¿Qué pasa con los padres de los niños que se van a Nunca Jamás?
- Josep Busquet y Alex Xöul responden a esa pregunta en el cómic Los que quedan
- La historia de unos padres destrozados por la desaparición de su hijo
En muchos cuentos los niños se van a vivir aventuras a mundos fantásticos, pero nunca nos muestran lo que pasa mientras con sus padres. Los autores suelen recurrir al truco de que el tiempo transcurre de forma más lenta en esos mundos de fantasía y cuando los pequeños regresan al mundo real apenas han pasado unos minutos. Pero… ¿y si fuera al revés? ¿Y si el tiempo se detuviera en esos mundos y no en el real? Ese es el interesante punto de partida de Los que quedan (Ponent Mon), un cómic del guionista Josep Busquet y el dibujante Alex Xöul.
Busquet resume así el argumento: “Como en muchas otras historias fantásticas, una noche aparece una criatura que viene a pedir ayuda al joven Ben. Su mundo necesita la ayuda de un niño muy especial, alguien que pueda detener las fuerzas del mal que les amenazan. El niño, por supuesto, acepta, pero... ¿qué pasa con sus padres? Los que quedan se centra en lo que pasa con las familias cuando los niños viven aventuras en mundos fantásticos como Nunca Jamás o Narnia”.
Sin duda una idea muy original. “No recuerdo el momento exacto en el que surgió la idea pero pensando sobre ello, siempre me gusta sacar la parte más realista de la fantasía, la cotidianidad de las aventuras. Buen ejemplo de ello es Fargons & Gorgons, el cómic que hice junto a Pere Mejan, en donde podemos ver desde aventureros pidiendo licencias para ir a explorar mazmorras o ancianos mirando como unos guerreros combaten un dragón mientras les dan consejos desde la distancia y dicen que en sus tiempos lo hacían mejor. Los que quedan surgió de pensar qué pasa con las familias en esas situaciones?
Partiendo de esa base, ambos dieron una interesante vuelta de tuerca a ese tipo de historias: “Hablando con Josep –nos cuenta Alex-, quisimos preparar una historia en la que se mezclara fantasía y realidad, poder tener libertad a la hora de crear el mundo en el que transcurriría, pero manteniendo una base realista. Queríamos dejar de lado los paisajes urbanos de nuestro anterior libro conjunto (Arquitectura para principiantes), dar otro tipo de enfoque a las clásicas historias infantiles de fantasía y poder jugar más con otro tipo de personajes y escenarios. Principalmente, ver el día a día de la fantasía infantil, desde una óptica más satírica y mundana”.
“Al final –concluye el dibujante-, ha acabado siendo una historia mucho más dramática de lo que teníamos en mente inicialmente, y ni siquiera hemos llegado a mostrar los mundos de fantasía, dejando que el lector se quede con la duda de si realmente existen o no, pero creo que ha quedado un conjunto más coherente”.
Una historia fascinante que ha conseguido el Premio Maurice Petitdidier 2019 – Coup de couer del jurado para el álbum en francés publicado en el extranjero por un autor no canadiense.
Inspirado en ‘Peter Pan’
El comienzo de la historia nos recuerda a Peter Pan (J.M. Barrie, 1902) “Se inspira en el principio de Peter Pan –confiesa Busquet- y el de otras tantas ficciones donde niños son animados a acompañar a criaturas o gente con extraños poderes a mundos fantásticos a vivir grandes aventuras. Desde Narnia a Harry Potter, aunque, si os fijáis, en muchas de esas historias los niños son huérfanos y así no tenemos que preocuparnos por lo que sufren sus padres (o los cuida familiares muy malos y no nos importa que los niños huyan)”
Pero en este caso los padres aman al pequeño Ben. “Los dos son gente muy normal –asegura el guionista-, que reaccionan como podría reaccionar cualquiera de nosotros. Son una familia feliz en un entorno tranquilo y sin nada especial. Rodeados de buitres carroñeros, claro”.
Ben nos recuerda más a los protagonistas de esos cuentos clásicos: “Ben es el arquetipo de héroe infantil -asegura Alex-, dispuesto a salvar a extraños, a vivir aventuras… pero, sin embargo, inconsciente del dolor que causa en los que le rodean y esperan su regreso. Sus padres, obviamente, son escépticos a las historias sobre las desapariciones de su hijo, aguantan como pueden sus ausencias, las miradas y comentarios de la gente de su alrededor, pero son frágiles. Sufren por lo que le pueda pasar a su hijo e intentan sobrellevar como pueden sus aventuras”.
“Ben y Wumple (la criatura que viene a buscarlo) visualmente estarían más inspirados en Donde viven los monstruos, tienen un toque más cartoon que me divertía más a la hora de dibujarlos. Sus padres, la verdad es que no tienen una referencia clara, más bien es cómo me apeteció dibujarlos en ese momento” –añade Alex-.
Un espejo de la sociedad actual
El cómic está ambientado en una época indeterminada del Siglo XX, pero las reacciones de la sociedad a la desaparición de ese niño son muy actuales. “Hay de todo –asegura Busquet-, mucha gente tiene una preocupación real pero también está el morbo de que pasará. Cada día desaparecen muchos niños y a la gente parece solo preocuparle el que "ponen de moda" algunos programas televisivos”.
“Para estos programas –añade-, estos casos parecen solo carnaza para seguir teniendo audiencia y montar su circo mediático, sin importar el daño que puedan causar en las personas. Se convierten en jueces y muchas veces acusan a gente sin pruebas. Se deberían limitar a informar que un niño ha desaparecido (o la noticia que sea) y, días o semanas después, informar cómo ha acabado la cosa. O dar un veredicto después de que el juez real emita el suyo”.
“Pero a la gente le gusta estos programas, así que mientras se le siga dando audiencia seguirán informando de esta forma e incluso inventándose noticias” –concluye el guionista-.
Esa época indeterminada que mencionábamos, se nota en los dibujos de Alex Söul: “Con los escenarios quería plasmar una época atemporal, que pudiera englobar distintas referencias a cuentos clásicos. Tiene partes de Londres, de París, y algunas más irreales y fantásticas, sobretodo en segundo plano. Sí, tiene también una base de Peter Pan, fue una de las referencias que usamos al principio de la historia”.
Dibujando ‘Los que quedan’
Destacar los estupendos dibujos de Alex Xöul. “Trabajar con Josep es muy sencillo para el dibujante, nos deja mucha libertad –confiesa-. El guión nunca es una limitación ni está cerrado, es la base sobre la que podemos explayarnos y aportar nuestra parte a la historia, modificar las secuencias o escenas según lo que nos vayamos encontrando y adaptarlo a nuestra manera de narrar y dibujar”.
Una de las cosas que más nos llama la atención es el color: “El color en esta obra fue un reto para mí –asegura Alex-. Jamás había trabajado en un proyecto tan largo, ni coloreado tantas páginas, así que supuso aprender mucho, y sobretodo intentar transmitir con él el tono y las emociones que intentábamos plasmar en la historia. Lo he disfrutado, pero también lo he sufrido mucho”.
Sus proyectos
En cuanto a proyectos, a Josep Busquet no para: “Tengo varias cosas en marcha. Las más cercanas son Atrapados en la Ciudad que aparecerá en breve con GP/Thermozero y que he hecho junto a Diego Burdio y Paula Esteban. También estoy preparando desde hace tiempo un libro sobre cómo escribir guiones para Dolmen, preparando la reedición de Puntos de Experiencia junto a Pere Mejan y trabajando en la segunda parte de Korokke. Y muchas más cosas pero soy de los que hablan de los trabajos cuando ya están a punto de salir”.
“Para mí este ha sido un proyecto muy duro y agotador –confiesa Alex Xöul-, al final se alargó demasiado, por autoexigencia, por cambios que fuimos haciendo y por motivos personales. Hay que tener en cuenta que durante la última parte del libro nació mi hija y estuve trabajando en los pocos ratos libres que me dejaba la paternidad, las clases y otros proyectos, así que el cansancio se incrementó bastante”.
“Es por eso por lo que he pasado una temporada sin apenas tocar un lápiz, sin tener ganas de dibujar y me he alejado un poco del mundo del cómic, necesitaba un buen descanso –añade-. Actualmente estoy más centrado en mi trabajo como diseñador UX/UI, y sin más proyectos en mente, pero por fin he vuelto a tener ganas de dibujar y disfrutar con lo que hago. Así que veremos qué depara el futuro, pero dudo mucho que me vuelva a sumergir en un proyecto tan largo”.
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