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Música

'Thanks for the dance', el epitafio musical de Leonard Cohen

  • Sale a la luz un nuevo disco con bocetos que dejó grabado el cantautor canadiense antes de morir
  • Su hijo Adam se ha encargado de darles forma con la colaboración de artistas de distintos estilos

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'Thanks for the dance', el disco póstumo de Leonard Cohen, ve la luz
Leonard Cohen, durante una actuación en el Festival de Jazz de Montreoux (Suiza) en 2013.

Pocos días antes de su muerte, ocurrida el 7 de noviembre de 2016, Leonard Cohen publicó su último disco en vida, You want it darker, grabado en el salón de su casa y que, en cierto modo, anticipaba su cercano final.

Pero en las mismas sesiones el poeta y cantautor canadiense dejó registrados nueve bocetos de canciones inéditas, que han sido completadas por su hijo Adam y que acaban de ver la luz bajo el título Thanks for the dance.

Siete meses después del fallecimiento de su padre, Adam Cohen se retiró a un garage para dar forma al legado que había recibido. Ambos habían colaborado en la elaboración de You want it darker y Leonard Cohen le pidió a su hijo que se encargara de terminar los bocetos musicales que había registrado durante aquellas sesiones en las que, asegura, su padre trabajó "con una sensación de urgencia".

"Principalmente se trató de adivinar cuál era la mejor dirección que podía tomar y, a veces, tener conversaciones imaginarias con él e intentar recordar que la pregunta principal es '¿qué haría él?'", señala Adam Cohen en una entrevista a EFE.

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Artistas de diversos estilos

Para ello, Adam Cohen ha contado con la colaboración de artistas de diversos estilos, que han puesto su granito de arena en el disco póstumo del autor canadiense. Así, en los créditos aparecen nombres como el del productor Daniel Lanois -responsable de los principales trabajos de U2- o músicos como Richard Reed (Arcade Fire), Damien Rice, Beck, Bryce Dessner (The National), el coro berlinés Cantus Domus o los españoles Silvia Pérez Cruz y Javier Mas.

Este último, guitarrista que acompañó a Leonard Cohen durante ocho años en sus últimas giras, ha dejado en los surcos del disco aires flamencos con el laud y la guitarra, que tomó prestada del mismo cantante durante la grabación del acompañamiento instrumental.

"Una gran parte (de la producción) se la debo a los artistas, a quien respeto y admiro. Su contribución en el disco tiene que ver más que con el tamaño de su gesto, con el tamaño de su corazón", aseguró el hijo durante la presentación del disco.

"Intenté asegurarme de que la música era un apoyo y no una distracción. De llevar a la gente a un viaje y que fuera como traer a Leonard Cohen de vuelta por 30 minutos", añadió.

Admiración por Lorca

Thanks for the dance abre con la épica "It happens to the heart", cuya letra apareció publicada anteriormente en su libro póstumo, La Llama, y en la que Cohen echa la vista atrás y repasa su trayectoria vital.

Y sigue con piezas más cortas, breves poesías con pequeños matices musicales, como "Moving On", "Torn" o "The Goal", en las que recoge reflexiones sobre los temas que son su gran preocupación e inspiración: amor y muerte.

"The Night of Santiago", basada en una traducción de "La casada infiel" del Romancero Gitano de Federico García Lorca, deja constancia de la admiración que sentía Cohen hacia el poeta español, a quien ya tradujo en otras ocasiones ("Take this waltz").

Como cierre del disco, Cohen eligió "Listen to the hummingbird", una canción que su hijo califica como "metafísica" y que evoca a una búsqueda mística que él mismo experimentó en vida, criado en una familia judía tradicional y ordenado monje zen en 1996. "Escuchad la mente de dios/ No me escuchéis a mí", rezan los últimos versos de la canción que sirve como final al epitafio musical de Leonard Cohen.