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Elecciones en Argelia

Los argelinos eligen al sucesor de Buteflika entre nuevas protestas por el rechazo de la oposición a los comicios

  • Numerosos manifestantes han vuelto a tomar las calles para denunciar lo que consideran una "mascarada" del régimen
  • Los cinco candidatos que aspiran a la presidencia proceden de las estructuras de poder del mandatario derrocado

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Los argelinos eligen al sucesor de Buteflika entre nuevas protestas por el rechazo de la oposición a los comicios

Los argelinos han acudido este jueves a las urnas para elegir a su nuevo presidente después de diez meses de protestas contra el régimen autoritario de Abdelaziz Buteflika, al que la marea contestataria se llevó por delante en abril, aunque las elecciones, cuyo resultado se espera el viernes, se han celebrado en un clima de tensión y entre manifestaciones por el rechazo de buena parte de la sociedad argelina ante lo que consideran una farsa electoral, con cinco candidatos procedentes todos ellos de la estructura de poder que sostenía al presidente caído.

Las puertas de los 61.000 centros de votación establecidos han abierto en la mayor parte del país bajo un férreo control policial, especialmente en Argel, la capital, escenario durante los últimos días de sucesivas manifestaciones contra unos comicios que la oposición considera una mascarada del régimen militar para perpetuarse. A falta de sondeos a pie de urna, los resultados se podrían conocer durante la mañana del viernes y, si es necesaria una segunda vuelta, se celebraría a principios de enero.

La clave, en cualquier caso, estará en la participación, ya que se estima que en torno a un dos tercios de los electores no votará pese a los llamamientos a votar del régimen, que pretende una asistencia "masiva" que legitime la convocatoria. Por el momento, el presidente la Autoridad Nacional Independiente de Elecciones, Mohamed Charfi, ha informado de que el índice de participación había alcanzado un exiguo 20,43 % a las 15:00 y un 33,06 % a las 17:00, dos horas antes del cierre de las urnas.

Sobre el terreno, la afluencia a los centros de votación ha sido desigual, según AFP: en Bab el Oued, un barrio popular de la capital, un centenar de votantes, entre ellos numerosos jóvenes, hacían cola desde primera hora para depositar su papeleta, pero en el Colegio Pasteur del barrio Beluizdad o en las oficinas de El Achour y Staouéli, en la periferia de la ciudad, la asistencia era débil. La agencia EFE ha constatado también colegios vacíos en Argel y una afluencia menor de votantes que en las consultas precedentes; al cierre de las urnas, ha señalado que había un número escaso de papeletas en su interior.

Argelia celebra las primeras elecciones sin Bouteflika.

Manifestaciones y robo de urnas en la jornada electoral

Durante la jornada electoral, numerosos manifestantes han vuelto a salir a las calles para protestar contra la celebración de estas elecciones. En el centro de Argel, la policía ha cargado contra medio centenar de personas que gritaban: "¡No a las elecciones! ¡Queremos libertad, abajo el régimen militar!", "poder asesino" para dispersarlos.

Varios centros de votación han sufrido asaltos, con robos de urnas y papeletas rotas, en Argel y especialmente en la región de la Cabilia, de mayoría bereber. En ciudades de esta región como Buira y Bejaia, grupos de personas han irrumpido en algunos colegios y han lanzado las papeletas al aire en señal de protesta.

"Incluso los capitalinos son cabiles y por eso rechazan esta mascarada. No es nuevo,  siempre buscan provocarnos con sus comicios aunque saben que nadie va a votar", ha explicado a EFE Mahiedine, un hombre de 62 años que vive en aldea montañosa de Tizi Ouzou, capital de la Cablia.

A media tarde, Mohamad Chorfi, presidente de la autoridad electoral independiente, ha admitido que en algunas regiones "la consulto simplemente fue anulada" en aparente alusión a la Cabilia, pero también a algún barrio de la capital.

"El país ha entrado en una fase crítica", lamentaba Aziz Djibali, de 56 años, a Reuters, después de votar en el centro de Argel, "es momento para que los argelinos se pronuncien de forma pacífica". Pero Salim Bairi, profesor, apoyaba la abstención: "¿Cuál es el beneficio de votar?".

Hamid, un comerciante de Bab el Oued, era de la misma opinión: "Yo no voy a votar hasta que Argelia sea una democracia. Estamos aquí para decirle al poder que sabemos quiénes son, y que no nos van a parar".

El presidente de Argelia, Abdelaziz Bouteflika, ha anunciado este martes oficialmente al Presidente del Consejo Constitucional su decisión de dimitir y poner fin a su mandato como Presidente de la República, según ha informado la agencia oficial argelina APS.

Los jóvenes, contra las elecciones

Los votantes han acudido a los centros de votación de forma lenta y a cuentagotas, en su mayoría ancianos y personas de mediana edad que afirmaban votar por responsabilidad y porque no consideran que la oposición, tras diez meses de protestas cada viernes de forma consecutiva, pueda representar una alternativa. "Elijamos un presidente y después negociemos con él los cambios que Argelia necesita. No sirve para nada solo protestar, debemos negociar", señalaba a Efe Samia, funcionaria de salud.

Por el contrario, los jóvenes son quienes más rechazan unas elecciones que el movimiento opositor Hirak, creado en febrero para aglutinar a los manifestantes contra el régimen y principal impulsor de la caída de Buteflika tras dos décadas en el poder, ha llamado a boicotear, frente al empeño del sistema que pilota el Ejército por celebrar los comicios.

De hecho, las presidenciales estaban inicialmente previstas para el 18 de abril, pero el anuncio del círculo íntimo de Buteflika de que pretendía aspirar a un quinto mandato consecutivo pese al evidente deterioro de su salud, desató una protesta popular que desde el 22 de febrero se repite cada viernes.

Hirak, que ha convocado nuevas manifestaciones este viernes, ha vuelto a denunciar durante la jornada lo que considera "una mascarada electoral" y ha exigido el fin del "sistema en el poder" desde la independencia de Francia, en 1962, así como la salida de las instituciones de todos aquellos que han sostenido o formado parte de las estructuras de gobierno durante los mandatos de Buteflika.

A pocas horas de que se celebren elecciones presidenciales en Argelia la tensión se siente en las calles. Después de 10 meses de protestas, los manifestantes no han bajado la guardia y han vuelto a salir para protestar en contra de unos comicios que califican de "farsa". Pero, esta vez, la policía no estaba dispuesta a permitirlo. Armados hasta los dientes y pertrechados detrás de sus escudos, cientos de agentes de seguridad, en tono amenazante, han disuelto las protestas. Ha habido heridos y numerosos detenidos.

Cinco candidatos del poder

Sin embargo, todos los aspirantes a sucederle forman o han sido parte del régimen en los últimos años: al Palacio de Zeralda, sede de la presidencia, optan cinco de los 23 aspirantes que presentaron su candidatura a la Instancia Superior Independiente de las Elecciones, una organización creada ad hoc meses atrás e integrada por miembros de la vieja guardia.

Sin encuestas que pueden aclarar la intención de voto, hasta esta semana la sensación apuntaba a que los dos ex primeros ministros Ali Benflis y Abdelamajeed Tebboun eran los que más opciones tenían de pasar a un eventual segunda vuelta.

Sin embargo, en los últimos días han crecido las expectativas de Azzedine Mihoubi, poeta y periodista, antiguo ministro de Cultura, con buen cartel entre los mandos medios del Ejército por su aire de juventud y que cuenta con buena prensa, igualmente, en el Frente de Liberación Nacional, que gobierna desde la independencia.

Menos posibilidades se le conceden a los otros dos aspirantes: el exministro de Turismo, Abdelkader Bengrina, y al exdiputado del FLN y presidente del partido de oposición Frente al Mustakbal, Abdelaziz Belaid.