'¡Desenfunda, forastero!', grandes wésterns olvidados
- Un libro de Alfonso Bueno López que rescata películas del oeste que merecieron mejor suerte
- También repasa algunos clásicos modernos del género
En las enciclopedias de cine y las listas de las mejores películas casi siempre nos encontramos los mismos títulos míticos. Por eso Alfonso Bueno López se ha propuesto rescatar otras cintas que, quizá no sean tan conocidas, pero que también merecen un hueco en la historia del cine. Ya lo hizo con las películas musicales en Más allá del arcoiris (Diábolo ediciones), y ahora le toca a los wésterns en ¡Desenfunda forastero! Clásicos perdidos y nuevas joyas del wéstern (Diábolo).
"A estas alturas -asegura Alfonso- nadie duda que películas como La diligencia (1939), Río rojo (1948), Centauros del desierto (1956) o Grupo salvaje (1969) son obras maestras del cine. Pero es que se han derramado, no ya ríos, sino océanos de tinta para analizarlas. ¡Desenfunda, forastero! rescata largometrajes menos conocidos. Esto no quiere decir que no se incluyan clásicos. Los grandes maestros están representados con algunas de sus obras más insólitas. John Ford, Anthony Mann, William A. Wellman, Raoul Walsh y Howard Hawks están presentes, al igual que Sergio Leone y Sam Peckinpah".
"Algunas de las películas seleccionadas son clásicos menores, no menos reivindicables que títulos de mayor lustre -añade-. Es el caso de las fabulosas Cielo amarillo (1948), Juntos hasta la muerte (1949) o Los cautivos (1957). El libro también incluye varias películas que fracasaron o se estrenaron en versiones mutiladas, en contra de los deseos de sus creadores, y hoy en día se consideran obras de culto. El rostro impenetrable (1961), Pat Garrett y Billy el niño (1973) o La puerta del cielo (1980), por ejemplo, han acabado por convertirse en nuevos clásicos del cine del Oeste".
El libro
El libro pertenece a la premiada colección de cultura popular de Diábolo ediciones, lo que garantiza un estupendo diseño y numerosas fotografías. En cuanto a la estructura: "Es similar a la que utilicé en Más allá del arcoíris, la obra que dediqué al cine musical -asegura Alfonso-. El libro arranca con un análisis de la historia del wéstern, que ayuda a contextualizar el género y dar una idea de su importancia en el desarrollo del cine estadounidense. Tras esta introducción, se analizan en profundidad cincuenta largometrajes poco conocidos".
"La primera obra incluida -añade- es Tres hombres malos (1926), una película de la etapa silente de John Ford. La última es The Rider (2017), un largometraje independiente de la realizadora Chloé Zhao. Entre ambas obras cabe todo un mundo de creaciones geniales y curiosas, de wésterns más ortodoxos y otros que amalgaman el Salvaje Oeste con la comedia, el melodrama, el musical, el terror o la ciencia ficción. ¡Desenfunda, forastero! también atestigua la diversidad cultural del cine del Oeste, incluyendo películas de Japón, México, España, Suecia, la República Checa, Australia, el Kurdistán y, por supuesto, Italia".
"Los libros editados por Diábolo destacan tanto por su originalidad como por su diseño -añade Alfonso-, de modo que buena parte del proceso de documentación ha consistido en la búsqueda de imágenes con la calidad gráfica que exigía la edición. Un buen número de las películas incluidas son en blanco y negro, y en muchas de las que fueron rodadas a color cuesta encontrar documentación. Para evitar que la obra resultase monocromática, en el libro alternamos fotogramas de las películas, que no siempre son fáciles de encontrar, imágenes de promoción, que suelen tener mejor calidad pero a veces resultan algo artificiosas, lobby cards y carteles. En cuanto a los pósters, que en el wéstern resultan muchas veces similares, optamos por mostrar carteles de distintos países".
"Mis páginas preferidas del libro son aquellas que muestran varios carteles de una misma película -continúa-. Resultan muy curiosas, porque además de mostrar diseños muy diversos, testimonian los distintos títulos que adquirió el filme en su periplo internacional. Por ejemplo, el spaguetti wéstern de 1966 La resa dei conti (que se podría traducir como “el ajuste de cuentas”) en España se llamó El halcón y la presa, en EEUU The Big Gundown y en Francia Colorado. Por cierto que el cartel español de El halcón y la presa es obra del gran cartelista Mac, y corona el estupendo diseño de la portada del libro, obra de Sebastián Romiti, quien ha realizado un magnífico trabajo con la maquetación de ¡Desenfunda, forastero!"
Películas a reivindicar
Preguntamos a Alfonso que destaque cinco titulos que le parezcan estupendos y que hayan sido injustamente maltratados: "Destacaría la divertidísima comedia Mi pequeño gorrión (1940), donde los míticos Mae West y W. C. Fields se encuentran en el Salvaje Oeste. Otra de las grandes olvidadas por la historia del cine es La puerta del diablo (1950), el primer wéstern que dirigió el gran Anthony Mann. Es una obra adelantada a su tiempo, tanto por denunciar el racismo contra los nativos americanos como por tener la osadía de retratar la relación amorosa entre un indio y una abogada blanca".
"Una de mis películas preferidas de todo el libro -añade- es El día de los forajidos (1959), de André De Toth, un prodigio de serie B protagonizado por Robert Ryan, que es uno de los mejores ejemplos de wéstern en la nieve. Igualmente, he rescatado la joya llena de suspense Una bala sin nombre (1959), del director Jack Arnold, más conocido por sus contribuciones al cine fantástico. También ha sido olvidada la estupenda El hombre de una tierra salvaje (1971), protagonizada por Richard Harris y John Huston, pese a la popularidad de su remake, El renacido (Alejandro González Iñárritu, 2015)".
"Borsch wésterns y otras rarezas"
El libro también incluye numerosas rarezas. "Para mí -asegura Alfonso- fue toda una sorpresa descubrir el cine del Oeste que se hacía en la Unión Soviética y el Bloque del Este. Por un lado los easterns o borsch wésterns, llamados así por el nombre de la tradicional sopa rusa, que adaptaban los argumentos del Salvaje Oeste a la revolución de 1917 o la posterior guerra civil rusa. Por otro, el llamado wéstern rojo, menos popular en la URSS que en los países del Este, que presentaba a los indios como héroes y al ejército de EEUU como villanos desalmados. Este tenía mucho en común con el spaguetti wéstern, pero rara vez se pudo ver fuera de los países del bloque soviético. Del mismo modo, los comunistas apenas tenían acceso a los wésterns realizados en EEUU y Europa. En el libro incluyo la comedia checa Lemonade Joe (1964), que es tanto una desternillante parodia del cine del Oeste como una crítica al capitalismo salvaje".
"Otra rareza es Tiempo de morir (1966), una película mexicana que supuso el debut en la dirección de Arturo Ripstein y contaba con un guion de Gabriel García Márquez, nada menos. Pero en cuanto a curiosidades, pocas películas están al nivel de Walker (1987), un wéstern punk, anacrónico y gamberro, donde Alex Cox denunciaba la invasión de la administración Reagan a Nicaragua mediante la historia de un filibustero del siglo XIX".
"Como anécdota -concluye- probablemente la más rocambolesca corresponda al rodaje de Viva Villa (1934), durante el cual Lee Tracy, en plena borrachera, decidió orinar desde el balcón de su habitación, mojando a unos militares que desfilaban frente al hotel. La asnada provocó un incidente diplomático e hizo que tanto el actor como el director del largometraje, Howard Hawks, fueran despedidos de la producción".
La influencia del wéstern
En el libro también se incluyen películas de otros géneros como Atmósfera cero o Yojimbo. "Imagino que los aficionados más puristas se sorprenderán por la elección de algunas películas, como esas dos -confiesa Alfonso-. El libro narra el papel del cine del Oeste como creador de una mitología cinematográfica. La ubicuidad del género en los años 40 y 50 empujó a muchos países a realizar wésterns autóctonos".
"En el caso de Yojimbo (1961), Akira Kurosawa firmó su obra más divertida claramente influenciado por el wéstern. Su amor hacia el cine de John Ford y clásicos como Raíces profundas (1953) es patente en las escenas donde Toshiro Mifune entra en ese pueblo arenoso y se enfrenta en fabulosos duelos con las dos facciones del pueblo, la del mercader de seda y la del comerciante de sake. Además, Yojimbo adaptaba Cosecha roja, la primera novela de Dashiell Hammett y, lo que es más importante, fue descaradamente plagiada por Sergio Leone al realizar su primera película del Oeste, Por un puñado de dólares (1964). La importancia de dicha película en la eclosión del spaguetti wéstern hace que Yojimbo sea la película más relevante para el wéstern de todo el libro, pese a ser aparentemente una película del género chambara (cine de samuráis)".
"En cuanto a Atmósfera cero (1980), además de adaptar el guion del clásico Solo ante el peligro (1952) al cine de ciencia ficción, surgió del deseo del realizador Peter Hyams de hacer un wéstern. Como se encontró con la negativa de los estudios, decidió trasladar el lenguaje del cine del Oeste al espacio exterior, con un resultado excelente. En cualquier caso, como entiendo que mi selección es subjetiva, he incluido las declaraciones de los realizadores para justificar la elección de obras aparentemente ajenas al género, pese a sus muchos nexos de unión. En este sentido, Kurosawa decía: "Se han hecho wésterns una y otra vez y en el proceso ha evolucionado una especie de gramática. Yo he aprendido de esa gramática del wéstern". Si el maestro se expresaba en tales términos, ¿quién soy yo para contradecirle?"
El presente y el futuro del wéstern
Actualmente apenas hay wésterns, aunque los pocos que se estrenan suelen ser títulos detacables. "Yo diría que el wéstern del siglo XXI oscila entre el clasicismo y la renovación -asegura Alfonso-. El cine del Oeste ha generado una serie de clichés tan asentados que se han adaptado en multitud de ocasiones, con mínimas variaciones. Muchas de las viejas fórmulas se siguen repitiendo, y siguen produciéndose películas donde los apaches son salvajes deshumanizados y el sheriff se bate en duelo en la plaza del pueblo. En el libro incluyo largometrajes como Desapariciones (2003) o Bone Tomahawk (2015), en los cuales los indios vuelven a ser los villanos de la historia".
"Frente a estas propuestas tradicionales -añade-, cabe destacar el esfuerzo de otros creadores por renovar el wéstern. Por ejemplo, la poesía de Andrew Dominik en El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford (2007), el salvajismo renovador de John Hillcoat en La propuesta (2005) o las aportaciones de directoras como Chloé Zhao o Kelly Reichardt en estupendas producciones independientes como la mencionada The Rider o Meek’s Cutoff (2010). En este sentido, querría destacar la importancia que tiene en ¡Desenfunda, forastero! la aportación femenina al cine del Oeste, que no es un género exclusivamente masculino, pese a su fama.
Además, la influencia del western se sigue notando en las películas de otros géneros. "Aunque hace años fue sustituido por las películas de superhéroes como mitología y propaganda estadounidense -comenta Alfonso-, el cine del Oeste sigue latiendo en las películas de acción, y también en el cine negro, las películas de terror, la ciencia ficción y hasta en algunas comedias. La influencia del wéstern es latente en las obras de muchos realizadores, que se amamantaron con las historias de la frontera. El hecho de que creadores tan populares como Quentin Tarantino o los hermanos Coen dirijan películas del Oeste también ayuda a que el viejo caballo siga cabalgando".
Pero... ¿Qué futuro tiene el wéstern en el cine y la televisión? "Imagino -opina Alfonso- que el futuro del cine del Oeste será seguir avivando otros géneros. En cualquier caso, la popularidad del wéstern, como demuestra el éxito de las películas de Tarantino o el videojuego Red Dead Redemption, es innegable, con lo que imagino que los aficionados seguiremos disfrutando ocasionalmente de películas del Oeste. Teniendo en cuenta la tendencia de Hollywood, podemos anticipar que se harán más remakes de títulos clásicos y de vez en cuando obras más interesantes, como las que firma el guionista Taylor Sheridan o la tragicomedia de Jacques Audiard Los hermanos Sisters (2018)".
"También podemos esperar alguna serie de HBO o la omnipresente Netflix -añade-, aunque dudo que se vuelva alcanzar la calidad de Deadwood (2004–2006). Si acaso, tal vez nos encontremos con alguna miniserie aceptable, como la reciente Godless (2017), que muchos creyeron que inventaba el wéstern feminista. Ojalá llegue a buen puerto el proyecto de adaptar a la televisión el cómic de Jason Aaron Scalped, uno de los acercamientos más originales a la mitología del Salvaje Oeste".
Después del wéstern y el musical, Alfonso Bueno López confiesa que tiene proyectos en la misma línea: "Sí. El primer trimestre de 2020 se publicará la novela gráfica que estoy preparando con el dibujante Diego Simone, que contiene bastantes referencias cinematográficas. A finales de año llegará otro libro de cine. Es pronto para desvelar su contenido, pero puedo adelantar que lo publicará Diábolo y que, aunque tendrá una estructura distinta, será tan profuso a nivel gráfico como los anteriores libros".