'La ola verde' por despenalizar el aborto en Argentina lleva su causa a San Sebastián
- Juan Solanas presenta en el festival su vibrante documental La ola verde (que sea ley)
Cuando el Congreso argentino aprobó despenalizar al aborto en junio de 2018, el cineasta Juan Solanas sintió la necesidad de retratar el vibrante pulso de las movilizaciones en la calle. Quedaba pendiente la aprobación del Senado y decidió filmar un documental con una premisa: solo lo terminaría si la ley se caía en la segunda votación. Que fue exactamente lo que ocurrió en agosto.
Así que Solanas ser armó para grabar durante seis meses más una película sobre la movilización fracasada, los políticos y, sobre todo, las víctimas de una ley que considera “completamente anacrónica”. La ola verde (que sea ley) se estrenó directamente en Cannes, donde los pañuelos verdes que simbolizan la lucha inundaron La Croisette. Los mismos pañuelos, inspirados en los de las madres de Plaza de Mayo, se anudan ahora en San Sebastián.
“La película la hizo sobre todo para los que están en contra, para decirles: cuidado, defendiendo salvar dos vidas, se obtienen más muertes. Las estadísticas muestran que cuando el aborto es legal, la mortalidad cae a cero. Y además hay menos abortos. Es decir, si estás en contra, empeoras el problema”, resume el director en una entrevista para RTVE.es.
Un rótulo demoledor abre el metraje: de las 320 millones de mujeres que habitan Latinoamérica, solo un 8% puede interrumpir libremente su embarazo. En la película, el movimiento feminista muestra su esperanza porque considera que, tarde o temprano, la región entrará en “el siglo de las mujeres”.
Su documental es enardecedor por momentos. “No conocía las manifestaciones y me fascinaron, me parecieron luminosas. Tenía en la cabeza el modelo de manifestación testosterónico, que acaba en violencia y enfrentamiento con la policía. El movimiento feminista pide a la policía que no venga, que ellas se encargan de la seguridad. Y así sucedió cuando se votó en contra: hicieron llamamientos de calma. Es una manera de militar bella y superior”.
Solanas da voz también a las manifestaciones en contra de la despenalización. También a movimientos religiosas que abogan por cambiar las cosas como las teólogas feministas o los Católicos por el derecho a decidir. Y extrae los discursos más emocionantes de largas sesiones parlamentarias.
Pero, básicamente, retrata el perfil más afectado: mujeres jóvenes y pobres."Hay un testimonio de una familia que vive en un paraje lejos de todo. Tras un aborto, acude al hospital porque tiene septicemia. Los médicos sabían que tenían que intervenir y la dejaron esperar toda la noche, agonizando. Fue atroz. A la mañana la operan, pero se muere. Es terrible".
Solanas, aunque se define “esperanzado”, alerta: “Siento que justamente esa lucha, la llamada cuarta ola feminista que está logrando cosas tan importantes, produce una reacción en contra: una ola reaccionara que atraviesa el mundo. En EE.UU, Francia, Italia o aquí en España, donde leí declaraciones increíbles de Vox diciendo que la violencia de género no existe. Son tiempos extraños y hay que estar muy vigilantes".