La Fiscalía sostiene que "no hubo ensañamiento" con Gabriel, en contra de lo que sostiene la acusación particular
- Ambos mantienen su petición de prisión permanente revisable para Quezada por el "asesinato" de Gabriel
- Quezada ha utilizado su último turno de palabra para pedir perdón a la familia de Gabriel y a la suya propia
La fiscal Elena Fernández y el letrado que ejerce la acusación particular, Francisco Torre, han mantenido este martes su petición de pena de prisión permanente revisable para Ana Julia Quezada, la autora confesa de la muerte del pequeño Gabriel, por un delito de "asesinato", aunque el Ministerio Público no comparten que hubiera "ensañamiento" en el crimen, como sostiene el abogado de la familia.
En la exposición de sus conclusiones definitivas en la séptima jornada del juicio contra Quezada, Fiscalía y acusación particular han coincidido en la calificación del delito como "asesinato", frente a la visión de la defensa de la acusada que siempre ha defendido que fue "homicidio imprudente o doloso", por lo que la pena sería inferior, solo 15 años.
Para la fiscal, ha quedado "suficientemente acreditado" el delito de "asesinato con alevosía sorpresiva, convivencial y de desvalimiento", con agravante de "parentesco". "El niño no tenía capacidad de defenderse por lo repentino del ataque y por la diferencia de fuerza", ha explicado.
Además, ha señalado que la muerte fue fruto de un plan, porque conocía las rutinas del niño y que ningún familiar iría a la finca de Rodalquilar aquel día. Aún así, ha reconocido que podría haber pasado ese 27 de febrero de 2018 o cualquier otro día que hubiera estado a solas con el niño, pero "ese día se alinean todas las circunstancias" para acabar con su vida.
"Tuvo una actuación fría, meditada, reflexiva, con una intencionalidad perversa. Era consciente de lo que quería hacer y lo ejecutó. Buscó el momento propicio y lo encontró", ha explicado.
Sin embargo, según la fiscal, queda descartado que hubiera "circunstancia de ensañamiento" en la muerte del menor y para ello, se ha basado en el informe de los forenses que realizaron la autopsia al pequeño, que determinaron que murió por "asfixia", ejercida conm "una fuerza desproporcianada y brutal", sin que hubiera agresión previa.
La "inquina" de Quezada hacia el niño y hacia la madre
Aunque ha asegurado que en este caso, el móvil es lo de menos y "solo está en la cabeza" de la acusada, ha afirmado que Gabriel "representaba un obstáculo" para Quezada en su relación con el padre. "Ha quedado acreditada una inquina y una aversión injusta totalmente hacia este niño que lleva a una intencionalidad perversa y consolidada en el tiempo", ha afirmado la fiscal.
La fiscal ha sostenido que la acusada asesinó al niño para "eliminar el vínculo afectivo entre el padre y el niño, que incomodaba a sus planes de relación personal, y para eliminar el vínculo afectivo entre los padres, cuya prioridad era el interés de este niño".
Asimismo reclama diez años más de prisión por dos delitos más por lesiones psíquicas a los padres de Gabriel, ya que durante doce días trató de infundir falsas esperanzas sobre el paradero del niño. También ha subrayado que tenía "inquina y aversión" hacia Patricia Ramírez, la madre del pequeño.
La acusación insiste en el ensañamiento
En cambio, la acusación particular ha insistido en que hubo "ensañamiento" a la hora de matar al pequeño porque, ha afimado, Quezada lo dejó "agonizando" 45 minutos antes de asfixiarlo, y ha defendido que también actuó con premeditación y alevosía.
Para la acusación, Ana Julia Quezada es "una auténtica asesina"y una "sociópata" que "mató haciendo sufrir al niño". Por eso, ha animado al jurado a que "no le tiemble el pulso" a la hora de dictar su veredicto.
"Hay que apartarla de la sociedad", ha insistido el letrado, quien ha dejado caer que probablemente "Gabriel no es el primer niño que mata", en alusión a la muerte por accidente de su primera hija en Burgos.
El abogado Francisco Torre ha incidido en el informe pericial de los médicos peritos que testificaron este lunes y en el que se resalta que el pequeño tenía "dos hematomas" que, a su juicio, los forenses no tuvieron en cuenta para determinar cómo fue el proceso de la muerte.
"Los médicos forenses no ven el proceso por el que una persona se va apagando hasta que muere, ven al muerto, pero no cómo acaba esa persona", ha recalcado. A su parecer, esas lesiones van más allá de las derivadas de la propia muerte por asfixia mecánica.
También la acusación particular ha querido subrayar que la acusada nunca colaboró, pues incluso se negó a contestar a algunas preguntas de la instrucción sobre el crimen.
Además, ha considerado que ha quedado acreditado asimismo la comisión de dos delitos contra la integridad moral por el comportamiento que mantuvo la acusada durante los doce días de búsqueda de Gabriel en los que estuvo asegurando a los padres que el niño iba a aparecer. En este sentido, ha comparado el caso de Gabriel con el de Marta del Castillo en el que se falló que hubo esa "humillación" a los padres.
Para la defensa, no fue premeditado
Por su parte, la defensa de Ana Julia Quezada, el letrado Esteban Henández Thiel, siempre ha sostenido que fue un "accidente" y que para nada su defendida preparó el crimen del pequeño, por lo que ha pedido que sea considerado "homicidio imprudente grave", o en todo caso, "homicidio doloso". En cualquier caso, la pena máxima a la que se enfrentaría Quezada en ese caso sería de quince años de prisión.
"Si fuera premeditado, fue la mayor chapuza", ha subrayado, pues considera que cavar una fosa de solo 10 centímetro, donde no cabe bien el niño, o dejar la pala y el hacha en la finca de Rodalquilar no responde a un plan premeditado para deshacerse del niño.
Según el abogado de la defensa, todas las pruebas presentadas en el juicio corraboran la versión de Ana Julia Quezada de que fue accidentak. "Había mil formas de matar a Gabriel si hubiera querido. Todas las pruebas apuntan a una actuación imprevista, no planificada, no meditada y si fuera un asesinato, sería de lo más chapucero", ha señalado.
La defensa ha aprovechado también para dibujar el perfil de una mujer que no tuvo "una vida fácil" y que"no tiene antecedentes policiales y penales". Además, ha recordado que la muerte de su hija fue "accidental", como certificaron los investigadores del caso, y ha reprochado a la acusación particular que lo usara "torticeramente".
El letrado, que ha presentado un nuevo escrito, ha considerado también que concurren algunas atenuantes: de confesión, de arrebato y de haber actuado "bajo la influencia de las drogas", y que todas las lesiones que la acusación particular dice que causó a los progenitores de Gabriel no fueron intencionadas, sino solo con el fin de "evitar ser descubierta".
Sobre los delitos de lesiones psíquicas a los padres de Gabriel, la defensa ha comparado el caso con el de Antonio Bretón, el padre que mató a sus dos hijos en Córdoba, y a quien solo se le condenó por asesinato y no por lesiones psíquicas a la madre, cuando quedó constatado que acabó con la vida de sus hijos para hacer daño a la mujer.
Ana Julia Quezada pide "perdón"
En su último turno de palabra, al que tiene derecho el acusado, Ana Julia Quezada ha aprovechado para pedir una vez más perdón a los padres y demás familiares de Gabriel, así como a su propia familia por lo que hizo al pequeño.
"Quiero pedir perdón a los familiares de Gabriel, a sus padres, y a todas las personas a las que haya podido hacer daño con mi acción. Quiero pedir perdón a mi hija y a mi familia, y a todo el que se haya podido sentir mal por lo que hice", ha dicho entre sollozos.
Al igual que ya hiciera el día de su declaración en el juicio, Ana Julia Quezada se ha pasado la sesión entre lágrimas, en especial cuando presentaban sus conclusiones la Fiscalía y la acusación particular sobre cómo se había producido la muerte del pequeño Gabriel.
Precisamente, cuando era el turno del letrado Francisco Torre, este ha llegado incluso a quejarse a la presidenta del tribunal alegando que no se podía concentrar por los sollozos de la acusada, lo que ha hecho que la jueza instara a Quezada a calmarse.
"Pido pedón a toda España y solo espero que dios me perdone", han sido las últimas palabras de Quezada antes de que la jueza decrete la finalización del jucio a la espera de entregar al jurado este miércoles el objeto del veredicto.