Bruce Springsteen: el 'héroe de la clase trabajadora' cumple 70 años
- Repasamos la trayectoria del rockero estadounidense, una de las figuras más destacadas de la historia de la música pop
- En los 70 cimentó una fama a nivel mundial pero la publicación en 1984 de Born in the USA le convirtió en fenómeno de masas
Bruce Springsteen es, sin duda alguna, una de las figuras más relevantes del panorama musical del último medio siglo. El rockero estadounidense, que este lunes cumple 70 años, ha ofrecido más de 2.700 conciertos en los cinco continentes, grabado 19 álbumes de estudio y vendido cerca de 65 millones de discos, lo que le sitúa entre los 15 artistas más vendedores de la historia de la música pop.
Pero también nos ha mostrado un lado humano que pocas veces hemos podido entrever en un artista de su nivel. Desde enseñar su perfil más frágil en su autobiografía Born to run -donde cuenta la tormentosa relación con su padre o sus episodios de depresión-, hasta grabar discos intimistas y poco comerciales en momentos clave de su carrera -Nebraska, The ghost of Tom Joad, Devils & dust- o embarcarse en proyectos impredecibles y muy personales, como su larga serie de conciertos-monólogo en Broadway o su reciente puesta de largo tras las cámaras en Western star, un documental sobre la gestación de su último disco que se acaba de estrenar con éxito en el Festival de Toronto.
Bruce Springsteen (New Jersey, 1949) sintió la llamada de la música el día que vio a Elvis Presley en su mítica aparición en el programa de Ed Sullivan, un momento que en su autobiografía califica de su particular 'big bang'. Pero sería ya en los 60, con el descubrimiento de The Beatles, cuando tuvo claro a lo que se iba a dedicar y convenció a su madre, Adele, para que le comprara su primera guitarra eléctrica, con la que inició su carrera en conjuntos locales como The Rogues o The Castiles.
El músico fue labrándose un nombre más allá de la escena de New Jersey -sobre todo como guitarrista, un aspecto que muchos aficionados desconocen- gracias a su participación en bandas como Earth o Steel Mill, en la que ya figuraban futuros miembros de la E-Street Band como Danny Federici, Vini Lopez y Steve Van Zant.
Sin embargo, su capacidad para escribir canciones llamó la atención de Columbia Records, quien le propuso grabar un disco en solitario. Así nació Greetings from Asbury Park, N.J. (1973), un trabajo en el que, a pesar de sus influencias evidentes -The Band, Bob Dylan, Van Morrison-, se descubre una voz y un estilo propios evidentes en temas como "Spirit in the night", "Growin' up" o "Blinded by the light".
Pocos meses después vio la luz The Wild, the Innocent & the E Street Shuffle, su segundo álbum. Aunque las críticas siguieron siendo positivas, su acogida comercial no estuvo a la altura de su predecesor, pese a contener temas como "Rosalita (Come out tonight)", "4th of July, Asbury Park (Sandy)" o "The E Street shuffle".
El futuro del rock and roll
El paso definitivo llegó en mayo de 1974, cuando el crítico musical John Landau vio en directo a Springsteen y su banda y publicó en The Real Paper una crítica que incluía una frase que pasó directamente a la historia: "He visto el futuro del rock and roll y se llama Bruce Springsteen".
'The Boss' y Landau se hicieron íntimos y juntos coprodujeron Born to run (1975), el disco que situó a Bruce Springsteen en la primera división del rock and roll. No podía ser de otra forma con canciones como la que da título al álbum, "Thunder road" o "Jungleland", que siguen siendo parte imprescindible de su repertorio.
Es en esta época cuando el grupo de músicos habituales que acompañaba a Springsteen se convierte en un conjunto más o menos estable, bajo el nombre de The E-Street Band, con la presencia de nombres como Clarence Clemons, Roy Bittan, Max Weinberg o Garry Tallent, a quienes con el paso del tiempo se unirían otros como el citado Steve Van Zant o Nils Lofgren, conformando la que muchos consideran la mejor banda de rock and roll de la historia.
A finales de 1975 el grupo actuó por primera vez fuera de Estados Unidos, en una breve gira europea (tres únicos conciertos: Londres, Ámsterdam y Estocolmo) con un objetivo fundamentalmente promocional. Su compañía llevó desde España a varios músicos y periodistas al concierto en el Hammersmith Odeon londinense, lo que dio a conocer a Bruce Springsteen por estos lares iniciando un idilio que se mantiene en la actualidad.
Problemas legales
Pero su gran éxito no tuvo la continuidad esperada debido a los problemas legales que Springsteen tuvo con su antiguo mánager, Mike Appel -puesto que había ocupado John Landau-, lo que le impidió durante dos años entrar en el estudio de grabación. Resuelta esta circunstancia, el músico pudo registrar Darkness on the edge of the town (1978), otra obra maestra, aunque con un tono más oscuro que Born to run, fruto sin duda de los avatares personales por los que había tenido que transitar durante su período de gestación. "Prove it all night", "Badlands", "The promised land" o el propio tema título son muestras del altísimo nivel de la grabación.
La E-Street Band se sacó la espina con una de sus giras más míticas, que les llevó a ofrecer más de un centenar de conciertos por Estados Unidos y Canadá a lo largo de 1978, uno de cuyos shows, el que ofrecieron el 19 de septiembre de 1978 en el Capitol Theatre Passaic de New Jersey, acaba de ver la luz de manera oficial -durante muchos años el concierto circuló en una grabación pirata, la más famosa entre los fans de 'The Boss'-.
Es en esta época cuando Springsteen empieza a ofrecer conciertos maratonianos, de tres y hasta cuatro horas de duración, en el que el repertorio varía cada noche, incluyendo peticiones del público. Para cualquiera que haya podido ver en directo al rockero estadounidense sabe que es una experiencia única, difícilmente repetible por otros artistas, cuyos espectáculos van medidos al milímetro, sin apenas espacio para la improvisación.
En 1980 llegó otra de sus obras capitales, The river, un disco doble que alterna rock and roll festivo y de corte optimista ("Sherry Darling", "Two hearts", "Hungry heart") con otros cortes más oscuros e intimistas ("Point black", "Drive all night") que conforman otra cumbre en su discografía.
Pero, por encima de todo, destaca el tema título, ese intenso e inigualable "The river", que Springsteen dedicó a su hermana y a su cuñado y que nos cuenta la falta de expectativas de la juventud estadounidense de aquel momento, finales de los 70. Un tema que le confirmó como un auténtico 'héroe de la clase trabajadora', papel que sigue ejerciendo para las diferentes generaciones.
La gira posterior trajo por primera vez al artista a España: el 21 de abril de 1981 cuando 'The Boss' actuó en el Palacio de los Deportes de Barcelona, que desde aquel momento se convirtió en uno de sus destinos favoritos.
En total, Springsteen ha actuado en España en 51 ocasiones, por delante de otros países europeos como Italia o Francia y solo por detrás de Reino Unido y Alemania. No solo la Ciudad Condal o Madrid han podido disfrutar de su música: también otras ciudades como San Sebastián, Gijón, Bilbao, Sevilla, Santiago de Compostela, Valladolid o Benidorm.
Fenómeno de masas
Plenamente confirmado como gran estrella mundial, los años 80 convirtieron a Springsteen en un fenómeno de masas. A pesar de la publicación en 1982 de su disco más personal hasta la fecha, Nebraska -que tuvo una mala recepción comercial-, dos años después batió todos sus récords con la edición de Born in the USA, su trabajo más vendido, con 30 millones de copias despachadas en todo el mundo.
A pesar de que en su momento se quiso ver como un vehículo de propaganda de la era Reagan -el propio mandatario republicano quiso utilizar el tema título en sus mítines-, lo cierto es que "Born in the USA" -la canción- es una nueva reividicación de la clase humilde, en este caso de los soldados que regresaron de Vietnam olvidados por su gobierno.
Pero el disco era prácticamente un grandes éxitos de principio a fin, con temas legendarios ("Dancing in the dark", "Cover me", "Glory days"), aunque con una producción muy ligada al sonido más ochentero, como dictaba la moda del momento.
Pero como es habitual en su carrera, su siguiente paso no siguió la senda fácil y, en lugar de ahondar en la línea iniciada por su predecesor, en 1987 publicó Tunnel of love, un disco más introspectivo que, a pesar de tener éxitos como "Brilliant disguise" o el tema título, volvía en algunos tramos al sonido más personal, lejos del brillo rockanrolero de su predecesor.
También ofrecía, desde la misma portada, una imagen de madurez que se trasladaba a los surcos del vinilo -entonces aún era el formato mayoritario-. Es en esta época en la que está ambientada la recién estrenada Blinded by the light, una película que cuenta la fascinación que ejerce la música de 'The Boss' en un adolescente que aspira a ser escritor.
E-Street Band, punto... y seguido
La gira volvió a ser un éxito clamoroso, aunque supuso un punto y aparte en la carrera del cantautor, quien decidió prescindir de la E-Street Band en sus siguientes proyectos.
Se sucedió así una de las etapas más oscuras de la carrera de Springsteen, con su traslado a Los Ángeles, la publicación de discos poco inspirados (Human touch, Lucky town) grabados con músicos de sesión; el Oscar logrado en 1994 por la canción "Street of Philadelphia", parte de la banda sonora de la película Philadelphia; o la publicación de otro de sus discos acústicos, The ghost of Tom Joad, mal recibido por el público pese a su alto nivel artístico.
Como no podía ser de otra forma, Springsteen y la E-Street Band estaban condenados a volver a encontrarse y en 1999 llevaron a cabo una gira de reunión, que terminó desembocando en 2002 con la publicación de The rising, inspirado en los atentados del 11-S y en el que el rockero de New Jersey volvía a contar con sus viejos socios para recuperar su sonido más clásico.
Desde entonces, Bruce Springsteen se ha instalado en una rutina casi incansable de trabajo, con la grabación regular de discos (más o menos inspirados) y giras kilométricas que agotan el papel allá por donde pasan. Quizá uno de sus momentos más complicados fue la muerte en 2011 de Clarence Clemons, el saxofonista de color que se convirtió en uno de los músicos más populares de su banda y al que rinde homenaje cada noche durante la interpretación de "Tenth Avenue Freeze-Out".
A sus 70 años, y viendo su pasión por el trabajo, parece complicado pensar en la jubilación de Bruce Springsteen, a pesar de que en los últimos años esté interesado en explorar nuevas vías. Pero, a pesar de que con su último disco no ha salido de gira, fans de todo el mundo esperan que 'The Boss' vuelva a poner la maquinaria en marcha y ofrezca una nueva serie de conciertos multitudinarios, un terreno en el que, hoy por hoy, Springsteen sigue siendo el rey.