Boris Johnson propone que Irlanda del Norte mantenga las normas de la UE transitoriamente para desencallar el 'Brexit'
- El primer ministro remite a Bruselas la que ha calificado como su “oferta final” para evitar un Brexit sin acuerdo
- Bruselas ha reconocido "avances positivos" en el texto presentado, aunque advierte de algunos "puntos problemáticos"
El primer ministro británico, Boris Johnson, ha remitido este miércoles a Bruselas la que ha calificado como su última oferta para desencallar el Brexit, una propuesta que prevé mantener las normas comunitarias para el tráfico de mercancías en Irlanda del Norte durante un período transitorio para evitar una frontera dura en la isla, eliminando así la controvertida salvaguarda irlandesa, y que deberá ser aprobada por el Parlamento autónomo norirlandés para entrar en vigor.
Los detalles del plan, que Johnson ha esbozado en el último día del congreso del Partido Conservador aunque sin desvelar todos sus extremos, se encuentran en una carta enviada de manera oficial al presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y ahora debe ser examinada por los Veintisiete. "La alternativa es que no haya acuerdo, y eso no es lo que queremos [...] pero estamos listos", ha advertido Johnson, quien ha reiterado en su discurso ante sus correligionarios que, si no se acepta, Reino Unido saldrá de la Unión Europea el 31 de este mes: "Vamos a hacer el Brexit".
En un comunicado tras hablar por teléfono con Johnson, Juncker ha reconocido "avances positivos" en el texto presentado por el Gobierno británico, aunque ha advertido de "puntos problemáticos" sobre los que se deberá trabajar en los próximos días. El presidente de la Comisión Europea se ha referido a aspectos como "el delicado equilibrio" que protege el Acuerdo del Viernes Santo y las normativas aduaneras. "La Comisión evaluará ahora el texto legal de forma objetiva, bajo nuestros ya conocidos criterios", ha dicho Juncker.
En la misiva, Johnson critica que la salvaguarda que su antecesora, Theresa May, acordó con los Veintisiete para evitar una frontera dura en Irlanda -y que permitía que Irlanda del Norte siguiera unido indefinidamente a las normas comunitarias si no se acordaba una nueva relación entre Reino Unido y la Unión Europea- era, en realidad, un "puente" hacia la futura relación que ella quería establecer con el bloque comunitario.
El nuevo líder tory, sin embargo, no desea que el Reino Unido esté tan "integrado" en las estructuras comunitarias como ella pretendía, sino que aspira a firmar un acuerdo de libre comercio que le permita "retomar el control" completo de su política con terceros países. "En esas circunstancias, la cláusula propuesta [para Irlanda del Norte] es un puente hacia ninguna parte y debemos encontrar un nuevo camino", recalca en su misiva a Juncker.
Un período transitorio para Irlanda del Norte
Por ello, su propuesta parte de la eliminación del controvertido backstop: "El compromiso que nosotros proponemos suprime la llamada salvaguarda, incluida en el anterior acuerdo de salida", explica Johnson, en un texto encabezado con el título Un compromiso razonable y justo.
Sin la salvaguarda, la oferta de Johnson consiste en que Irlanda del Norte se mantenga alineada con las regulaciones del mercado único, pero tan solo en lo referente a la libre circulación de mercancías, lo que evitaría que se levanten barreras fronterizas entre las dos Irlandas, tal como exigen los acuerdos de paz firmados en 1998.
"Este área emilinaría todos los controles regulatorios para el comercio de bienes y servicios entre Irlanda del Norte e Irlanda al asegurar la regulación de los productos en Irlanda del Norte es la misma que en el resto de la UE", indica la carta.
Con este sistema, el papeleo necesario para importar y exportar bienes a través de la frontera irlandesa, el único límite terrestre que habrá entre el Reino Unido y la UE tras el Brexit, se haría de manera "electrónica". "Estamos proponiendo que todos los procesos aduaneros necesarios para cumplir con los regímenes comerciales del Reino Unido y la UE deberían tener lugar bajo unas bases descentralizadas", señala la oferta británica.
"No tendremos controles en la frontera, o cerca", recalcaba Johnson poco antes de enviar la carta en su discurso final ante la conferencia del Partido Conservador, en Manchester, al tiempo que insistía en que "respetaremos el acuerdo del Viernes Santo".
La última palabra, en manos de Belfast
En cualquier caso, la propuesta estipula que Irlanda del Norte debe abandonar la unión aduanera comunitaria cuando el Reino Unido rompa sus lazos con la Unión Europea, una vez transcurrido un periodo de transición, aunque no especifica plazo alguno. En este sentido, el acuerdo alcanzado con Theresa May fijaba el 31 de diciembre de 2020 como límite para acordar la nueva relación y poner fin al período de transición, si bien esa fecha se fijó pensando que Reino Unido abandonaría la Unión Europea en marzo de este año.
Ahora, después de dos prórrogas del Brexit, esos límites son difusos y, según publicaba este martes el diario The Telegraph, la propuesta de Johnson preveía que Irlanda del Norte mantenga una "relación especial" con la Unión Europea hasta 2025.
La clave de la iniciativa, en cualquier caso, es que el Parlamento autónomo norirlandés deberá dar su visto bueno a ese arreglo antes de que entre en vigor, así como ratificar su aprobación cada cuatro años. "El área regulatoria debe depender del consentimiento de quienes están afectados por ella"; reza la propuesta enviada a Bruselas, que añade: "Esto es esencial para que los acuerdos por los que una parte de Reino Unido aceptaría las reglas de una entidad política distinta sean aceptables".
En última instancia, esa capacidad de decisión es imprescindible para que los unionistas del DUP, cuyos diez diputados en Londres son esenciales para los conservadores, hayan dado su visto bueno a la propuesta. En este sentido, el primer ministro británico se ha comprometido en su discurso a proteger "nuestra preciosa unión entre el Reino Unido e Irlanda del Norte".
El camino, de todas maneras, está lejos de quedar allanado: Johnson debe ahora convencer a los Veintisiete, así como al Parlamento de Westminster, y todo ello antes de que acabe el mes. De lo contrario, está obligado por ley a pedir una prórroga, algo contra lo que se ha pronunciado en numerosas ocasiones.