Benito Zambrano: "Hay muchas historias de la posguerra que se deben contar, parece que cuesta mirar atrás"
- Zambrano retorna al largo con Intemperie, un drama rural basado en el libro homónimo de Jesús Carrasco
- La película, protagonizada por Luis Tosar, se estrena este viernes 22 de noviembre
Benito Zambrano llevaba sin rodar un largometraje desde 2011, en concreto, desde la aclamada La voz dormida (ganadora de tres goyas), pero en el libro Intemperie (Seix Barral) de Jesús Carrasco halló un alma clásica que vertebra directa con su filmografía: la emoción y la dureza.
El director sevillano, de 54 años, ha retornado con la adaptación del multipremiado debut de Carrasco (que también cuenta con su propia versión en cómic), con el necesario desbroce de guión de un material sensible por parte de los hermanos Pablo y Daniel Remón. Intemperie, que cuenta en la producción con la participación de RTVE, se estrena este 22 de noviembre tras su buena acogida en la Seminci.
“Hay muchas cosas que están en la novela y que están en la película que a mí me interesan. Está el mundo rural y yo procedo de esto porque he trabajado en el campo de niño: los abusos de poder que se cometen y las miserias humanas que se desarrollan con la pobreza (…) Intento aprender de mis propias historias y de las propias películas que hago”, recordaba Zambrano en una entrevista para RTVE.es antes del Festival de Valladolid.
Años 40. En lo más profundo del sur de una comarca rural arrasada por la miseria, un niño (Jaime López) escapa de un capataz (Luis Callejo) que encarna la maldad absoluta. El crío encontrará a un pastor-sabio y al margen de la sociedad (Luis Tosar)- que le ayudará en su huida por un paisaje sediento donde se mastica la violencia.
La huella emocional del realizador es nítida en Intemperie, pero esta vez gira hacia el thriller y la aventura. Un rodaje de grandes planos que fue “muy complicado” en pleno desierto andaluz. Un homenaje a Sergio Leone en el seco horizonte y a Los santos inocentes de Mario Camus.
El perdón
Benito Zambrano compone con estos mimbres un alegato explícito acerca del perdón. Y como en todo western, el héroe, un convincente Luis Tosar, hallará la redención en esta extraña amistad con un niño.
“Existe mucha gente que tiene sentido de bondad y de solidaridad sin haber ido a ninguna escuela. Son casos como el del pastor que le transmite al niño una actitud honesta de respeto a la vida y a los muertos. Y un crío que viene destrozado por dentro tiene que aprender de él. Intenta mandarle un mensaje positivo: que no se pase su vida odiando porque a la víctima le destroza tanto el daño hecho como el odio que siente”, analiza el director que irrumpió con voz personal en el cine español con la conmovedora Solas (1999), que ganó cinco goyas.
La narración de Intemperie se ubica en 1947 con las heridas abiertas de la Guerra Civil, pero el contexto histórico es fondo: Zambrano sitúa en primer plano la pobreza más absoluta y la miseria moral aparejada.
“Creo que hay muchas cosas de la historia de nuestro país que se deben de contar. No solo hablo de memoria histórica pero es que a veces parece que nos cuesta mirar atrás. (...) De familias viviendo en la pobreza absoluta no hace tanto tiempo. La novela rural de Miguel Delibes sí que lo ha contado pero el cine contemporáneo no tanto. Y hay que devolver la mirada a lo que ha sido este país y lo que somos porque también somos un país muy rural”, explica.
Intemperie deja poso y en la conversación sobrevuela una pregunta: ¿puede un cine más intimista competir con los trasatlánticos de la industria?
“Me parece importante que el cine te ayude a pensar, a reflexionar o que ayude a abrir debate. Existe la tendencia de que lo que funciona comercialmente es lo que te divierte y al final el arte no solo puede ser la diversión por la diversión. Tiene que emocionar y también ayudar a construir un mundo un poco mejor”