Fridman, máximo accionista de DIA, se desmarca de la quiebra de la tecnológica Zed
- El empresario alega que no tenía capacidad decisoria en un banco, según la Fiscalía, clave en la asfixia de Zed
- El magnate ruso también rechaza que interviniera en una supuesta alteración de precios
El empresario y máximo accionista de DIA, Mijaíl Fridman, se ha desmarcado de la quiebra del grupo tecnológico Zed durante su declaración este lunes como investigado en la Audiencia Nacional. El magnate ruso ha abandonado la sede judicial sin cargos ni medidas cautelares.
Fuentes jurídicas consultadas por Efe han señalado que, pese a no haberse impuesto a Fridman medida cautelares, la Fiscalía Anticorrupción apoyará que continúe como investigado. El Ministerio Público le ubica en el origen de la insolvencia de Zed, empresa de la familia Pérez Dolset, y le atribuye desde agosto supuestos delitos contra el mercado, administración desleal, insolvencia punible y corrupción en los negocios.
Según el fiscal, el empresario, a través de "subordinados", habría propiciado la asfixia de la compañía para después adquirirla a un "precio irrisorio", planificando una estrategia ilegal de interrupción de pagos que desencadenó una falta total de liquidez que abocó a la compañía española al colapso.
Los vínculos de Zed con el ruso se remontan a hace más de una década, aunque se intensificarían más tarde, en 2013, cuando los Pérez Dolset quisieron sacarla a bolsa en el índice tecnológico Nasdaq de Wall Street. Para ello, según la Fiscalía, pidieron una línea de crédito de 140 millones de euros a varias entidades financieras, una de las cuales fue Amsterdam Trade Bank, filial de Alfa Bank -controlado por Fridman-.
Ante esto, el empresario ha alegado que él no tenía capacidad decisoria en la entidad holandesa, un banco independiente en el que su participación es minorista.
Fridman dice no haber tenido relación con Pérez Dolset
Fuentes jurídicas han explicado que Fridman se ha referido a otros dos imputados en la causa, Sergey Gorbuntsov y Vage Engibaryan, sobre los que ha negado que fueran sus hombres de confianza, aunque ha reconocido que fue el segundo el que le puso en contacto con el fundador de Zed, Javier Pérez Dolset. Su relación con el español fue mínima, apenas cinco o seis cenas y unos pocos correos electrónicos, ha declarado.
Fuentes de su defensa han reducido esta relación a "un par de eventos sociales", y han recordado que Fridman nunca anteriormente ha estado bajo investigación en un proceso penal, en tanto que Pérez Dolset fue declarado responsable por la justicia holandesa de la gestión indebida de Zed.
Asimismo, ha rechazado que interviniera en una supuesta alteración de precios, pues nunca se hizo ninguna oferta de compra de Zed por parte de LetterOne, fondo de inversión controlado por el magnate, y tampoco puso en marcha ningún plan de asedio ilegal para adquirir la empresa española, tal y como le achaca Anticorrupción. Sus compañías, ha explicado, no hicieron nunca una oferta de compra por Zed.
Respecto del punto de partida de la causa, el desvío de fondos públicos por parte de los Pérez Dolset, Fridman se ha desvinculado de cualquier responsabilidad ya que esto corresponde a los administradores de Zed, así como el posible delito.
El magnate tiene ahora otra causa pendiente en la Audiencia Nacional, después de que el Tribunal Supremo haya decidido que sea el juzgado central de instrucción nº 4 el que investigue si actuó a través de un "entramado societario criminal" para provocar la caída del precio de las acciones del grupo DIA y hacerse así con el control de la compañía a un menor coste.