"Este no es el camino, así vamos a la desaparición": el cónclave más tenso de Ciudadanos
- La reunión para la elección de la gestora evidecia las críticas internas a la línea continuista
- RTVE accede a los audios del Consejo General de Ciudadanos con duras acusaciones
La reunión que mantuvieron el sábado dirigentes de Ciudadanos para votar la gestora que dirigirá el partido hasta la Asamblea extaordinaria del 15 de marzo mostró las secuelas que ha dejado en la formación naranja la debacle electoral del 10N y dio pie a que algunas de las voces más críticas expresaran en voz alta su desacuerdo por el continuismo y la falta de autocrítica.
Aunque de puertas afuera las declaraciones fueron de llamada a la unidad, el cónclave tuvo momentos muy broncos, como muestran los audios a los que ha tenido acceso RTVE, sobre todo con la intervención de dirigentes como el diputado murciano José Luis Martínez, el vicepresidente de Castilla y León, Francisco Igea.
Sus duras críticas a la dirección por el continuismo de la gestora y su desacuerdo con el sistema de votación a mano alzada y sin debate tuvieron su réplica en las de otros intervinientes, como el eurodiputado Luis Garicano, crítico en su día con la postura de Rivera de no facilitar la investidura de Pedro Sánchez.
"No hemos entendido el mensaje"
José Luis Martínez, diputado por Murcia, lamentó que el partido no haya "entendido el mensaje que nos está enviando la ciudadanía" tras el varapalo electoral y acusó a la dirección saliente, representada en la gestora, de intentar "boicotear" el proceso que están llevando a cabo en Murcia de reunirse con las bases. "Así vamos a la desaparición", advirtió.
"Nos llaman aleales. Yo creo que no es el camino, hoy todos los militantes tienen puesta su vista aquí y yo esperaba que esto esto fuera el inicio de un camino, largo, tortuoso, para que Ciudadanos vuelva a tener el respeto de su militancia", señaló en su intervención, advirtiendo además que no se puede cuestionar "mi lealtad a este partido".
Martínez también se mostró muy en contra de que la votación no se llevara a cabo en urna "porque el voto tiene que ser libre y democrático, que nadie pueda se pueda sentir coaccionado en un momento tan trascendente para la supervivencia este partido".
Sus críticas coinciden con las del vicepresidente de Castilla y León, Francisco Igea, quien, como adelantó ayer RNE, mostró su "bochorno" por la forma en la que se llevó a cabo de la votación de la gestora, a mano alzada y sin debate previo.
Unas palabras que tuvieron respuesta por parte del concejal del Ayuntamiento de Barcelona y miembro de la comisión disciplinaria de Cs, Francisco Sierra, quien manifestó en el cónclave que "el bochorno me lo ha causado escuchar a algunos cargos públicos que han querido destruir el partido desde dentro".
"El bochorno me lo causa incluso uno de esos cargos del partido que se permitió el lujo durante la campaña electoral, en un encuentro con compañeros suyos con altos funcionarios de este país, de ponernos verdes y eso no lo podemos tolerar", añadió.
Garicano, conciliador
Paradójicamente fue Luis Garicano, uno de los críticos con la anterior dirección y que formará parte de la gestora, quien intentó calmar las aguas, prometiendo que "las cosas van a hacerse bien y vamos a ser lo que tenemos que ser, un partido imprescindible para España".
Garicano prometió a quienes votaron en contra de la gestora continuista que "la voluntad de cambio" en la formación naranja "es evidente".
Ciudadanos eligió el sábado a la gestora que se encargará de organizar el cierre de la etapa de Albert Rivera, que culminará en marzo de 2020 con la elección de una nueva dirección, liderada previsiblemente por Inés Arrimadas, quien ya se ha postulado.
La gestora, compuesta por dieciséis nombres, fue elegida por el 91,4% del Consejo General (más de 125 miembros presentes); con seis abstenciones y cinco votos en contra, los de los exdiputados Ignacio Prendes, Fernando Navarro y Orlena de Miguel; el presidente de Melilla, Eduardo de Castro; y el diputado del Parlamento asturiano Armando Fernández Bartolomé.