Nacho Carretero: "La policía sabe quiénes son los grandes traficantes pero no puede detenerlos"
- Luis Bustos ha llevado al cómic su famosa novela: Fariña
- ¡El cómic es fascinante, impactante!, confiesa Nacho
160 mil ejemplares vendidos, una exitosa serie de televisión y una inminente obra de teatro. La novela Fariña de Nacho Carretero (A Coruña, 1981), que repasa la historia del narcotráfico en Galicia, es uno de los mayores fenómenos literarios de los últimos años; y ahora llega al cómic en una fabulosa adaptación de Luis Bustos (Madrid, 1973), que publica Ediciones B.
Un libro que se complementa con un epílogo inédito, en el que Nacho desvela los secretos del narcotráfico después de Fariña. “Cuento la historia que vino después, cuál es el sistema actual de los narcotraficantes. Y es que se acabó la ostentación de los Charlines, de Sito Miñanco, esas vidas novelescas. Cuando se creían intocables y, de hecho, lo eran. Ahora mismo en España y en Galicia, que sigue siendo una puerta importante para la entrada de droga, los grandes traficantes intentan pasar desapercibidos, juegan el rol de empresarios con negocios legales”.
“La policía sabe quiénes son pero no puede detenerlos, no puede llegar a ellos –añade-, porque nunca entran en contacto con la mercancía, tienen una organización eficaz y discreta… Es muy complicado procesarlos por causas de narcotráfico, porque no hay pruebas. Ahora les atacan por la vía fiscal, como hicieron en su momento con Al Capone. Cuento eso en el epílogo”.
“Lo peor -concluye- es que eso nos lleve a pensar que el narcotráfico ya ha desaparecido, que es una cosa del pasado, porque sigue ahí. Es muy discreto pero sigue siendo un enorme problema”.
"¡El cómic es fascinante, impactante!"
Un cómic que es una gran apuesta de la editorial, ya que se han lanzado 10.000 ejemplares. “La primera edición del libro de Fariña tuvo una edición de 2.000 ejemplares, para que os hagáis una idea de cómo ha mutado el fenómeno” -confiesa Nacho-.
Nacho Carretero no puede estar más contento con la adaptación: ¡El cómic es fascinante, impactante! Estaba convencido de que la historia podía llevarse a una novela gráfica, pero no sabía cómo hacerlo. Y en cuanto vi esos primeros dibujos de Luis dije: “Era eso, lo que tenía en la cabeza, como en una nebulosa, era eso”. Y ahí me quedé tranquilo porque, a partir de ahí, Luis voló. El resultado es impecable, perfecto, es lo que necesitaba Fariña para llegar a este formato. Dignifica el libro de una manera extraordinaria. ¡Me encanta!”.
“Este cómic -añade Nacho- es un ejemplo más de que las grandes historias periodísticas, que tienen una materia prima brutal, demandan ser adaptadas a múltiples formatos. Ya no vale quedarse en un artículo. Hay que llevarlo a un podcast, una novela gráfica, una serie de televisión… o incluso una obra de teatro, como la que estamos haciendo de Fariña”.
Luis Bustos (Versus, Endurance, ¡García!) asegura que la adaptación no le ha resultado complicada: “Enseguida pensé que Fariña encajaba perfectamente con la línea en la que trabajaba en mis últimas obras, como ¡García!, que es un obra de género negro española o POP, un ensayo sobre la música pop. Este libro es una crónica periodística y me apetecía muchísimo adaptar al cómic ese tipo de narración. El libro es muy claro, muy conciso, y por eso ha sido muy fácil sintetizarlo”.
“Este tipo de historias, a la gente le han interesado siempre -asegura Nacho-. Fariña es el ejemplo de cómo se pueden tratar estos fenómenos que, por desgracia, abundan en España, como el crimen organizado, el narcotráfico, toda esa atmósfera mafiosa. Durante mucho tiempo en España escondíamos esas realidades, las metíamos en un cajón. En el caso del narcotráfico, el periodismo siempre lo ha denunciado pero parecía que sacarlo de ahí parecía frivolizarlo, lo que casi convirtió en un tabú a ese tema”.
“Cuando empecé a escribir el libro temía la típica reacción al a defensiva de: “Ya estamos con que todos los gallegos somos narcos” –afirma el escritor-. Y, sin embargo, veía como en Italia tenían esa enorme sensibilidad sobre la mafia y eso no era incompatible con la explotación cultural en libros o películas. Y así, encaré con esa mentalidad el libro. Intenté hacerlo con un lenguaje y una estética más atractivos, que atrajera a los lectores”.
Dibujando ‘Fariña’
Sobre su método de trabajo, Luis Bustos asegura que: “Enfoco cada proyecto de forma diferente. En este caso, primero he intentado hacer un resumen fiel y lo más completo posible, y lo he trasladado al lenguaje del cómic. Porque el ritmo de lectura es muy diferente. Luego hice unas páginas abocetadas de cada capítulo y por último, como trabajo desde hace años en digital, probar, retocar, transformar todo ese esquema y dibujar, a veces directamente el arte final”.
Un libro en el que Bustos usa con maestría la composición y los colores blanco negro y rojo. “Son tres colores muy poderosos, que tienen un marcado cariz noir, como la historia. Pensé que el rojo era el color más indicado, aunque sea muy fuerte y pueda cansar la vista. Pero creo que lo he aplicado de una forma un poco peculiar, intentando que tenga un cariz narrativo. Y creo que si hubiera usado el azul, por ejemplo, no habría tenido el mismo impacto”.
En cuanto a la composición, Luis asegura que: “Me gusta jugar mucho con el diseño de las páginas, pero siempre con un sentido narrativo, no por simple lucimiento. Lo importante es que fluya la narrativa y el libro se haga más ameno. O tenga una capa extra de significado, como pasa con las páginas que solo están en tinta roja. Se trata de usar las posibilidades del cómic que no tienen otros medios”.
“Sobre la documentación, Luis asegura que: “Era un deber necesario para este trabajo. Y, por fortuna, a partir de los años 80 hay muchísima documentación, por lo que he intentado que los personajes que aparecían se pareciesen a los reales, aunque llevándomelos a mi estilo. Personajes como Sito Miñanco, han recibido una adaptación a mi estilo. Me he preocupado muchísimo de la documentación”.
“En España están todas las mafias del mundo”
“Es España, por desgracia, están instaladas casi todas las mafias del mundo -asegura Nacho-. Solo hay que darse una vuelta por la Costa del Sol, por el Estrecho, el Levante, y ver todo lo que está pasando ahí. La semana pasada apareció un ciudadano búlgaro tiroteado en Málaga. Eso ocurre con regularidad, peleas entre chechenos. Hay que unir esos puntos y nos saldrá una historia global con una materia prima brutal para cualquier ficción criminal”.
“Yo siempre digo –añade- que el Estrecho de Gibraltar, con esa realidad social y las dinámicas que tiene, si estuviera en EE.UU., sería escenario de cientos de películas, novelas, series.... Aquí hay cositas, pero aún hay muchas cosas por hacer. La buena noticia es que la producción audiovisual está creciendo de una forma brutal y pronto veremos esas realidades en la ficción. Otro ejemplo sería la minería en Asturias, con todos esos códigos estéticos, sociales, de lenguaje y lo que ha pasado ahí… es un universo fascinante para una película. España está plagado de universos así, culturalmente muy particulares y con un recorrido narrativo brutal”.
El secuestro judicial
El libro también se hizo muy popular por el secuestro que sufrió, después de la denuncia del exalcalde de O Grove, José Alfredo Bea Gondar, por una supuesta vulneración de su derecho al honor. Una denuncia que, al final, fue desestimada por la jueza.
“Este hombre fue conocido porque presentó la querella, no porque tuviera un papel destacado en el libro, ya que su aparición se reducía a tres líneas –asegura Nacho-. Y en el cómic ni aparece. Luis, lo que ha hecho es ser muy fiel a la estructura narrativa del libro, captando los momentos claves de la historia del narcotráfico que van, desde los barcos que se hundían en el Siglo XVII, hasta la actualidad”.
“En el momento del secuestro, ni la editorial ni yo quisimos entra mucho en la polémica -asegura Nacho- Y todo eso lo cuento en el epílogo del libro, en el que también relato lo que pasó después de Fariña, y cómo funciona actualmente el narcotráfico.
Nacho reconoce que el secuestro influyó en el éxito del libro: “El secuestro influyó en las ventas, pero para mí, como periodista, fue algo muy frustrante, muy doloroso. Una premisa que tenía era ser muy riguroso, que nadie me pudiera rebatir la rigurosidad. Y eso se desmoronó con esa prohibición. Me enfadé mucho. Pero la sociedad no tolera que se prohíban libros y la respuesta social benefició a las ventas. Pero ojalá no hubiera pasado por eso”.
“La prohibición coincidió también con la salida de la serie, que fue un bombazo, y hubo otros hitos, porque todo lo narco estaba muy de moda. La figura de Pablo Escobar, la huída del Chapo de la cárcel… El libro de Fariña se benefició de todo eso. Pero preferiría no haber sufrido el secuestro, que a nivel personal fue una desgracia”.
“Nunca he temido por mi integridad”
“Es verdad que hay narcos que se han quejado porque no los he sacado en el libro, y me hacían llegar mensajes de que el libro estaba incompleto –confiesa Nacho-. Pero eso me preocupaba menos que recibir amenazas. Aunque afortunadamente nunca he temido por mi integridad. Hay que reconocer que yo hablaba del narcotráfico en Galicia, en donde hay gente peligrosa, pero que no es comparable con lo que le pasó a Roberto Saviano con la Camorra o lo que les pasa a los periodistas colombianos y mexicanos que realmente se juegan la vida. No me puedo equipar con ellos”.
“Aun así, reconozco que te pasan cosas por la cabeza cuando escribes nombres de narcotraficantes que siguen en activo en la actualidad. Me consta que algunos están mosqueados, pero nunca he recibido una amenaza ni me he sentido en peligro. Al contrario, voy mucho a Galicia y veraneo en O Grove, donde solo recibo cariño y reconocimiento, por el libro. Creo que, para la sociedad gallega, ha sido beneficioso poder hablar de este tema a raíz del libro”.
Un cómic tan fascinante como el libro y muy diferente de la serie de televisión.