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Elecciones en Portugal

El socialista António Costa gana sin mayoría absoluta y la ultraderecha entra por primera vez en el Parlamento

  • Costa obtiene el 36,60% de los votos y se queda sin mayoría absoluta por lo que tendrá que buscar apoyos
  • La abstención marca nuevo récord y supera el 44% registrado en las legislativas de 2015

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António Costa gana las elecciones en Portugal, aunque sin lograr mayoría absoluta

El primer ministro de Portugal, el socialista António Costa, ha logrado este domingo el apoyo de los electores para una segunda legislatura en la que tendrá que volver a buscar socios políticos, al quedarse al borde de su ansiada mayoría absoluta, según los resultados oficiales con el 100% de los votos escrutados, en una jornada marcada por una abstención récord, superior al 45%.

Costa se saca la espina y gana por primera vez unas legislativas -su primer gobierno se basa en una alianza de izquierda que desbancó al centroderecha, ganador de las elecciones en 2015- con datos rotundos: ha reunido el 36,6% de los votos, a nueve puntos del segundo más votado, el PSD (centroderecha).

En unos comicios empañados por la alta abstención, que ha llegado al 45,5%, y la entrada de la ultraderecha en el Parlamento, los socialistas mejoran sustancialmente sus 86 diputados actuales y llegan hasta los 106, a apenas diez de la mayoría absoluta que nunca pidieron explícitamente, pero siempre sugirieron en los actos del partido.

Se le escapa por tanto a Costa la posibilidad de volar solo, aunque sale de los comicios muy reforzado para las negociaciones que deberá afrontar para conseguir apoyos que le dejen tener un Ejecutivo en minoría, como ha ocurrido en esta legislatura.

La izquierda, con resultados diferentes

Una opción será volver a pactar con la izquierda que le sostiene desde 2015 -y con la que la relación está llena de roces-, el marxista Bloco de Esquerda y la CDU, la alianza del Partido Comunista Portugués y Los Verdes, con resultados desiguales.

Por un lado, la euforia del Bloco con el 9,47% de los votos. Es ligeramente inferior al 10,19% obtenido hace cuatro años, lo que no le ha impedido encarecer su respaldo a los socialistas, a los que proponen un pacto revisable año a año para aprobar Presupuestos.

En la otra orilla, el desaliento de comunistas y verdes, que lamentan que "los intereses de los trabajadores salgan debilitados" de esta cita tras lograr el 6,19%, dos puntos menos que hace cuatro años.

Si repetir la alianza con esta izquierda se complica, la tercera opción es el partido animalista PAN, que pasa del 1,39% de los votos en 2015 al 3,28% conseguidos este domingo, lo que le permite pasar de uno a cuatro diputados.

La ultraderecha entra por primera vez en el Parlamento

A ellos se suma la irrupción de tres nuevos partidos, cada uno con un diputado: el ultraderechista Chega -primera vez que una fuerza entra al Parlamento desde la llegada de la democracia a Portugal-, Iniciativa Liberal, y Livre, de izquierda.

Ajenos al crecimiento de la diversidad del hemiciclo, la fiesta socialista se desató en cuanto se publicaron los sondeos a pie de urna, que venían a confirmar no solo una victoria esperada, sino que traía además el derrumbe de la derecha.

"Derrota histórica", ha sido una frase repetida por dirigentes del PS, exultantes ante la caída del PSD, que obtiene un 27,9%, su resultado más bajo desde 1983 y se deja doce escaños, aunque su líder, Rui Rio, ha sostenido que el resultado era similar al de hace cuatro años.

"No alcanzamos el objetivo, pero no es la gran derrota que muchos preveían, esa gran derrota no existió", ha negado Rio, quien considera que este domingo el partido ha dado "un paso al frente para reconquistar la confianza" de los portugueses.

El CDS-PP pasa de 18 a 5 diputados

Peor suerte que el PSD ha corrido el democristiano CDS-PP, que en una sola noche cae al 4,3% de los sufragios (pasa de 18 a 5 diputados) y pierde a su líder, Assunção Cristas, quien ha anunciado que dimite y que convocará un congreso extraordinario para elegir sucesor lo antes posible.

"Asumimos el resultado con humildad democrática", se ha limitado a apuntar Cristas, que ha abandonado el cuartel general del partido antes de que acabara el escrutinio.

Su precipitada salida en coche anunciaba un fin de ciclo para la derecha portuguesa tradicional, impotente durante buena parte de la legislatura al perder el discurso de la eficaz gestión económica frente a un Partido Socialista que encadenaba excelentes resultados macroeconómicos.

Su caída coincide con la llamativa entrada del ultraderechista Chega, un partido que se presentaba por primera vez a unas legislativas y que consigue escaño, algo impensable hace cuatro años.

El lento recuento ha finalizado pasada la medianoche, a espera de los resultados de las grandes ciudades, Lisboa y Oporto, que han guardado hasta el final la incógnita de veinte diputados claves para determinar si los 10,8 millones de electores daban la mayoría absoluta a los socialistas.

Los próximos pasos para formar gobierno en Portugal

El primero en actuar ahora será el presidente de Portugal, Rebelo de Sousa, que debe convocar a los líderes de los partidos para compartir impresiones sobre eventuales alianzas y tomar una decisión sobre a quién encargar un Gobierno, según establece la Constitución portuguesa.

La Carta Magna, sin embargo, no impone plazos para esta tarea, que suele ser una mera formalidad, puesto que la costumbre es que el jefe de Estado encargue Ejecutivo al vencedor.

Una vez escuchados los líderes políticos, el presidente nombrará formalmente a un primer ministro, a partir de lo cual empezará a correr el reloj.

En paralelo, los 230 diputados del Parlamento tomarán posesión con la primera reunión de la Asamblea de la República, en la que también se procederá al nombramiento del presidente de la Cámara. No hay plazos definidos para este procedimiento, pero se espera que ocurra a finales de octubre.

Tras el nombramiento, el primer ministro tiene un plazo máximo de diez días para conformar su gabinete y presentar ante la recién conformada Asamblea de la República su programa de Gobierno, que recoge las líneas maestras de actuación para la próxima legislatura.

Su Ejecutivo se confirmará -y entrará en funciones- siempre y cuando no se oponga la mayoría absoluta de la Cámara, es decir, 116 diputados.