Las ostras marinas salvan los océanos de la contaminación
- Hong Kong inicia un proyecto para reducir los contaminantes nocivos del agua y combatir el cambio climático
- El objetivo es usar a los moluscos bivalvos para reconstruir los ecosistemas marinos
La Universidad de Hong Kong junto a la Asociación Ecológica Marina ha iniciado un proyecto llamado ‘Las ostras salvan nuestros mares’. La iniciativa está basada en una sorprendente solución: la filtración del agua de los moluscos. Estos pequeños animales ayudan a limpiar ríos y mares purificando el agua a través de sus branquias.
Una sola ostra filtra entre 120 y 160 litros de agua cada día, eliminando los contaminantes nocivos de nutrientes como el nitrógeno, el fósforo y el dióxido de carbono. El proceso mejora la claridad de los mares, controla las algas y atrae a otras especies marinas.
El mantenimiento de las costas, la purificación del agua y la eliminación de la contaminación marina son cruciales para preservar los ecosistemas y el medioambiente en su conjunto. Se estima que se implantarán entre 5 y 10 millones de estos moluscos en las costas de Hong Kong en los próximos tres años.
“Una vez que se desplieguen todas las ostras en el océano, se mejorará su cultivo en el futuro para provocar grandes cambios positivos en la calidad del agua”, dice Kenneth Leung Mei-yee, profesor de ecología y toxicología acuática de la Universidad de Hong Kong, que lidera el proyecto ‘Las ostras salvan nuestros mares’.
Una especie clave
Las ostras son animales cruciales para la biodiversidad dentro de un estuario o costa. Otras especies como peces y algas dependen en gran medida de ellas por su función crucial en el ecosistema. Estos moluscos bivalvos no solo consiguen mantener limpias las vías fluviales naturales sino que también garantizan que las personas tengan un entorno saludable.
Hong Kong no es el único que apuesta por la agricultura oceánica para combatir el cambio climático. En 2015, EE.UU. lanzó varios proyectos de restauración de ostras para aumentar la población y limpiar las aguas locales del país.
Proyectos como ‘New York's Billion Oyster Project’, ‘Massachusetts Oyster Project’ y ‘South Carolina Oyster Restoration and Enhancement’ están dedicados a la causa. Según la EPA, el 55 % de las vías fluviales de Estados Unidos están contaminadas, lo que amenaza gravemente al suministro potable del país.
Según la UNESCO, el problema global más común con respecto a la calidad del agua es la eutrofización, resultado de grandes cantidades de nutrientes (principalmente fósforo y nitrógeno), que deteriora considerablemente los usos benéficos del agua.
Un problema que resulta familiar en España, como es el caso del Mar Menor, en Murcia. El pasado mes de octubre aparecían varias toneladas de peces muertos en la superficie de la joya del litoral español. La causa fue la falta de oxígeno en sus aguas y la proliferación de nutrientes nocivos procedentes de vertidos ilegales de la agricultura.
Un desastre ecológico que ha movilizado a los murcianos, que se han organizado para pedir soluciones. Más de 300.000 firmas recogidas y 55.000 personas que salieron a la calle a manifestarse bajo el lema 'Sos Mar Menor. Por un Mar Menor con futuro', en una concentración histórica que pedía más atención por parte de las administraciones y soluciones para la laguna salada más grande de Europa.
842.000 muertes al año por agua insalubre
Una grave crisis ambiental que sigue creciendo a nivel mundial. Según un informe de la ONU en el Día Mundial del Agua el 22 de Marzo, cerca de un 80% de las aguas residuales del planeta se vierten al medio ambiente sin haber recibido ningún tratamiento.
Estas aguas residuales vuelven al ecosistema y se vierten sin depurar. En los países ricos se trata el 70% del agua, una cifra que cae en los de renta medio-alta hasta el 38%, y se rebaja hasta el 28% en los de renta medio-baja. En los países pobres, solo el 8% recibe algún tipo de tratamiento.
África, Asia y Latinoamérica tienen las peores condiciones de salud pública y medioambiente. La escasez de agua, las infraestructuras dañadas y la mala gestión institucional hacen que los países menos desarrollados sean incapaces de alcanzar unas condiciones mínimas de saneamiento.
A día de hoy, 1.800 millones de personas consumen agua procedente de fuentes, ríos, pozos o manantiales contaminados. El agua insalubre y la deficiencia en saneamiento e higiene causan alrededor de 842.000 muertes al año en el planeta.