Los Nobel se ponen ecologistas en una polémica edición por el premio a Handke
- Algunos países no asistieron al acto porque acusan a Handke de negar el genocidio bosnio y apoyar a Milosevic
- Se han producido varios manifestaciones por las calles de Estocolmo en protesta por el premio al escritor austriaco
Los Premios Nobel sacaron este martes su cara más ecologista en una ceremonia en la que los ojos estaban puestos en el laureado de Literatura Peter Handke, centro de la polémica por su posiciones proserbias durante las guerras de los Balcanes.
Por esta circunstancia, algunos países como Albania, Kosovo, Turquía y Croacia anunciaron que no acudirían a los Nobel y se han producido varias manifestaciones contra el escritor en las calles de Estocolmo. El austriaco es acusado por sus críticos de dar voz al nacionalismo serbio más radical y de minimizar matanzas como la de Srebrenica (1995).
Handke fue presentado como un autor "profundamente contemporáneo, que debe hacer frente a un patrimonio paterno distorsionado por la ocupación nazi de Austria en la guerra. Representa a un linaje materno esloveno, lo cual motiva su mito antinacionalista de su origen".
Así lo señaló el presidente de Comité Nobel de Literatura, Anders Olsson, quien destacó que Handke, tras una prolífica carrera, no solo "ha realizado su sueño de una nueva prosa", sino que su escritura ha influido en "varias generaciones de escritores" de la Europa de posguerra".
Handke (Griffen, 1942), que desde hace años reside a las afueras de París, "ha elegido libremente el exilio como senda productiva" desde donde plasma las periferias, concepto que está en centro de La ladrona de fruta, recién publicada en castellano.
Las Madres de Srebrenica se manifiestan
Varios cientos de personas se han concentrado este martes en una céntrica plaza de la capital sueca para mostrar su oposición a la decisión de galardonar a Handke al que acusan de negar el genocidio bosnio. Durante la protesta subieron al estrado supervivientes de la guerra de Bosnia y representantes de la fundación Madres de Srebrenica, entre ellas Munira Subasic.
Hace 25 años, dijo, "nuestros hijos fueron asesinados en Srebrenica con pistolas y cuchillos (...), hoy la Academia Sueca nos mata a nosotras, las madres, con plumas" estilográficas.
No ha sido la única escenificación del rechazo. Horas antes a las puertas de la sala de Conciertos de Estocolmo se ha desplegado una pequeña pancarta contra el premio al escritor austríaco.
El escritor ha dicho este martes a un medio serbio que no esperaba tanta animosidad por la concesión del Nobel, que han boicoteado varios países, así como un miembro del comité encargado de dar el galardón Peter England.
En defensa de los jóvenes que luchan contra la emergencia climática
La ceremonia ha arrancado con un alegato a favor de los jóvenes que defienden las evidencias científicas sobre el cambio climático y que luchan contra esta emergencia.
El presidente de la Fundación Nobel, Carl-Henrik Heldin, ofrece siempre una breve intervención donde entrelaza los tema de actualidad con el pensamiento del creador de los galardones.
Mientras en Madrid se celebra la Cumbre del Clima, Heldin denunció que "vemos a líderes políticos que, de vez en cuando, niegan los hechos" y alertó de "la falta de respeto ante la abrumadora evidencia que denuncia que nuestro estilo de vida afecta gravemente a nuestro clima".
En un mundo donde "el pensamiento irracional y las opiniones estrechas de miras están ganando terreno a expensas de los logros científicos", hizo hincapié en que "cuando los jóvenes se levantan y nos exige a todos que escuchemos a la ciencia y actuemos, merecen nuestro apoyo".
Esta mismo martes en Madrid, la adolescente y activista sueca Greta Thunberg instó a "dar voz" a la comunidad científica, que es esencial para comprender el cambio climático.
Heldin ha recordado que unas hora antes, en Oslo, había recibido el Nobel de la Paz el primer ministro de Etiopía, Abiy Ahmed Ali, cuya "valiente iniciativa" pone de manifiesto que "un solo individuo puede marcar la diferencia e incluso, en un breve periodo de tiempo, ayudar a poner fin a un conflicto que duraba décadas".
"Tokarczuk es una de las escritoras de prosa más originales de nuestro tiempo"
La ceremonia comenzó con la entrada en la Sala de Conciertos de los reyes Carlos Gustavo y Silvia, junto a la princesa heredera Victoria y su esposo, el príncipe Daniel, en cuyo escenario esperaban los catorce premiados.
La francesa Esther Duflo es la segunda mujer en lograr el Nobel de Economía, y lo recibe con Abhijit Banerjee (India), y Michael Kremer (EE.UU), por sus trabajos para "entender mejor las causas de la pobreza y encontrar forma eficaces de aliviarla".
La polaca Olga Tokarczuk, Nobel de Literatura de 2018 -cuando el premio se dejó en suspenso-, "no se aparta de la verdad desagradable, ni bajo amenazas de muerte", ha asegurado el miembro del comité Per Wästberg, en referencia a las formuladas por grupos de extrema derecha cuando publicó Los libros de Jacob, que revisita la historia del país.
Wästberg destacó que Tokarczuk es "una de las escritoras de prosa más originales de nuestro tiempo, con nuevas formas de ver la realidad".
El nobel más anciano de la historia, con 97 años, es el alemán John Goodenough, "padre" con Stanley Whittingan (EE.UU) y Akira Yoshino (Japón) de las batería de litio, que han contribuido a la "revolución móvil" y "simplifican" el uso de fuentes de energía renovable, lo que les ha valido el galardón de Química.
La Física premió a los suizos Michel Mayor y Didier Queloz, descubridores del primer exoplaneta, y al canadiense James Peebles, por sus estudios sobre la evolución del Universo.
El descubrimiento de cómo las células se adaptan al oxígeno disponible, lo que abre la puerta a tratamientos contra el cáncer y la anemia, da el Nobel de Medicina a los estadounidenses William Kaelin y Gregg Semenza, y el británico Peter Ratcliffe. Los Premios Nobel están dotados con 9 millones de coronas suecas (831.000 euros) por categoría, a repartir entre los premiados.