense, que ha llegado al Lido, se ha llevado los mayores aplausos durante la proyección de prensa del filme, dirigido por Steven Soderbergh y en el que Gary Oldman y Antonio Banderas dan vida a los dueños de Mossack Fonseca, el bufete de abogados que protagonizó el escándalo.
La película reconstruye los hechos reales detrás de la filtración en 2016 de 11'5 millones de documentos que detallaban los circuitos financieros que seguían las principales fortunas del mundo para evitar pagar impuestos.
Pero también introduce personajes y detalles ficticios: Streep es una mujer ya jubilada que en sus vacaciones sufre un accidente que le lleva a descubrir una falsa póliza de seguros, que resulta ser el final del hilo de un escándalo mayúsculo.
"La razón por la que los papeles de Panamá salieron a la luz es que hubo periodistas que trabajaron para ello y algunos han muerto", ha recordado la triple ganadora del Óscar, que ha mencionado el caso de Daphne Caruana Galizia, fallecida en 2017 en un atentado con coche bomba perpetrado frente a su casa en Malta.
Soderbergh opta por una comedia negra
En lugar de un thriller político que pudiera esperarse para un caso como éste, Soderbergh opta por una comedia negra con la estructura caleidoscópica que tanto le gusta al director de Traffic.
"Nos pareció que una comedia era el mejor modo de intentar permanecer en la mente del espectador y también una forma de aliviar la complejidad del tema de la actividad financiera", ha explicado Soderbergh, que ha citado como inspiración ¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú de Stanley Kubrick. "No queríamos educar sino entretener".
Los personajes de Mossack (Oldman) y Fonseca (Banderas) actúan como narradores y maestros de ceremonia de lo que Soderbergh convierte en una especie de sainete en varios actos. Le van contado directamente al espectador, rompiendo la cuarta pared, los entresijos de su negocio y cómo operaban.
"Es una broma, sí", ha dicho Streep en referencia a ese tono satírico, "pero una broma que nos han gastado a todos nosotros, esta es una película divertida pero también muy importante".
Tanto el libro del periodista y premio Pulitzer Jake Bernstein en que se ha basado el guion como la película recogen el caso del Estado de Delaware, donde tienen su domicilio fiscal más de 650.000 empresas -casi una por habitante- gracias a una legislación que protege el anonimato y evita el pago de impuestos.
En opinión de Soderbergh, esta clase de corrupción que retrata el filme es, junto con el cambio climático, "el tema clave del momento", cuando la riqueza -ha recordado- está concentrada cada vez en menos manos. "En el año 2000, un puñado de ricos controlaban un tercio de la riqueza del mundo; hoy ya controlan la mitad (...) No es algo que parezca sostenible, la transparencia es la única solución, pero el sistema legal está corrupto en muchas partes del mundo y un ciudadano ordinario tiene pocas posibilidades de denunciarlo o ni siquiera de protestar". En ese sentido, Soderbergh confía en que su película sirva para encender el debate.
Oldman, fan declarado de la televisión, ha mostrado su satisfacción por el hecho de que la película se vaya a ver en Netflix porque llegará a mucha más gente. También Meryl Streep, preguntada al respecto, ha restado importancia al tamaño de la pantalla en que se vea The Laundromat: "Qué importa, yo prefiero la pantalla grande pero hoy a los jóvenes les da igual".