Johnson busca contra reloj apoyos al acuerdo con Bruselas horas antes de la votación en el Parlamento
- Los rebeldes tories se inclinan a apoyarlo, según uno de ellos
- La división en el Partido Laborista puede dar al primer ministro los votos necesarios
El primer ministro británico, Boris Johnson, trabaja este viernes contra reloj para tratar de convencer a los diputados de que apoyen el acuerdo para el Brexit alcanzado con la Unión Europea (UE), que será votado el sábado en el Parlamento. Conforme pasan las horas, el acuerdo parece ganar apoyos como mal menor.
Johnson necesita 320 votos de los 650 escaños de Westminster, pero solo cuenta con 288. Sus socios de gobierno, los norirlandeses del DUP, ya anunciaron el jueves su oposición. Por distinto motivo se oponen también los laboristas, nacionalistas escoceses, los liberal-demócratas y algunos independientes.
Los rebeldes tories se inclinan a dar su apoyo
Los conservadores más euroescépticos y fieramente pro-Brexit (unos 28 en el Parlamento) suelen mirar al DUP y sumarse a sus posiciones, pero puede que haya llegado el momento en que esto ya no sea así.
Andrew Bridgen, diputado conservador y uno de los más conspicuos miembros del club que reúne a los tories anti-UE (el European Research Group, ERG) ha vaticinado que una gran mayoría apoyará el acuerdo. “Creo que la gran mayoría del ERG llegará a la conclusión de que este acuerdo es tolerable. Lo que no queremos es un segundo referéndum", ha declarado.
Por su parte, los llamados "rebeldes", los 21 tories que unieron sus votos a la oposición el pasado 3 de septiembre para impedir una salida sin acuerdo, también parecen inclinados a apoyarlo. Oliver Letwin, uno de estos diputados, ha asegurado a la BBC que entre 17 y 18 de ellos estarían inclinados a votar afirmativamente, aunque sin descartar una prórroga para dar tiempo a que el Parlamento apruebe toda la legislación necesaria.
Los laboristas, divididos
La clave está en la división de los laboristas, y es ahí donde Johnson está trabajando este viernes para ganar adeptos. El líder laborista, Jeremy Corbyn, anunció su voto negativo, pero entre sus diputados más proclives al Brexit, alrededor de una veintena, se extiende la sensación de que sin este acuerdo, el Reino Unido estará abocado a un salida abrupta o a no salir en absoluto.
Así lo ha explicado uno de estos diputados, Graham Stringer. "El acuerdo es malo, pero cuando pienso que podemos quedarnos sin Brexit, entonces consideraría votar a favor". Otro diputado laborista ha asegurado que al menos nueve podrían saltarse la disciplina de partido y votar "sí".
La votación del sábado en Westminster puede estar muy ajustada, según ha reconocido John McDonnell, el portavoz de Finanzas del Partido Laborista. "No creo que pase, creo que será derrotada, pero los números van a estar muy ajustados", ha declarado a la cadena Sky News.
La ministra principal de Escocia y líder del Partido Nacionalista (SNP), Nichola Sturgeon, teme ya que los laboristas faciliten la victoria de Johnson, y augura que eso significará el fin del partido de Corbyn en el país.
"Espero equivocarme - explica Sturgeon en la red social Twitter - pero tengo una sospecha real de que el laborismo estaría muy feliz de ver que el acuerdo prospera. Oficialmente se opondrán pero darán el visto bueno a los 'rebeldes' para asegurar los números para que pase. Será su final en Escocia si acaban facilitando el Brexit".
No obstante, aunque el Parlamento apruebe el acuerdo, Johnson tiene aún que trasformarlo en ley, un trayecto no exento de obstáculos, según explica el corresponsal de RNE en Londres, Jordi Barcia. Un Brexit abrupto, sin acuerdo, o una prórroga técnica, que dé tiempo a todos los arreglos legales, no pueden descartarse aún.