La viuda de un yihadista del Dáesh pide volver a España con sus hijos: "Estoy amenazada"
- Romina Scheer, alemana de padre español, vive junto a sus tres hijos sin atención médica en un campo de presos del Dáesh
- Cuenta a RNE que su marido la engañó para viajar a Siria y la amenazó con matarla si intentaba marcharse
Sus tres hijos no se apartan de ella. El pequeño, de diez meses, lleva dos semanas enfermo sin recibir atención médica. Los cuatro viven en una tienda de campaña del campo de Al Roj, en el noreste de Siria, junto a otra familia de cinco miembros. Esta zona vallada y vigilada por las fuerzas kurdas es el último destino de un periplo que comenzó cinco años antes en Alemania.
De padre español, ya fallecido, y madre alemana, Romina Scheer ya tenía dos hijos cuando se convirtió al islam. Y como muchas otras mujeres que pasaron a engrosar las filas del autodenominado Estado Islámico, internet fue la vía que le condujo a su futuro marido, un marroquí residente en Alemania.
Romina defiende que fue engañada por su marido para viajar a Siria a donde llegó, junto a su hija María, en 2014, con la promesa de que podría regresar en cualquier momento. Según su testimonio, no fue hasta entonces que supo que se unían al "grupo" y que se había convertido en la segunda esposa.
Cuenta que su marido, que formaba parte de la campaña de propaganda del autodenominado Estado Islámico en su revista Dabiq, no la dejaba relacionarse con nadie, que solo podía salir de casa para ir al mercado, que la golpeaba y que rompió su pasaporte alemán. Se quedó viuda poco después, muerto en combate en Alepo y embarazada de gemelos. Uno de los bebés murió al nacer y ella y sus dos hijos quedaron bajo el control de la "madafa", una suerte de casa de acogida para familias de combatientes de ISIS.
"El grupo es una mentira, es horrible lo que ha pasado. Las mujeres no tienen derecho a hablar, tienes que hacer lo que tu marido te manda", relata. "Yo quería marcharme desde el primer momento. Él me dijo que si yo quería salir, me iban a matar y a quitarme a los niños. Tenía mucho miedo", añade.
Se puso en contacto con su familia en Alemania para intentar conseguir el dinero que le abriera las puertas del regreso. Pero no fue posible, asegura. Dos años después de quedarse viuda, se casó de nuevo, a instancias de la "madafa", con un combatiente portugués, según sus propias palabras. El pequeño nació en Baghouz, el último bastión en el que resistió ferozmente el grupo terrorista. Asediados y bombardeados, Romina recuerda esos como los peores momentos en Siria.
Asedio al Estado Islámico y traslado al campamento
Radio Nacional fue testigo en marzo de esa dura batalla y de la salida de los familiares de los combatientes en camiones emprendiendo una terrible travesía de días hasta llegar al campo de Al Hol. Cuatro jornadas, nos cuenta, bajo la lluvia, sin nada con lo que cobijarse, rodeados de vómitos y orines. Fue allí, se lamenta, donde enfermó su bebé.
Cinco meses vivió en Al Hol, en el recinto destinado a los familiares extranjeros, hasta que (siempre según su testimonio) se apuntó a una lista para ser repatriada a España y en verano fue trasladada a Al Roj. Dice preferir ese país por sus vínculos familiares y sentimentales con él. Su abuela y sus tías viven en Andalucía, donde ella pasó su infancia y el año previo a su viaje a Siria.
"En Al Roj estoy amenazada, quieren quemar mi tienda porque no quiero saber nada de su ideología extremista". Y se muestra dispuesta a enfrentar la cárcel para que sus hijos puedan regresar y vivir una vida normal. "Mis hijos han pasado mucho, guerra, bombardeos. No pueden estar sin su madre", responde preguntada sobre la posibilidad de que algunos gobiernos decidan repatriar únicamente a los menores. Mientras, dice mostrarse arrepentida y pide una oportunidad para poder explicarse. El grupo terrorista al que se unió, persuadida, insiste, por su marido, sembró su régimen del horror destrozando las vidas de millones de personas.