Sebastião Salgado: "Estamos en la orilla de perder toda la Amazonia"
- El fotógrafo brasileño ha dedicado los últimos seis años y medio a recorrer la mayor selva del planeta
- En esa travesía ha convivido con 12 comunidades indígenas y asegura que son "conscientes" del peligro que corren
“Estamos en la orilla de perder toda la Amazonia”. Esa es la gran advertencia que hace el fotógrafo brasileño Sebastião Salgado, que lleva seis años y medio recorriendo las profundidades de la selva tropical más grande del mundo con un proyecto que intenta concienciar sobre los peligros a los que se enfrenta ese gran pulmón mientras los líderes mundiales miran hacia otro lado y el presidente de su país, Jair Bolsonaro, "permite" su deforestación y su "explotación".
Lo ha señalado en una conferencia celebrada en el Museo Reina Sofía e incluida dentro de la programación oficial de la Cumbre del Clima que se celebra en Madrid, un evento con el que Salgado se ha mostrado muy crítico.
"Estas reuniones no tienen sentido si no traen a la mesa de discusión a la parte principal del planeta, que son las gentes del campo, las poblaciones autóctonas, los indígenas. Estas reuniones son reuniones de quienes intentan debatir sobre problemas que no conocen”, ha subrayado el fotógrafo, quien considera que en esos encuentros internacionales solo se habla de “carbono urbano”, en lugar de poner el foco sobre los que, a su juicio, son los mayores “secuestradores de carbono”, los árboles.
El fotógrafo, de 75 años, ha recordado que en los últimos 40 años se ha destruido el 20% de la Amazonia -"cuando todavía Bolsonaro no estaba ahí" y opina que "los únicos que tienen una preocupación real por lo que está pasando son los jóvenes".
Ha convivido con 12 comunidades indígenas
Su nuevo proyecto verá la luz en 2021 y recorrerá el mundo a través de cuatro exposiciones, aunque muchas de las fotografías han sido presentadas al final de la conferencia de este martes y pueden contemplarse ya en la estación de Atocha. En todas esas imágenes -horizontales y en blanco y negro- está plasmada la preocupación de Salgado por la región amazónica.
En su larga travesía ha convivido con 12 comunidades indígenas de las 169 que habitan en el corazón de la selva, como las tribus de Kamayura, Waura o Kuikuro que viven en la región del Alto Xingú, y asegura que ellos son "plenamente conscientes" de los fantasmas que acechan sus bosques y su biodiversidad.
"La población indígena ha decrecido y esa es una de las más grandes catástrofes demográficas que el planeta ha tenido", apunta el brasileño, quien critica que durante el actual gobierno de su país haya sido retirada la financiación del Instituto Brasileño de la Biodiversidad y de otras instituciones que protegían y vigilaban la zona.
Las fotografías de Salgado .algunas realizadas a pie de tierra y otras tomadas desde una perspectiva aérea con la ayuda del ejército- son también un testimonio de la vida de esos indígenas, en armonía con la selva del Amazonas, un pulmón que precisamente este 2019 ha sufrido los peores incendios forestales de los últimos años.
Pide mantener "un debate permanente"
"Amigos, tenemos que mantener un nivel de alarma juntos, que no se quede solo en la denuncia de unos meses atrás por los incencios. Necesitamos mantener un debate permanetne", ha pedido a los asistentes el fotógrafo, que advierte que la defensa del bioma amazónico, que ocupa aproximadamente el territorio de los 28 países que componen la Comunidad Económica Europea, no es solo asunto de los brasileños.
Y argumenta esa idea con una afirmación rotunda: "Muchas de las lluvias que tienen en España vienen también de la Amazonia, que mantiene de el equilibrio de humedad de todo el planeta".
Sin restar importancia al papel de los gobiernos e instituciones, Salgado apela también a la responsabilidad de los ciudadanos en "un mundo de locos" marcado por el sobreconsumo en el que, opina, no se piensa "en la sostenibilidad del futuro".
"Tenemos que poner en cuestión nuestra sociedad porque no vamos a sobrevivir como especie. Eso está más que claro y no estamos ni preocupados. Tenemos que volver al planeta y pensar de otra forma", señala el fotógrafo, que recibió en 1998 el Premio Príncipe de Asturias de las Artes y en 2001 fue nombrado embajador especial de UNICEF.
Logró que se plantaran dos millones de árboles
Salgado, que estudió Economía pero decidió dedicar su vida a la fotografía, se ha convertido en una de las voces brasileñas que más critican la situación de la Amazonia. Pero no solo lo hace con palabras y fotografías, sino también con acciones.
En 1998, después de trabajar en grandes agencias y capturar duras imágenes alrededor del mundo, como las que dejó el genocidio de Ruanda, este fotorreportero nacido en la localidad de Aimorés decidió volver a su país para intentar que algunas zonas de la selva tropical que se habían convertido en un desierto volvieran a su estado natural.
Fundó el Instituto Terra junto a su esposa, Lélia Deluiz Wanicky, y comenzaron a reforestar la tierra con más de cuatro millones de semillas de especies nativas. Lograron devolver a la Hacienda Bulcao su flora original, al tiempo que Salgado realizaba fotografías de asombrosa belleza que más tarde serían publicadas dentro de su obra ‘Génesis’.
Conscientes de que el 15% de las emisiones de todos los gases invernaderos provienen de la deforestación y de que numerosas especies de plantas y animales pierden su hábitat cada día, el fotógrafo y su esposa lograron que crecieran dos millones de árboles en 20 años, devolviéndole la vida a un bosque estaba destruido.
"Solo hay una máquina en el planeta capaz de capturar el carbono y son los árboles. Pero no nos dedicamos a plantar árboles", lamenta un gran defensor del medioambiente que se ve a sí mismo como un "simple fotógrafo".