Los españoles en el Reino Unido, ante el telón antieuropeo del 'Brexit': "El ambiente está crispado, veremos si relaja"
- Los residentes españoles en Londres se dicen tranquilos por su futuro, aunque inquietos por el devenir del país
- Se resignan con el triunfo de Johnson tras meses de incertidumbre | Especial: Elecciones británicas
La victoria de Boris Johnson en las elecciones británicas no ha sorprendido a los españoles que viven en el Reino Unido. Durante tres años y medio, la mayoría eran conscientes de que el Brexit , sobre todo desde la llegada del líder conservador al Gobierno. No sabían cuándo, pero después de dos años de inquietud por los vaivenes de las negociaciones, sienten que las urnas han aclarado su futuro, al menos por ahora.
Un tímido sol calienta la fría mañana de domingo en Milton Keynes, una localidad al norte de Londres. Allí residen unos 300 españoles de los 180.000 que calcula el Ministerio de Exteriores que hay en todo el país. Muchos trabajan en empresas multinacionales como el Banco Santander afincadas en Milton Keynes. "Entre semana, están todos los españoles por aquí fumando", cuenta Cristina Magallanes. Este domingo, apenas se les ve.
Cristina trabaja en el departamento informático del banco español en Milton Keynes, que se divide en la circunscripción del sur y el norte. El Partido Conservador ganó en las dos el jueves y lo mismo hizo el Brexit, con el 51,4% de votos. Esta madrileña llegó al país en 2011 y en 2017 compró una casa con su pareja, también española, a cinco minutos de la estación central de Milton. Antes, había vivido en Leicester y Londres.
Ambiente crispado
"El ambiente era distinto cuando vine. Era más abierto, lo noté cuando llegué a Milton Keynes. En el norte eran mucho más abiertos con los inmigrantes. Aquí yo no tengo ni un solo amigo inglés. Son muy cerrados", cuenta.
Considera que el rumbo del país "tiene mala pinta" y se dice "preocupada" profesionalmente, aunque personalmente está más tranquila porque tiene concedido el estatus de asentada que propone el Gobierno británico. Todos los ciudadanos europeos residentes en el Reino Unido que no tengan antecedentes penales pueden solicitarlo hasta junio de 2021 para poder residir en el país.
"No me gusta el ambiente que hay, porque ya veo cosas que no me gustan, está crispado, pero veremos si se relaja después de las elecciones. Y los europeos están muy cabreados también". Mientras conduce hacia su casa, cuenta historias que ha oído sobre insultos a niños españoles en algún colegio y del creciente cierre en banda de los ingleses, que llegaron a insultar a un matrimonio durante una visita a Londres por hablar en castellano.
“Me replanteo si quiero vivir en esta sociedad“
Coinciden con ella Yolanda Abal y Hugo López. "El otro día comentaba con mi novio el ataque terrorista en London Bridge y me resultó extraño que nos pareciera normal que hubiera otra puñalada más. Lo típico de que tenemos el tono de voz muy alto, siempre te encuentras al típico inglés que te mira mal por no hablar su idioma o tener un tono de voz elevado".
Yolanda no comprende cómo Johnson logró tan abrumadora mayoría, que paradójicamente le permitirá garantizar un Brexit ordenado. "Me parece increíble que en el siglo XXI, en vez de avanzar, retrocedamos. No solo aquí, sino en Estados Unidos o en España. No entiendo por qué la gente no va a votar, por qué votan a quien votan", dice.
Hugo vive en Londres desde hace siete años, primero en Milton Keynes y ahora en Wembley. Está tranquilo con su futuro, pero el Brexit le hace replantearse su vida, sobre todo porque su pareja polaca únicamente tiene el estatus de preasentada, por lo que desconoce si logrará o no el estatus de asentada. Y no termina de fiarse de Boris Johnson. "A nivel personal no he percibido racismo, pero sí he visto ejemplos de malos tratos, es un poco la sensación de que ha habido más desconexión. En Londres tampoco se nota tanto. Pero sí, me replanteo si es una sociedad en la que queremos vivir", lamenta.
Los asentados, inquietos en la era Johnson
La sensación en Londres, una capital cosmopolita en la que conviven personas de todo el mundo, contrasta con otras zonas del país. No todos los españoles aquí temen el devenir de la futura relación comercial que Johnson se ha propuesto negociar en apenas 11 meses, antes de diciembre de 2020.
Los españoles podrán seguir mudándose al Reino Unido hasta entonces. De hecho, la incertidumbre de una salida a las bravas desde que Johnson llegó al Gobierno en julio elevó el número de solicitudes de asentamiento a los dos millones en octubre. "A mí me la resolvieron en cuatro días, pero ahora van más despacio", explica Yolanda en el restaurante donde trabaja.
Sentada en su cocina, Cristina se enerva cuando charla con su amiga Natalia sobre el encarecimiento de los trámites para obtener la nacionalidad inglesa. "[Los españoles] deberíamos cobrarle lo mismo a ellos", sentencia, porque le parece injusto el procedimiento que ha implantado el Gobierno para los ciudadanos europeos. "Estando asentado puedes vivir aquí por ahora, pero pueden cambiar las leyes. Así que ahora nos toca sacarnos la nacionalidad corriendo", dice.
Según el diario The Sunday Times, Johnson planea reformar su gabinete en febrero, una vez haya resuelto el divorcio. Disolverá el Departamento para la Salida de la Unión Europea y dividirá el Ministerio del Interior en dos, con uno específicamente dedicado a la inmigración, la gran cuestión que decidió el Brexit. El primer ministro planea imponer un sistema de puntos similar al australiano en el futuro.
Natalia lleva en el Reino Unido desde el 2007. Toda su vida está en el país que vio nacer a sus dos hijos, aunque solo le ha sacado la residencia a uno. "Nos hemos dejado llevar por el Brexit, pero como llevamos tanto tiempo no tenemos tantos problemas de permanencia. Sí que lo estamos notando en el trabajo, porque el mercado no está estable. El día a día de vivir en Inglaterra no tenemos problemas", dice.
Entre charla y charla, Cristina explica que en los dos últimos años, las inversiones extranjeras se han reducido bastante en su banco y, por ende, "entiendo que ha ocurrido lo mismo en el resto de bancos. El dinero no desaparece, sino que en vez de meterse en Inglaterra, se va a Holanda, Alemania o donde sea".
Calma entre los jóvenes en Londres
Yolanda Abal dejó su Santiago Natal en marzo de 2015 para trasladarse a la capital británica. No le preocupa su futuro porque le han concendido el settlement status previo a obtener la ciudadanía. "Inglaterra es una isla y depende de la importación. Los ingleses no son estúpidos", dice.
Trabaja en un restaurante de comida española en el centro de Londres y confiesa que ya están buscando proveedores para los próximos meses y animando a sus empleados a solicitar el asentamiento. En 2016 se resignó con el resultado del referéndum. "Me dije, si me tengo que volver a Galicia, pues me vuelvo encantada". Es lo mismo que opinó una compañera suya, que prefiere no participar en el debate.
En ese momento, interviene Lucía Robles, que llegó a Londres desde Granada en junio de 2019 para "meterle caña al inglés". Vino para poco tiempo, pero le apetece quedarse más. Es consciente de que tendrá que solicitar el estatus de preasentado, un trámite online "bastante sencillo", pero que todavía no se ha sentado a hacerlo. Su compañera, Aurora Carballo, estudia Derecho bajo el programa Erasmus y explica que no le pusieron problemas en la universidad para venir.
La calma entre los jóvenes que vinieron en la era del Brexit contrasta con la de las voces que se mudaron a un Reino Unido europeísta. Sentada en su cocina, Cristina reconoce que a veces piensa en irse a otro país europeo cuando "termine el Brexit", porque esta Gran Bretaña no es la misma a la que llegó en 2011.
Aunque son visiones dispares, todas tienen lo mismo en común: la Navidad se nota en el ambiente, los ingleses cantan villancicos en las estaciones de metro ajenos al ajetreo político. Y así, los españoles en Londres ahora sueñan con volver a casa por Navidad y dejar atrás el invisible telón antieuropeo que parece haberse apoderado del país.