La pobreza severa crece en España: cuando la mejora económica no llega a todos
- En España 2,5 millones de personas sufren privación material severa, según la Red Europea contra la Pobreza y la Exclusión
- El Indicador Europeo de Pobreza y Exclusión Social (AROPE) baja hasta el 26,1%, el séptimo peor de la Unión Europea
Este jueves es el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, un problema con cifras alarmantes en España: 2,5 millones de personas viven en la pobreza severa, el 5,4% de la población. Un dato que sube por primera vez en tres años.
Un cuarto de la población (12 millones) está en riesgo de pobreza o exclusión social. Y más de la mitad de los españoles tiene alguna dificultad para llegar a final de mes.
Es el desolador panorama del informe presentado por la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social (EAPN) que analiza los datos disponibles en Eurostat y el INE entre 2008 y 2018, y nos sitúa por encima de la media europea en casi todos los indicadores.
Y eso se traduce en que, a pesar de que otros indicadores económicos como el PIB suban, hay millones de personas que no pueden encender la calefacción en invierno o comer carne, pollo o pescado al menos cada dos días; ni tienen capacidad para gastos imprevistos o para comprar una televisión o un teléfono móvil. Ni siquiera tener trabajo aleja la pobreza de nuestros hogares. Familias monoparentales, mujeres, niños y mayores de 65 años tienen mayor riesgo de pasar dificultades.
"La crisis no ha generado la pobreza, la ha hecho más intensa y más extensa, porque ya teníamos una gran mochila anterior y hay que ver cómo se revierten estas situaciones, incluso las de antes de la crisis" explica Carlos Susías, presidente de EAPN.
El Estado de la Pobreza 2019
La sección española de la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social ha presentado este miércoles en el Senado su 9º Informe sobre el Estado de la Pobreza. El principar indicador sobre el tema es el AROPE, que contabiliza las personas afectadas por al menos uno de estos problemas: pobreza monetaria, situación de privación material severa o que viven en viven en hogares con muy poca intensidad de trabajo.
Entre 2008 y 2014 los índices de pobreza se dispararon. Comenzó después un lento descenso que en 2018 se ha frenado: el indicador europeo de pobreza y exclusión social (AROPE, que registra también la intensidad de empleo en los hogares ) baja menos de medio punto, hasta el 26,1%. Doce millones de personas en el precipio.
La tasa AROPE de España es la séptima más alta de todos los países de la Unión Europea, sólo superada por Bulgaria, Rumanía, Grecia, Lituania, Italia y Letonia.
En el conjunto de la UE, se confirmó una tendencia a la baja con una tasa del 21,7% de media: 109 millones de europeos están amenazados por la pobreza o la exclusión social, según recoge Eurostat.
El año 2008 marcó el comienzo de una crisis que para algunos no ha acabado: el informe destaca que la reducción de la pobreza ha sido mínima este último año y se encuentra solo ocho décimas por debajo de su máximo histórico. Y la privación material severa se ha incrementado hasta el 5,4%, lo que significa que hay un 50% más de personas viviendo en la pobreza extrema en España que en 2008 (2,5 millones).
"Este indicador es especialmente grave porque hace referencia a las personas que no pueden alimentarse adecuadamente, es el ejemplo más gráfico de que las peores situaciones de las personas no se afrontan", ha alertado Carlos Susías.
Mujeres y niños
La brecha de género que se aprecia en el mundo laboral se refleja claramente en los indicadores de pobreza recogidos por este estudio: el AROPE desciende más fácilmente entre los hombres y se sitúa en el 25%. Las mujeres están dos puntos por encima.
Las mujeres registran las tasas más elevadas no solo en este índice combinado, también en privación material severa, baja intensidad de empleo en el hogar, pobreza severa y todas las variables relativas al mercado de trabajo.
Tener hijos también es un factor de riesgo de pobreza o exclusión: los hogares donde hay niños o adolescentes tienen tasas más altas que aquellos en los que sólo hay adultos. Y especialmente preocupante es la situación de los hogares monoparentales: la mitad de los padres o madres que se ocupan en solitario de sus hijos están en riesgo de pobreza.
Precariedad laboral
Otro de los índices analizados muestra que el 55,3% de los españoles tiene algún tipo de dificultad para llegar a final de mes y vive al límite de sus posibilidades.
Tener trabajo no es ya garantía de tener cubiertas todas las necesidades básicas: la tasa de pobreza entre las personas con trabajo se sitúa en torno al 14% desde el año 2014. No cualquier trabajo protege de la pobreza: ha aumentado considerablemente el trabajo a tiempo parcial, hay bajos salarios y contratos cada vez más cortos. La precariedad condena a los trabajadores a la pobreza.
"El desempleo no define a la pobreza; dentro del grupo más numeroso está el de las personas empobrecidas con empleo, nos debe hacer reflexionar, disponen de un empleo remunerado, pero cuyo salario no les permite disponer de los recursos necesarios para satisfacer sus necesidades básicas", ha destacado el presidente de esta red que agrupa a más de 8.000 entidades sociales, Carlos Susías.
Norte y Sur
La desigualdad territorial se hace evidente en este informe, que muestra una España dividida en dos mitades: las regiones del norte tienen tasas bajas en los indicadores de pobreza y exclusión y homologables con los países más desarrollados de la UE.
Por el contrario, las comunidades autónomas del sur muestran tasas muy elevadas, que pueden llegar a ser hasta 30 puntos porcentuales más elevadas que las del norte.
Si cogemos el indicador principal, el AROPE, las tasas más bajas son las del País Vasco y Navarra, con el 12,1% y el 12,6% respectivamente, y las más altas se registran en Extremadura (44,6%) y Andalucía (38,2%).
Cómo actuar
El EAPN apunta una conclusión clara en este informe: la mejoría económica no repercute por igual a toda la población. “Mientras que a las personas con alto poder adquisitivo la salida de la crisis les ha costado dos años, las personas en riesgo de pobreza se mantienen en esa situación de riesgo más de 9 años después", ha dicho su presidente.
En los últimos cuatro años (2014-2018) un crecimiento del PIB de 3.840€, que equivale al 17,5%, sólo consiguió una disminución de siete décimas en la tasa de pobreza.
España incumple claramente los compromisos adquiridos en el marco de la Estrategia Europea 2020, que incluían reducir en 1,5 millones el número de personas en riesgo de pobreza y exclusión social, algo absolutamente inalcanzable con las cifras actuales.
Entre las propuestas del organismo para intentarlo está establecer un sistema de rentas mínimas e incidir especialmente en las 30.000 personas sin hogar de nuestro país.