Andreu Jerez: "Alternativa para Alemania ya es un poder regional"
- El periodista español lleva más de una década estudiando el crecimiento de la ultraderecha en el país
Andreu Jerez lleva más de una década viviendo en Alemania y casi el mismo tiempo trabajando como periodista, y estudiando el crecimiento de la ultraderecha en el corazón de Europa. Es coautor, junto a Franco Delle Donne, de dos libros sobre el fenómeno: Factor AfD, el retorno de la ultraderecha a Alemania y, más recientemente, Epidemia ultra: la ola reaccionaria que contagia a Europa. Hablamos con él a propósito de estos movimientos en el 30º aniversario de la caída del Muro de Berlín y el fin del llamado "telón de acero".
Pregunta: ¿AfD mira al este de Alemania y también al este de Europa?
Respuesta: Yo creo que sí. Lo vimos muy claramente en las últimas elecciones regionales de Turingia, un estado federado oriental. Allí su líder Björn Höcke, durante la campaña electoral, estuvo haciendo referencias constantes a la homogeneidad étnica que tienen los países del Este de Europa e hizo alabanzas claras y directas a gobiernos ultranacionalistas como el de Viktor Orban en Hungría, o el del PiS, en Polonia.
Además, AfD obtiene mejores resultados electorales en el Este de Alemania, aunque no es solamente un fenómeno político que se circunscriba exclusivamente al Este de Alemania, sí que obtiene prácticamente el doble de resultados en el Este de Alemania que en el Oeste. Y, además, AfD hace referencias constantes en sus referencias a la política exterior al papel que juega Vladímir Putin. A AfD le gusta el "hombre fuerte" de Moscú y mira más, en sus apuestas por la política exterior, hacia Moscú que hacia Washington.
P: En eso difiere, por ejemplo, de Polonia, que tiene más sintonía con Estados Unidos...
R: Sí, pero eso es una cuestión histórica. Lo que compartiría AfD con la ultraderecha o el ultranacionalismo polaco que está en el poder es, digamos, su apuesta por sociedades homogéneas étnicamente hablando, sociedades cerradas y no abiertas, sociedades que rechazan, por ejemplo, un concepto de sociedad más abierto, que no se circunscriba solamente a un padre, una madre y cuatro hijos. Y, sin embargo, Polonia sí que muestra recelos tanto hacia Moscú como hacia Berlín, pero por cuestiones históricas, porque Polonia ha estado invadida tanto por el este como por el oeste en el siglo XX, y por tanto no se fía de Moscú...
Pero sí que comparten su concepto de sociedad, que son sociedades cerradas, que rechazan la inmigración, que rechazan sociedades multiétnicas y multirreligiosas... Y, sobre todo, que rechazan las políticas de "puertas abiertas" o de fronteras abiertas que ha defendido, por ejemplo, Angela Merkel en los últimos años.
P: "Epidemia ultra", se titula vuestro último libro. ¿Esta "epidemia" nace en Alemania o se habría producido sin AfD el mismo repunte de movimientos ultraderechistas?
R: No diría que AfD sea la semilla de la fortaleza de la ultraderecha o el ultranacionalismo en el este de Europa, porque AfD nace en 2013 y Orban, por ejemplo, lleva en el Gobierno de Hungría desde 2010. Y, bueno, había estado previamente antes como primer ministro en el siglo XX. Yo creo que, a pesar de que sí vemos puntos en común, entre AfD y ciertos movimientos ultraderechistas del Este de Europa, cada caso tiene sus propias características históricas, y creo que el ultraderechismo y el ultranacionalismo en el Este de Europa es autosuficiente, no necesita de AfD.
Lo que sí que tal vez podríamos decir es que el hiperliderazgo de Alemania en los últimos años en la Unión Europea, de alguna manera, sí que ha alimentado esos fenómenos políticos antisistémicos que hemos visto en el Este de Europa en los últimos quince años.
“El hiperliderazgo de Alemania en la UE ha alimentado de alguna manera los fenómenos políticos antisistémicos en el Este de Europa“
Sobre todo en dos casos concretos: uno es el caso de la crisis del euro, donde el hiperliderazgo alemán llegó a rayar el paternalismo para con la periferia en algunos casos, lo que alimentó en cierto modo esas posiciones ultranacionalistas que han venido avanzando en Europa del Este en los últimos años; y también en el caso de la llamada crisis de refugiados, donde es evidente que Alemania Oriental, y Europa Oriental, rechaza los paquetes de distribución de refugiados que están siendo fomentados por Bruselas. Ahí también hemos cómo Alemania ha jugado un hiperliderazgo que no siempre es bien recibido en países como Polonia, Hungría, Chequia, etc.
En las elecciones de Turingia, AfD fue la fuerza más votada entre los veinteañeros
P: Además del hiperliderazgo alemán, ¿qué otras cosas se pueden haber hecho mal desde Europa para que los antiguos países del ámbito soviético se hayan deslizado hacia la ultraderecha y el ultranacionalismo?
R: Una de las cosas sobre lo que hay bastantes estudios al respecto, es el tema de las estructuras mentales autoritarias que quedan en buena parte de la población de Europa del Este. No debemos olvidar que fueron muchas décadas de sistemas políticos autoritarios y esas estructuras mentales no desaparecen en cuestión de treinta años. Es decir, sigue habiendo gente en Hungría, en Polonia, en Alemania Oriental, que vivió buena parte de su vida en sistemas políticos muy autoritarios, donde venía todo de arriba hacia abajo, y esas estructuras mentales autoritarias parece que habrían abonado buena parte de estos nuevos fenómenos de ultraderechismo o ultranacionalismo.
Sin embargo, esta teoría falla con las generaciones más jóvenes. En las recientes elecciones de Turingia, por ejemplo, vimos cómo AfD fue la fuerza más votada entre los veinteañeros, y ahí sí que podemos ver que tal vez estemos ante un vector económico. Es decir, la transición que hubo desde las economías socialistas planificadas a las economías de mercado ha tenido un fuerte acento neoliberal durante los últimos quince años. Eso ha generado disfunciones sociales, como la precariedad laboral, la migración económica forzada, la imposibilidad de formar familias estables... Esa inseguridad económica creo que es un factor muy importante a tener en cuenta para entender por qué los jóvenes están girando y votando a la ultraderecha.
Además, todo esto está ocurriendo en las capas asalariadas. Es decir, hay importantes capas asalariadas de Europa del Este, y de Alemania del Este, que tradicionalmente habían votado a formaciones de izquierda como Die Linke o incluso a partidos socialdemócratas, que están girando hacia la ultraderecha por sus políticas de protección económica, o sus políticas sociales. "Sociales", digamos, sólo para las poblaciones autóctonas, no para los inmigrantes. Es lo que llaman el "patriotismo social", que es uno de los conceptos que ha acuñado Björn Höcke, el líder del ala más radical de AfD. Höcke habla de "patriotismo social", de políticas sociales, pero sólo para la gente de Alemania, para los alemanes "étnicos".
P: Con este panorama, ¿crees que esos elementos que citas como caldo de cultivo de los movimientos ultras han sido también contraproducentes para el proyecto de construcción europea? Dicho de otro modo, ¿crees que la ampliación de Europa, tal y como se desarrolló, llevaba el germen de su destrucción?
R: Creo que está claro. Estamos viendo que fuerzas centrífugas están amenazando claramente el proyecto de la Unión Europea. El caso del Brexit, aunque no es el Este de Europa, es un claro ejemplo. Siempre digo que cuando, hace diez años, todos pensábamos que la Unión Europea se iba a romper por Grecia, por el tema de la crisis del euro, no nos dábamos cuenta de que se estaba rompiendo por "arriba", por el Reino Unido. Y nos dimos cuenta cuando el "sí" ganó en el referéndum del Brexit.
Yo digo que "ojo" también con lo que pueda ocurrir en Europa Oriental porque el rechazo a ciertas políticas migratorias dictadas desde Bruselas está casi convirtiendo a algunos países de Europa del Este en un bloque cerrado que actúa con una lógica común.
“El rechazo a ciertas políticas migratorias dictadas desde Bruselas está convirtiendo a algunos países del Este en un bloque cerrado“
Ahí podemos también no solamente sumar Polonia, Hungría, Chequia, Eslovaquia... sino que también podemos sumar a Alemania Oriental donde vemos que AfD se está convirtiendo en el partido político regional, por decirlo de alguna manera. En todos los Estados federados del Este de Alemania, AfD cuenta con resultados de dos dígitos, y ya ha puesto sobre la mesa el tema del Dexit, un posible referéndum sobre la salida de Alemania de la Unión Europea, lo que supondría el fin del bloque político y económico de la UE.
Evidentemente, eso está muy lejos de ocurrir en Alemania, porque AfD -a nivel federal- sigue teniendo una intención de voto de aproximadamente el 13% o el 14%, pero sí que es verdad que, en los últimos años, ha sido capaz de incluir temas en la agenda política alemana que hace diez o doce años habrían sido impensables. Por tanto, el "Dexit" podría llegar a ser uno de ellos.
P: ¿Gobernará AfD Alemania algún día?
R: Si eso es así, yo me tendré que ir de este país. Yo, y otros muchos inmigrantes. Esperemos que no ocurra, pero en las últimas elecciones de Turingia, donde AfD consiguió casi un 24% de los votos, su resultado ha generado que se levanten algunas voces en la CDU de Merkel que se abren a pactar con la ultraderecha a nivel regional. Para saber si alguna vez eso va a ocurrir a nivel federal, tendremos que esperar a que Merkel se despida del poder.
Pero lo que sí que creo es que, cuando Merkel deje de ser canciller, la CDU, por cuestión de supervivencia política, hará un fuerte giro hacia la derecha, se apartará un poco del centro al que ha sido llevado el partido por el liderazgo de Merkel, y en ese giro a la derecha yo sí que creo que, en algún momento, una coalición entre la CDU y AfD se ponga encima de la mesa seriamente a nivel regional y, quién sabe, si también a nivel federal.