Penélope Cruz: "Un actor no puede trabajar con su ego"
- La actriz recibe el Premio Donostia y presenta La red avispa
Penélope Cruz es la actriz más joven en recibir el Premio Donostia. Cuando se lo anunció el director de festival, casi le cayó como un mal augurio. “Como soy como un personaje de Almodóvar, empecé a pensar si me iba a pasar algo malo”, reconocía entre risas.
Pero no hay duda del merecimiento para alguien que ya atesora no solo los premios Oscar, Bafta, Goyas o Donatello, sino además honoríficos como el César francés.
Cruz presenta en San Sebastián La red avispa, la película de Oliver Assayas sobre la historia real de contraespionaje cubano infiltrado entre la disidencia de Miami durante los años 90, y donde interpreta a la mujer de uno de los espías. “Interpretar con acento cubano ha sido una de los cosas más difíciles que he hecho porque es uno de mis favoritos”, ha reconocido.
Y tiene con qué compararlo. Su trayectoria en Hollywood está marcada por los personajes hispanos. “Al comienzo de mi carrera en EE.UU., si me daban un papel de colombiana o brasileña casi tenía que convencer al director de que no podía hablar con mi acento. Decían que no se iba a distinguir. Pero claro que sí y eso, definitivamente, está cambiando”.
Han pasado 25 años de la primera visita de la actriz al festival de San Sebastián, con la generacional Todo es mentira. Pese a sus 45 años, su trayectoria es ya la de una veterana y ha relacionado su disciplina profesional a los valores de su familia. “Es algo que le debo a ellos y a lo que me inculcó 17 años de ballet clásico. Llegué al cine con una actitud casi militar: trabajar las horas que haga falta. Era parte del trabajo y de sentirse agradecido con un trabajo”, ha recordado.
Cruz ha rememorado su salto atlántico. “Mi historia nunca fue al de coger la meta y billete sin vuelta. Hice una prueba en España para Stephen Frears (en Todos los caballos bellos) y me ofreció el personaje. Durante los primeros años estaba yendo y volviendo porque tampoco quería dejar de trabajar en España ni en Europa. Y por suerte es lo que he podido hacer”.
Todavía quedan objetivos por cumplir: dirigir una película. “Lo digo todo los días desde que tengo 16 años. Al primero que se lo dije fue a Almodóvar y ya tengo 45 años y todavía no me he atrevido. No me ha dado tiempo lo cual es también una buena señal”
No es difícil adivinar que sería una gran directora de actores. “De pequeña jugaba sola a ser otras personas. Sentía mucha libertad. No era para escapar de mí misma, era algo que unía más a mí. Un actor no puede trabajar mucho con su ego. Para trabajar un personaje se hace a través de la comprensión y empatía. El actor no puede juzgar a las personajes”.
Y, volviendo a los acentos, retos ya marcianos. “Trabajar con Farhadi (Todos lo saben) fue otro nivel de exigencia, una de las experiencias más intensas de mi vida. Y me ha dicho que quiere hacer una película conmigo en farsi. Tiene el sueño loco de que puedo hacerlo”.