Los Darín vengan a los afectados del corralito
- Se estrena en España La odisea de los giles, éxito de taquilla en Argentina
- Una comedia catártica sobre los afectados del corralito de 2001
O giles o vivos. El cine argentino ha explotado desde siempre esa dicotomía y el fenómeno cinematográfico de este año es La odisea de los giles, una comedia catártica en la que los afectados del corralito de 2001 ajustan cuentas con los culpables.
Ricardo y Chino Darín producen y protagonizan una cinta basada en la novela Eduardo Sacheri La noche de la Usina, y dirigida por Sebastián Borensztein (Un cuento chino). Tras su éxito de taquilla en el país austral, se estrena en España, con la participación de RTVE en la producción.
La odisea de los giles arranca cuando un grupo de humildes y currantes rurales depositan en dólares sus ahorros en un banco justo en día anterior al decreto que paralizó la retirada de efectivo. Cuando descubren que un empresario, preavisado de la situación, se hizo con sus billetes y los custodia en un sótano oculto en una finca, idean un plan para recuperar el dinero.
“Era inimaginable que el estreno coincidiera con una situación en la que lo que ocurre en la película se resignifica por la temperatura que han tomado las cosas a nivel social”, explica Darín en referencia a la nueva crisis económica que acecha al país. Crisis y Argentina son también dos palabras ligadas. Y el intérprete defiende que la bondad de los ‘giles’ (cuya mejor traducción al castellano es la de ingenuo) es, en cierto modo, el motor del país.
“La única manera de explicar cómo una sociedad pueda tener una dinámica de tantas entradas y salidas de crisis es entender claramente que sus integrantes están siempre cargados de esperanza”, analiza el actor en una entrevista con RTVE.es. “A lo mejor no tendríamos que ser más esperanzados y ser un poco más serios con lo de aprender de los errores cometidos, pero eso siempre es fácil de analizar ahora”.
Padre e hijo comparten pantalla y también labor como productores. Chino Darín destaca la respuesta del público a la epopeya de los personajes. “La devolución fue espectacular. No solo en las salas, sino por lo que volcaban en las redes sociales, destacando escenas y los momentos sociales. Es un ajuste de cuentas con nuestra propia historia. Permitió una sensación de desahogo, de catarsis”, dice el actor.
Darín ya ha clavado al vivo (Nueve reinas) y ha sido la revancha (Relatos salvajes). Aquí regresa al hombre común que se resarce, pero sin la mala leche de la película de Damián Szifrón. “No solo hay giles y vivos, también hay término medio solo que son menos interesantes”.
El intérprete recuerda el corralito como un episodio de "mucho dolor". "Fue durísimo, no solo material sino emocionalmente. Mucha gente tuvo que irse, yo no me quedé atrapado allí, pero sí mi madre, amigos, familares". Y volviendo al panorama actual, resurge la idea de la esperanza. "Es imposible no tener ese fantasma, pero, en honor a la verdad, hay muchas distancias entre lo que ocurrió y lo que ocurre ahora. Espero, anhelo, ambiciono, ansio", subraya.