Los últimos del franquismo, en misa de 11
- El cierre del Valle para exhumar a Franco convocó a los úlltimos nostálgicos en Cuelgamuros
- Según Enrique Moradiellos, al 25% de la población aún tiene una “visión benévola” del franquismo
Los que elevan el brazo son evidente minoría, pero pueden resultar una minoría significativa ante cualquier testigo que se mantuviese algún tiempo observando la cola el último sábado antes de que el Valle de los Caídos se cerrase para exhumar a Franco.
[Especial: Exhumación de Franco]
Son escenas que impulsan a preguntarse sobre el grado de apoyo o simpatía que tienen todavía el franquismo y movimientos adyacentes (falangismo) en la sociedad española. Si se acude a datos cuantitativos, hace tiempo que no se han realizado encuestas o estudios que pongan medida a ese soporte.
Hay datos recientes en encuestas de algunos medios de comunicación, pero respecto al número de encuestados y tratamiento de datos, ninguna con la envergadura propia de las realizadas por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Eso sí, hace once años que el centro público de estudios no pregunta sobre memoria histórica o franquismo. La última vez fue en abril de 2008.
Esa encuesta arroja resultados relevantes. En aquel momento, prácticamente seis de cada diez españoles creían que la memoria del franquismo se mantenía viva, y a la vez, el mismo porcentaje creía que el franquismo “tuvo cosas buenas y cosas malas”.
“Más orden y paz que ahora”
Decía esa encuesta, además, que más del 35% de los españoles consideraba que con el franquismo había “más orden y paz que ahora”. Y agregando respuestas, más del 32% tenía una opinión muy mala, mala o regular de la ley de Memoria Histórica, aprobada en 2007.
Algunos de esos argumentos, reflejados en la encuesta, son casi plenamente coincidentes con los esgrimidos ante los micrófonos de RTVE por algunos manifestantes profranquistas que acuden a una manifestación en protesta contra la exhumación del dictador. Nadie tiene una mala palabra hacia Franco o su régimen. Sus opiniones van de la mera equidistancia a la más férrea adhesión ideológica.
En ese sentido, Enrique Moradiellos, Premio Nacional de Historia 2017, autor, entre otros, de Franco: anatomía de un dictador, explica a RTVE que sigue habiendo a día de hoy un porcentaje “cercano al 25% de la población” que tiene una “visión benévola” del franquismo.
El historiador cree que ya no quedan influencias franquistas en nuestra democracia, “que es plena”, pero sí considera que quedan “residuos” del franquismo detectables en las “actitudes” o “costumbres” de cualquier ciudadano, “incluso en aquellos que se puedan creer profundamente antifranquistas”.
Cita Moradiellos, por ejemplo, la “obsesión” por “alcanzar la unanimidad” en los acuerdos políticos, la “complacencia” ante la corrupción o el gusto de los españoles por el “liderazgo carismático personalista”.
Nostalgia del "liderazgo personalista"
Muchos es lo que echaban de menos ese sábado 5 de octubre a la puerta de la basílica. En la propia cola, hablan de “despedida”, de “honrar” a los caídos y rendir tributo a Franco y José Antonio, cuya tumba, también junto al altar, en el lado opuesto a la del dictador, despertaba entre los visitantes tanto o mayor interés.
También había quienes reconocían a sus acompañantes que solo buscaban una foto o tocar la lápida del “caudillo” por última vez antes de que se produjese la exhumación.
Ese 5 de octubre de 2019, la salida 47 de la autovía A-6, la del Valle de los Caídos, estaba colapsada. Un atasco, fácilmente, de dos o tres kilómetros hasta la puerta del recinto. Como era habitual, había misa a las 11 de la mañana. La última con Francisco Franco en el Valle de los Caídos.