Émile Bravo: "Nunca dibujaría a Spirou empuñando un fusil"
- El francés publica La esperanza pese a todo, un cómic ambientado en la II Guerra Mundial
- “Es la historia de cómo Spirou se convierte en el héroe que todos conocemos”, asegura
En 2009, casi coincidiendo con el 70 aniversario de Spirou (1938), Émile Bravo decidió resolver todos los misterios que permanecían sobre el origen del personaje en el maravilloso Diario de un ingenuo (Dib>buks), en el que, entre otras muchas cosas, nos contó cómo conoció a Fantasio y a Spip o por qué va vestido de botones; además de que fuimos testigos de su primer amor. Una joya que se convirtió, inmediatamente, en el origen oficial del personaje.
Ahora, diez años después, el dibujante nos ha presentado, en Madrid, La esperanza pese a todo (Dib>buks), donde completará esos orígenes de Spirou. “Es la historia de cómo Spirou se convierte en el héroe que todos conocemos –asegura-. En el primer álbum despertamos al niño y ahora haremos que sea consciente del mundo que le rodea”.
“La trama –añade- se desarrollará en cuatro álbumes que corresponderán a los cuatro años de ocupación nazi en Bélgica, más o menos. Y también es una forma de contar a los niños y adolescentes cómo fue la guerra para los civiles. Me parecía muy interesante contarles cómo la humanidad se enfrenta a la barbarie. Aunque lo he intentado hacer de forma muy objetiva”.
“Por eso –nos avanza- mi intención es que esta historia concluya justo antes de la primera y famosísima aventura larga de Spirou, que dibujó Franquin: Hay un brujo en Champignac”.
Una historia en la que prevalece la esperanza
En cuanto al título, La esperanza pese a todo, Émile asegura que: “La historia comienza en 1940 en Bélgica, durante la ocupación nazi. En ese momento parecía que Hitler iba a triunfar y que iba a crear un nuevo mundo con una ideología muy distinta. Pero incluso en ese momento en el que todo parecía perdido, los humanistas mantuvieron la esperanza. De ahí el título”.
“No olvidemos que, al final, habría 60 millones de muertos –añade-. En este primer tomo todavía estamos al principio de la guerra pero ya reflejo el caos que reinaba”.
Émile asegura que su intención no es retratar los combates ni a los combatientes: “No es una historia bélica sobre el frente o sobre los actos de guerra, sino sobre la humanidad, sobre la gente que vivió la ocupación. Porque ser un héroe no es combatir, sino comportarse como un ser humano en estos momentos tan complicados”.
“Y Spirou –añade- todavía es un niño. Nunca le dibujaría empuñando un fusil ni va a matar a nadie. Spirou no puede matar y Fantasio tampoco. En estos periodos históricos, no perder la humanidad matando a otros también significaba ser un héroe”.
"Spirou y fantasio son muy diferentes entre sí"
En el cómic veremos que Spirou y Fantasio toman posturas muy diferentes frente a la ocupación nazi y que Fantasio incluso parece simpatizar con ellos. “Quería recuperar esa primera etapa de Franquin en la que Spirou y Fantasio eran completamente diferentes entre sí. Luego ambos acabaron siendo héroes muy parecidos. Pero al principio Fantasio era muy fantasioso, un poco loco”.
“Por eso –asegura Émile- he vuelto a los inicios cuando Spirou era mucho más humano y sentía más empatía por los demás, fruto de una educación católica; es casi como un boy scout. Mientras que mi Fantasio es un tipo un muy loco, incontrolable. Ese contraste entre ambos es lo que a mí me hacía reir de niño y lo que he querido recuperar”.
“Por eso –concluye- intento que durante esta aventura, spirou se convierta en un héroe y Fantasio tome conciencia de las cosas poco a poco, al ser ambos testigos de momentos históricos tan duros, durante los que se produjeron tantas injusticias. Y como, en el fondo, tiene buen corazón, al final se volverá más humano. Acabará pensando más en los demás que en sí mismo”.
Pero el que Fantasio parezca sentir simpatía por los nazis es una cosa premeditada: “He intentado ser lo más objetivo posible a la historia. Y en aquel año, 1940, nadie podía sospechar que los aliados pudieran ganar la guerra, ya que Rusia simpatizaba con los nazis, los americanos estaban a lo suyo y los ingleses parecían derrotados y solos frente a la Europa ocupada”.
“Además –continúa- hoy sabemos lo que pasa en el extranjero porque compartimos la información. Pero en esa época la gente no sabía lo que pasaba fuera de sus fronteras. Si no tenías una conciencia política no sabías lo que era el nazismo. Incluso para los franceses su enemigo en esa época no eran los nazis sino los alemanes en general, los que habían perdido la I Guerra Mundial. Eran enemigos simplemente por ser alemanes, independientemente de su ideología. No sabían lo que eran los nazis”.
“Me interesa mucho ese tema y durante años hablé con muchos supervivientes –añade-. Buscaba gente que hubiera combatido en la guerra pero la mayoría no lo había hecho. Hablé con gente que ni siquiera llegaron a ver a los alemanes. Pero la mayoría sí recordaba que habían pasado “hambre y miedo”. Y eso, de lo que se ha hablado tan poco, es lo que quería contar en esta historia. No sobre los combates ni los héroes, sino sobre como vivía la gente normal”.
“Aquí nos encontramos a Spirou y Fantasio, sin trabajo ni dinero y pasando hambre –nos comenta-. Por eso, cuando a Fantasio le proponen ir a Alemania, y desconociendo lo que eran realmente los nazis, su primera elección es aceptar. Como hicieron cientos de miles de belgas y franceses. Incluso los nazis devolvían a un prisionero por cada tres franceses que trabajaban para ellos, por lo que muchos consideraban que estaban haciendo un acto patriótico”.
“En esa época no era tan fácil distinguir entre los malos y los buenos. Lo único que sabían es que los nazis les habían ocupado y que tenían que sobrevivir” –concluye-.
El primer amor de Spirou
Los tres grandes personajes del cómic europeo (Tintín, Astérix y Spirou) siempre han sido célibes. Aunque en Diario de un ingenuo Spirou se enamoraba de una joven. Un personaje que, aunque no aparece en este tomo, está presente durante toda la historia.
“Si Spirou tiene más consciencia de lo malos que pueden ser los nazis –asegura Émile- es porque tiene una amiguita a la que tienen presa y que, encima es judía y comunista. Y aunque él no es consciente de lo que es ser nazi, ni judío, ni comunista, si es consciente de que los nazis son los enemigos de su amiga. Y como la quiere, los nazis son sus enemigos. Pero no es algo político sino de intuición”.
¿Volveremos a ver a la amiga de Spirou en los próximos álbumes? “Sabremos lo que ha pasado con ella pero como nosotros tenemos la perspectiva histórica, nos podemos esperar lo peor. Por eso pasaremos una gran angustia durante toda la historia”.
Una historia que también servirá al autor para explicar por qué no ha habido grandes amores en la vida de Spirou. “Ella es el gran amor de Spirou, la que le abrió los ojos, le hizo crecer y entender lo que era realmente el mundo. Un mundo con otros países y otros pensamientos. Le abre al amor y creo que el amor es la primera emoción que sentimos todos. Enamorarte de alguien te hace preocuparte más de los demás que de ti mismo. Te vuelves mucho menos egoísta que en la niñez. Y creo que siempre queda algo del primer amor”.
Preguntamos a Émile si, después de tantas décadas, no cree que Tintín, Astérix y Obélix tendrían también que echarse alguna novia. “Creo que Spirou es un personaje muy atractivo, muy guapo, no como Tintín cuya cabeza parece una bola o Astérix y Obélix. Ninguno de los tres se aparece como un sex-symbol. Pero desde siempre he visto a Spirou como un chaval muy guapo. De adolescente pensaba que si hubiera sido tan guapo como él habría tenido más éxito con las chicas.
“Lo peor -añade- es que en el mundo de Spirou, al igual que en los de Tintín y Astérix, tampoco ha habido muchas chicas. El único personaje femenino destacado en las aventuras clásicas de Spirou era Secottine, una guapa y valiente periodista que se relacionaba mucho más con Fantasio, mientras que Spirou la miraba con recelo. Y ahora descubriremos que eso era porque Spirou siempre pensaba en otra chica”.
Spip será una de las grandes sorpresas
En cuanto a Spip, la ardilla de Spirou, la vemos pululando durante todo el álbum pero sin hacer gran cosa. “Esa va a ser una de las grandes sorpresas de la historia –comenta Émile- Aquí es muy discreta pero tiene la llave de lo que va a venir. Será una gran sorpresa”.
También vuelven a aparecer los niños amigos de Spirou de Diario de un ingenuo. “Esa pandilla de chavales son sus amigos. Representan el principio mismo de Spirou, que nació como la mascota de una revista de cómic. Y él será el que agrupará a los niños, les subirá la moral y les guiará. Es una forma de hablar de los niños que están adoctrinados por los adultos, a los que intentamos meter ideas en la cabeza. Y es lo que denuncia Spirou, porque pienso que lo más importante no es adoctrinar a los niños sino ayudarles a desarrollar su libre albedrío”.
Émile nos avanza que esta volcado por completo en esta saga de cuatro tomos que espera terminar en dos o tres años. El segundo está previsto para febrero de 2020. Y ya estamos impacientes por leerlo porque este primero ya es uno de los mejores cómics de este 2019.