'Esclavos de Franco', la historia de los republicanos condenados a campos de "trabajo"
- Chesus Calvo nos cuenta la odisea de un republicano al que obligan a trabajar “reconstruyendo España”
- “Esos recintos, sirvieron de inspiración para los campos de concentración nazis”, asegura Chesus
Todos recordamos a los prisioneros obligados a construir el Valle de los Caídos, pero ese no fue el único campo de prisioneros. Hubo varios en los que los presos republicanos fueron obligados a trabajar para “reconstruir España”, a cambio de reducciones en su condena. Unos lugares que sirvieron de inspiración a los nazis para sus famosos campos de concentración. Es el escenario que ha elegido el aragonés Chesus Calvo (Zaragoza, 1966) para el cómic Esclavos de Franco (GP Ediciones).
“El cómic –asegura Chesus- cuenta la historia de Julián, al que veremos intentar sobrevivir en un campamento de prisioneros, desde el día que es capturado hasta que consigue huir cruzando la frontera. Intercalados, veremos una serie de flash-backs en los que somos testigos de cómo era su vida justo antes del estallido de la Guerra Civil Española”.
Pero… ¿Qué era el Patronato Central de Redención de Penas? “Se puede decir –nos comenta el autor- que era un sistema por el que se ofrecía a los prisioneros rebajar su "condena" a cambio de trabajos, que consistían básicamente en reparar los destrozos de la guerra. A cambio también recibían un salario "simbólico".
“Sirvieron de inspiración a los campos de concentración nazis”
Preguntamos a Chesus si el campo se basa en alguno real: “Ha sido intencionado el no situar el campo en un sitio concreto, aunque es cierto que el campo del que más información he encontrado ha sido el de Miranda de Ebro, sobretodo en el aspecto gráfico. No he usado el del Valle de los Caídos porque cuando empecé a buscar información, encontré más de los otros campamentos”.
En cuanto a las condiciones de vida de esos presos, Chesus asegura que: “Por lo que yo he leído, las condiciones eran lamentables. Dormían hacinados en literas, unos junto a otros. Comían una vez al día, después de una larga jornada de duro trabajo... “
Unos recintos que, además, pudieron dar ideas a los Nazis: “Parece ser –afirma Chesus- que altos mandatarios alemanes visitaron los campos para ver cómo funcionaban, y que sirvieron de "inspiración" a lo que posteriormente se convirtieron en campos de concentración”.
Los protagonistas
El protagonista es Julián, un joven soldado republicano que intenta huir a Francia, cruzando los Pirineos, en los últimos días de la Guerra Civil. Antes de logarlo resulta herido y, al despertar, descubre que ha sido condenado a 20 años. Una pena que le ofrecen rebajar a cambio de trabajar “reconstruyendo España”.
“Mi intención en todo momento –asegura Chesus- es que el protagonista fuera una persona de lo más normal, con una familia normal, en un pueblo normal, con quien yo me pudiera identificar, de manera que pudiera reflejar cómo alguien común sin quererlo se tuvo que vestir de uniforme y tomar un arma en sus brazos y disparar”.
En cuanto al resto de personajes, Chesus nos comenta que: “Una de las cosas que descubrí es que estos campos estaban llenos de prisioneros extranjeros, brigadistas internacionales. Así que, para contar esto, incluí un personaje real, Frank Ryan, oficial y periodista irlandés que participó en la Guerra Civil española”.
“Es imposible no emocionarse”
Preguntamos a Chesus que se siente al dibujar una historia tan dura: “Creo que es imposible no emocionarse, puesto que siento, como he comentado antes, que es una historia muy cercana, que le podía haber ocurrido a cualquiera de nosotros si hubiéramos nacido hace 100 años”.
Por eso el dibujante asegura que: “Es necesario recordar estas cosas. Deberíamos aprender de la historia y no repetir errores del pasado”.
En cuanto a sus fuentes de información para la historia, Chesus nos comenta que: “Han sido varias, entre otras el libro Esclavos por la patria de Isaías Lafuente o una web que hablaba del campo de Miranda. También buceando por Internet encontré muchas fotos, tanto de campamentos y prisioneros, como de uniformes, vehículos o armas. Hoy en día, es rápido y fácil documentarse sentándose delante del teclado de un ordenador”.
Destacar también su cambio de estilo para adaptarse a la historia: “Si conocéis mis anteriores trabajos –afirma-, veréis un cambio de estilo, que era necesario para mostrar la historia que quería contar. La trama pide un estilo más cercano a la realidad, alejándose del anterior de línea-clara. Debo decir que he disfrutado mucho con este cambio y desde el primer momento me he encontrado cómodo”.
Por último, Chesus Calvo nos avanza sus proyectos: “Tengo ya un guion esperando encima de la mesa, de David Terrer, basado también en hechos reales. La historia se sitúa en Zaragoza, a principios del siglo XX, coincidiendo con la Exposición Hispano-Francesa de 1908. ¡Ya tengo ganas de empezar!”