"Querida COP25": las 'cartas a los Reyes Magos' de cientos de niños con sus deseos para el planeta
- La organización Madres por el Clima entregará este jueves las más de 1.000 cartas al Secretario de Estado de Medio Ambiente
- Algunas misivas contienen quejas, dibujos e ideas que revelan que hay un fuerte compromiso también entre los más pequeños
“Querida COP25: Me alegra mucho que hayas podido venir a Madrid. Tengo muchas cosas que decirte. Por eso, aprovecho esta oportunidad para contarte mis deseos. Unos deseos que se convierten en derechos cuando vemos que los adultos miráis hacia otro lado“.
Así empieza una de las más de 1.000 cartas que niños y niñas de todas las edades han escrito en estos días a la Cumbre del Clima, la 'reina maga' a la que han hecho llegar sus quejas, dibujos y sugerencias en relación con la emergencia climática, un problema que les preocupa y al que quieren poner freno.
La iniciativa ha sido impulsada desde el movimiento Madres por el Clima -nacido este año en España- y ha llegado también a otros países como Alemania, Reino Unido, India o Bangladesh. Dos de las fundadoras de esa organización, María Brea y Yetta Aguado, explican en una entrevista con RTVE.es cuál ha sido la respuesta a esa convocatoria prenavideña que ha hecho que el punto de vista de la infancia recale en la Cumbre del Clima.
"Está siendo brutal la transversalidad. Las cartas llegan desde lugares muy distintos. No hemos tenido tiempo ni para contarlas, pero han llegado más de 1.000", señala Aguado.
Dibujos, quejas y propuestas en las misivas de los pequeños
Entre los firmantes, hay niños de todas las edades en los que ha calado el mensaje de urgencia sobre los peligros que acechan al futuro del planeta. Por eso, no han perdido la ocasión de escribir cuáles son sus anhelos y qué piden a los adultos que tienen el poder para cambiar las cosas.
“Hay desde niños de 4 o 5 años que están aprendiendo a escribir y lo que piden es que no se tiren papeles al suelo o que se recicle, hasta chavales más mayores que son muy contundentes porque ven que no van a poder desarrollar sus proyectos personales de futuro”, señala Brea, que este mismo jueves entregará al Secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, las más de 1.000 cartas recibidas en la convocatoria.
El objetivo ahora es que los mensajes de los más pequeños lleguen también a los delegados de la ONU para así, añade Aguado, “dar voz a los más pequeños”, quienes con sus palabras y sus dibujos demuestran tener una más conciencia de la emergencia climática que muchos adultos.
“Queridos políticos: Estoy muy decepcionado y solo tengo 12 años porque estoy en un mundo gris en vez de verde. Porque hay playas llenas de basura y animales muertos”, lamenta un chico del Puerto de la Cruz (Tenerife) en una carta a la que ha añadido el dibujo de las dos opciones posibles para el planeta Tierra, su particular ying y yang.
También llegan dibujos más abstractos de pequeños que ni siquiera saben escribir, pero que sí tienen capacidad para plasmar el azul del agua o el verde de los bosques, así como las sugerencias de quienes son plenamente conscientes de que la crisis climática debe ser atajada cuanto antes.
“Me gustaría que no tiráramos los papeles al suelo sino a las papeleras. No utilizar el coche si podemos ir andando o en transporte público. Intentar renovar los vehículos para que se fabriquen con energía renovable”, sugiere una madrileña que estudia en 5º de primaria.
Los preadolescentes son especialmente reivindicativos y dejan frases como esta: “Queremos un futuro mejor. ¿Por qué? Porque tenemos derechos y uno de ellos es vivir, como vosotros habéis vivido o incluso mejor.
Un gran mural colaborativo
Muchas de esas cartas forman parte del gran mural colaborativo que Madres por el Clima inauguró el pasado 2 de diciembre en la Zona Verde de la Cumbre, que se celebra en IFEMA y que cerrará sus puertas el próximo viernes. Frente a ese ‘collage’ de misivas, por cierto, hizo parada la activista Greta Thunberg, un gesto que ilusionó a los niños que han participado en esa acción.
Desde que arrancó la iniciativa, explican las dos activistas, no han parado de llegar cartas a los canales de comunicación de la asociación mediante las distintas vías que se han habilitado. Se pueden entregar en formato físico a las “madrinas” que se encuentran estos días en IFEMA, pero también se pueden compartir de manera digital a través de un formulario o en redes sociales utilizando el hashtag #QueridaCOP25.
También son muchos los colegios que se han implicado, animando a los escolares a redactar las cartas en horario lectivo.
Algo muy significativo es que hay sentimientos comunes entre niños que ni siquiera se conocen y que pueden haber nacido en Barcelona, en Cádiz, en Londres o en Nueva Delhi: “falta de esperanza, impotencia, rabia y sensación de indefensión, de que no va a depender de lo que ellos puedan hacer”, subraya María Brea, que forma parte de Madres por el Clima desde que el movimiento se gestó en marzo de este mismo año.
El origen del movimiento está en un grupo de WhatsApp
El germen está en un grupo de WhatsApp relacionado con la crianza en el que algunas madres habían comentado los problemas respiratorios o las alergias que sufrían algunos de sus hijos. La relación que estos problemas tienen con la contaminación y también la preocupación por el futuro incierto que espera a todos esos niños desencadenó en un movimiento que no ha parado de crecer.
“Ahora hay, incluso, una red de madrinas que se encargan de hacer enlace con los colegios y trabajar en los centros educativos porque entendemos que son puntos de reunión de socialización entre padres y madres”, explica Brea.
Estas activistas se estructuran en diferentes nodos que han ido haciéndose más grandes durante la oleada de manifestaciones ecologistas ligadas a Fridays For Future, de manera que es difícil contabilizar cuántas personas integran el movimiento, pero han conseguido llegar hasta Colombia y crear fuertes lazos con miembros del círculo internacional Parents For Future.
“Somos padres y madres que trabajamos, que tenemos a nuestros niños y niñas muy pequeños y lo sacamos adelante a base de muchas horas de sueño perdidas”, revela Brea, una de tantas madres comprometidas con el medio ambiente que ensalzan el poder de la educación para poner freno al calentamiento global.
Entre las acciones que realizan está la de acompañan a los jóvenes en sus movilizaciones o la de promover, junto a otras organizaciones como 'Teachers for Future', que la educación ambiental tenga el lugar que la situación climática reclama. Se trata de luchar, en definitiva, para que sus hijos tengan “un futuro digno" que todavía ven posible.