Tusk asegura que ya existen las "bases" de un acuerdo para el 'Brexit' entre Bruselas y Londres
- "En teoría, todo debería estar claro en siete u ocho horas", ha indicado el presidente del Consejo Europeo
- Boris Johnson también habla de una "oportunidad de asegurar un buen acuerdo", aunque no está cerrado
El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, ha asegurado este miércoles, en vísperas de la cumbre de líderes europeos que debe abordar el Brexit previsto para el 31 de octubre, que ya existen las "bases" para un acuerdo entre Londres y Bruselas que permita una salida ordenada de Reino Unido de la Unión Europea, aun cuando persistan flecos en la negociación que se resolverán en las próximas horas.
"Las bases fundamentales de este acuerdo están listas y, en teoría, podríamos llegar a un pacto mañana", ha declarado Tusk al canal de televisión polaco TVN24. "En teoría, todo debería estar claro en siete u ocho horas", ha indicado. En esta tesis han ahondado el presidente francés, Emmanuel Macron, y la canciller alemana, Angela Merkel, que creen que el acuerdo "se está finalizando".
Los equipos negociadores de Londres y de Bruselas llevan reunidos todo el día, intentado apurar las posibilidades de cerrar un acuerdo que permita evitar un Brexit duro el próximo 31 de octubre y que pueda ser sancionado por los líderes europeos este jueves. "Las negociaciones están en curso, todo va bien, pero todo es posible con nuestros socios británicos", ha dejado caer Tusk.
"Ayer por la noche estaba dispuesto a apostar por ello... Hoy otra vez han surgido ciertas dudas en el lado británico", ha explicado el presidente del Consejo Europeo, que es el encargado de convocar este jueves y viernes a los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintiocho. Por su parte, el portavoz de Downing Street ha señalado que el primer ministro británico, Boris Johnson, ha trasladado a su gabinete que existe "una oportunidad de asegurar un buen acuerdo", aunque no está cerrada y quedan asuntos pendientes.
A vueltas con la frontera irlandesa
Porque, más allá de que Reino Unido y la Unión Europea alcancen un acuerdo e incluso de que los líderes le den su visto bueno este jueves, el gran obstáculo sigue siendo que el Gobierno británico tiene que someter cualquier pacto a la aprobación del Parlamento, donde Boris Johnson sigue sin tener asegurado el respaldo de una mayoría. Eso mantiene abiertas todas las posibilidades: un acuerdo in extremis, que no haya acuerdo o que se decida una nueva prórroga.
En concreto, Johnson necesita el respaldo de los unionistas norirlandeses del DUP, cuyos diez diputados en el Parlamento de Westminster son reacios a cualquier fórmula que implique separar de facto a Irlanda del Norte del resto de Reino Unido para evitar que el Brexit vuelva a levantar una frontera dura en la isla de Irlanda que reavive la violencia sectaria.
Para salvar ese obstáculo, que ha sido el principal escollo durante toda la negociación del Brexit y que acabó por abocar al fracaso a Theresa May y a su acuerdo, Johnson propone sacar a Irlanda de Norte de la unión aduanera europea, aunque manteniendo las reglas comunitarias para el comercio de bienes, fundamentalmente productos agroalimentarios, y estableciendo controles en el mar de Irlanda y en los aeropuertos.
Esa solución, pese a su complejidad técnica, parece que podría ser aceptada por el DUP siempre que se permitiese al Parlamento de Stormont autorizar su establecimiento y su continuidad, como había prometido el primer ministro al presentar su propuesta. Sin embargo, Bruselas es, a su vez, reacia a ceder algo similar a un poder de veto a un parlamento que no ha sido capaz de acordar un gobierno para Irlanda del Norte desde enero de 2017.
Apurar las negociaciones
En ese tira y afloja se encuentra ahora la negociación, con Johnson diciendo que el acuerdo está "casi" a su gabinete mientras mantiene un constante contacto con los líderes del DUP para tratar de convencerles. Desde Bruselas, mientras, se mantiene la prudencia: "Se ha roto porque el DUP rechazó el arreglo aduanero en su reunión con Johnson", ha señalado un diplomático comunitario a Reuters a lo largo de la mañana, antes de aclarar: "Reino Unido está negociando con nosotros otra vez sin poder garantizar una mayoría en la Cámara de los Comunes. Ya hemos estado ahí antes".
De hecho, fuentes comunitarias han indicado a la misma agencia que, aunque se llegue a un principio de acuerdo, los líderes no podrán más que darle un respaldo político en la cumbre, a la espera de que Westminster lo apruebe en una sesión extraordinaria programada para el sábado por la mañana. "Está claro que solo puede haber, como mucho, un acuerdo político mañana o el viernes. No hemos visto ningún texto [legal]. Va a llevar más tiempo", señalaban, antes de apostillar: "No puedo imaginarme a los líderes mañana diciendo más que 'Esto no está mal, trabajemos con Reino Unido para establecer los detalles'".
Pese a todo, tanto el negociador europeo, Michel Barnier, como el primer ministro irlandés, Leo Varadkar, dejaban ver cierto optimismo este miércoles. "Hay una vía para un posible acuerdo pero hay muchos asuntos que todavía necesitan ser resueltos por completo", recalcaba Varadkar, que dejaba caer la posibilidad de seguir negociando tras la cumbre, lo que abriría la puerta a una cumbre extraordinaria para desbloquear definitivamente el Brexit antes del 31 de octubre.
En este sentido, el ministro británico para el Brexit, Stephen Barclay, ha insistido en una comparecencia parlamentaria en que para el Gobierno de Johnson es esencial garantizar ese día como fecha límite: "Creo que es importante que salgamos el 31 de octubre". Con todo, Barclay ha asegurado que el líder conservador escribirá una carta a Bruselas solicitando una prórroga si antes de este sábado Reino Unido y la Unión Europea no han alcanzado aún un pacto de salida.