Las claves del juicio por el crimen de Diana Quer
- El jurado declara al Chicle culpable del asesinato de Diana Quer, así como de detención ilegal y agresión sexual
- Durante dos semanas, más de cincuenta testigos y cuarenta peritos han declarado sobre el crimen de la joven madrileña
El jurado popular que ha juzgado el crimen de Diana Quer, tras escuchar durante dos semanas las declaraciones de más de cincuenta testigos y cuarenta peritos, ha determinado, por unanimidad, que José Enrique Abuín Gey, alias El Chicle, autor confeso de la muerte de la joven, es culpable de asesinato, detención ilegal y agresión sexual, pero no ha podido probar que existiera violación.
Tras el veredicto, tanto la fiscal Cristina Margalet como la acusación particular, en la figura de Ricardo Pérez Lama, han exigido una condena a prisión permanente revisable, mientras que la abogada del Chicle, Fernanda Álvarez, que previamente intentó de manera infructuosa echar para atrás el segundo veredicto -el primero fue devuelto la vispera debido a errores formales-, se ha opuesto.
Un proceso judicial que ha tratado de arrojar luz sobre la noche del 22 de agosto de 2016, cuando Diana Quer desapareció mientras volvía a su casa de veraneo en A Pobra do Caramiñal, en A Coruña. La principal cuestión es si hubo violación, ya que por este delito el acusado podría ser condenado a prisión permanente revisable. Estas son las claves del juicio:
El móvil del crimen: si hubo violación
La autopsia, tal y como han declarado los forenses, no encontró lesiones compatibles con una violación, ni ADN del acusado, algo por otro lado improbable, al haber permanecido el cadáver durante casi 500 días en un pozo con agua. Sin embargo, otro experto forense, encargado de revisar las fotografías de la autopsia, aseguró que tenía "un edema importante" como "evidencia" de un "acto sexual con violencia".
La Fiscalía y la acusación particular han mantenido que el móvil del crimen fue la agresión sexual a la joven, de hecho, la Fiscalía lo ha calificado como "depredador sexual". No obstante, una de las pruebas aportadas por la fiscal, Cristina Margalet, ha sido la condena a cinco años de cárcel por intento de agresión sexual a otra joven en Boiro, unos hechos por los que fue detenido, además de las declaraciones en el juicio de otras mujeres, como la excuñada de Abuín, que denunció haber sido violada y que se ratificó en su denuncia.
Por su parte, la defensa, ejercida por la letrada de oficio Fernanda Álvarez, ha mantenido en todo momento la versión del acusado, que niega la violación y asegura que mató a la joven de forma involuntaria, asfixiándola con sus manos, por temor a que lo delatara al haberle sorprendido robando gasóil. En un primer momento, tras su detención, aseguró que la había matado accidentalmente en un atropello, posibilidad que quedó descartada por la autopsia, al no haber lesiones en las piernas.
Otros indicios que según la Fiscalía probarían la violación son que el cuerpo estuviera desnudo y que trasladara a la joven en coche a una nave abandonada en un lugar apartado a más de 20 kilómetros de A Pobra. Dos hechos que para la abogada de Abuín solo demostrarían que quería ocultar el cuerpo en el pozo y deshacerse de los "posibles vestigios" de su ADN que hubieran podido quedar en la ropa.
Los mensajes de Diana: "Me estoy acojonando"
El hallazgo del teléfono móvil de Diana Quer el 27 de octubre de 2016, junto a un pilar del conocido como puente de Taragoña por un mariscador, fue clave en la investigación del crimen, puesto que sin él los investigadores no podrían haber tenido acceso a toda la información.
El aparato apareció dañado y según han declarado los investigadores en el juicio, alguien había tratado de acceder a él sin éxito en seis ocasiones por lo que tuvieron que recurrir a una empresa externa para su desbloqueo, con el fin de evitar quedarse sin acceso.
Los investigadores lograron hacer una simulación virtual del recorrido del móvil de Diana Quer en los momentos previos a ser abordada por El Chicle, una investigación que sitúa a la joven en el paseo del Arenal de A Pobra entre las 2:30 y las 2:40 horas, cuando envió el último mensaje.
Además, los últimos mensajes que Diana Quer envió a sus amigos han sido una de las principales pruebas aportadas por la acusación y la Fiscalía en el juicio, para demostrar que Abuín ya estaba acechando a la joven cuando esta fue abordada por el acusado. En los dos últimos mensajes que escribió aseguró que se estaba "acojonando" porque "un gitano" la estaba siguiendo y que este le decía "morena, ven aquí".
El lugar exacto donde abordó a Diana Quer
El testimonio de Irene, la última persona que vio con vida a Diana Quer después de que esta se despidiera de sus amigos en el parque de la Alameda, también sitúa a la joven en el paseo del Arenal pocos minutos antes de que fuera abordada por Abuín.
Sin embargo, el acusado ha mantenido desde su detención que se encontró con ella en la calle Venecia, donde afirma que se encontraba robando gasóil de los vehículos de los feriantes.
La reconstrucción virtual del recorrido de los teléfonos móviles de Diana Quer y de El Chicle aquella noche, realizada por investigadores del grupo GATO de la Guardia Civil sostiene, al contrario de lo que afirma el acusado, que la joven se encontraba "de manera indubitada" al final del Paso del Arenal, donde empieza la calle Marlés.
El estudio de las señales de las antenas de telefonía móvil y de GPS situó a los dos en la salida de la AG-11 a las 2:58 horas, un dato que encajaría con las imágenes grabadas por las cámaras de la autovía.
Detención ilegal: si la llevó "viva" en su coche
La Fiscalía y la acusación particular han mantenido en sus alegatos finales que el acusado golpeó a Diana Quer, le arrebató el teléfono móvil y la introdujo en el maletero del coche y la llevó viva en estas circunstancias durante más de 20 kilómetros, el trayecto que separa A Pobra do Caramiñal de Asados, la parroquia de Rianxo donde ocultó su cuerpo. Hechos por los que acusan a Abuín de detención ilegal.
Sin embargo, los investigadores no hallaron restos en el maletero del vehículo y aseguraron en su declaración, que había sido "limpiado a conciencia". Agentes de la Policía Judicial desvelaron además en su declaralción un nuevo dato, que en la inspección del vehículo del acusado apareció una brida en la guantera, un rollo de cinta y una sábana en el maletero.
Además, los agentes de la Guardia Civil que intervinieron en la reconstrucción de los hechos dejaron en el aire la posibilidad de que estuviera viva aún cuando El Chicle la llevó al sótano donde se encontraba el pozo, ya que, dadas las condiciones de oscuridad y las características de las 20 escaleras que conducen a él, consideran "imposible" bajar allí con un peso en brazos como el de la joven.
Homicidio involuntario o asesinato: si utilizó una brida
El único acusado del crimen ha mantenido desde su detención que asfixió a Diana utilizando directamente sus manos sobre el cuello de la víctima, después de que ella, según su versión, lo sorprendiera robando gasoil a los vehículos de los feriantes que se encontraban aparcados en la calle Venecia.
Los investigadores de la Guardia Civil encontraron la brida enredada en el pelo de la joven, sin embargo la defensa de José Enrique Abuín Gey ha alegado en sus conclusiones que hubo fallos en la cadena de custodia, ya que en las imágenes tomadas por los investigadores, la brida aparece troceada. Un hecho que según la abogada, que ve "contradicciones" en las declaraciones de los forenses sobre las medidas de la brida.
Los expertos forenses apuntaron en sus declaraciones que consideraban la brida, de unos nueve centímetros de diámetro, como arma homicida y que se había respetado la cadena de custodia, que pudieron estudiar porque se encontraba enredada al cabello.
La reconstrucción de los hechos: si volvió para ocultar el cuerpo
Varios testimonios que se han podido escuchar a lo largo del juicio apuntan a que el acusado pudo volver a la nave abandonada de Asados donde había ocultado el cuerpo de la joven para lastrarlo. Una hipótesis que niega el acusado, que asegura que lastró el cadáver la misma noche que se produjeron los hechos. Dos pruebas desmontarían la versión del acusado:
El capitán de la Guardia Civil que fue con el acusado a la nave de Asados donde hallaron el cuerpo de la joven ha declarado que la noche del 31 de diciembre, cuando acudieron al lugar, el acusado no quiso acercarse al pozo donde lo había ocultado porque, según su declaración, había vuelto al lugar para lastrar el cuerpo, había visto su cara y la tenía "grabada".
Otra prueba es el estudio entomológico de las pupas de mosca halladas en el pelo de la víctima. Los expertos encontraron que habían completado el ciclo, por lo que concluyen que el cuerpo tuvo que permanecer emergido al menos 20 días, un hecho que para la Fiscalía y la acusación particular prueba que volvió días después del crimen a lastrar el cuerpo.