Chanel, la moda sobre el tejado de zinc
- La casa francesa recrea los tejados de París en su nueva pasarela
- Una youtuber se 'infiltra' entre las modelos en el carrusel del desfile
Una librería, una playa, una estación de esquí, una estación de tren, un bosque... Chanel sorprende con cada desfile transformando su pasarela en escenarios sorprendentes. Todo comenzó con Karl Lagerfeld, capaz de meter la Torre Eiffel en el Grand Palais, y ahora es su sucesora, Virginie Viard, la que retoma esa costumbre porque ya es una tradición en la casa.
Ahora han reproducido los tejados y azoteas de París para que las modelos caminaran con la colección de primavera y verano de 2020. “Los tejados de París me recuerdan la atmósfera de la Nouvelle Vague. Vi siluetas caminando por los tejados y pensé en Kristen Stewart interpretando a Jean Seberg y todas las actrices que Gabrielle Chanel vistió”, dice Viard que ha hecho desfilar a sus modelos junto a azoteas, ventanas y chimeneas. Entre ellas, famosos rostros como Kaia Gerber y Gigi Hadid que ha tenido que lidiar con la espontanea que se ha colado en el carrusel final. Una infiltrada que se ha hecho viral y que se trata de la youtuber y actriz cómica Marie Benoliel.
Pero lo importante es la colección. Tras la muerte de Lagerfeld se mira con lupa el trabajo de Viard que parece querer desligarse, de forma sutil, del legado del alemán y así poder explorar otros caminos. Lo vimos en la colección anterior y ahora se aprecia mucho mejor ese cambio, ese giro estético que ofrece un nuevo armario a la mujer Chanel.
Una mujer más joven, fresca, relajada y más urbana. El patrón es más cómodo, menos estructurado y menos encorsetado, para proyectar una silueta más grácil y ligera. No faltan, por supuesto, los códigos de la maison, la herencia de Coco Chanel, que ahora se actualizan con Viard buscando otras formas de expresión. El logo se estampa con ganas, buscando quizá gustar a esa clienta casi adolescente, carne de Instagram, que adora el marquismo.
La consigna es gustar a las nuevas generaciones y mantener fieles a las clientas de siempre, que cada vez se sienten más jóvenes. Por eso se manejan polos opuestos pero que encajan muy bien y conviven con respeto y elegancia. En la primera fila se sientan Carole Bouquet y Cardi B. Dos iconos de estilo, dos mujeres separadas por el tiempo pero unidas por la famosa casa de moda: eterna, imperecedera, atemporal, inmortal.
Hay prendas en tweed, por supuesto, pero se muestran mezcladas con camisetas y vaqueros (como en los 90). El denim -tejido estrella de las pasarela y ahora ya de la calle- ayuda a restar seriedad a la propuesta, y lo mismo hacen las superposiciones. Esa sa dualidad generacional se aprecia también en la rivalidad entre bordado y estampado, falda y pantalón, chaqueta y abrigo, negro y color...
Los preceptos de Mademoiselle Coco -con un potente discurso feminista- vuelven a ponerse de moda: su minimalismo, el gusto por el negro, los pantalones, la masculinidad evidente... Viard los retoma y los rehace al gusto del siglo XXI pero introduce golpes de color, tejidos y formas ochenteros que dinamizan la colección. Hay una clara vuelta a los clásicos de la casa, hay un claro homenaje a la fundadora, a la mujer que cambió las reglas y creó todo un universo estético que hoy sigue vigente.
No es nada fácil que esto ocurra. Solo hace falta ver los trabajos que casas con historia presentan intentando lograr lo que consiguen Chanel o Dior. Quizá Viard, como hizo Lagerfeld, supo encontrar la fórmula mágica: el orgullo. Chanel puede, pero sobre todo quiere, presumir de su legado, de su historia, de sus iconos.
Miu Miu, Lacoste y Louis Vuitton completan la jornada en el extenso calendario de París que termina el 1 de marzo y pone fin a la temporada de desfiles importantes.