'Rejoiners': así son los británicos que lucharán por volver a la Unión Europea tras el 'Brexit'
- Los remainers se resignan a salir del club a finales de enero, pero pretenden hacer campaña por la reentrada
- Desconfían del primer ministro y las "mentiras" con las que ha triunfado | Especial: Elecciones en Reino Unido
La resaca electoral del fin de semana abre paso a una ajetreada semana en el Parlamento británico, que a partir del viernes comenzará a tramitar el Acuerdo del Brexit del primer ministro, Boris Johnson. A primera hora de la mañana, los británicos abarrotan las estaciones del metro. Unos leen el periódico gratuito Metro, otros repasan los titulares en el móvil y los más adormilados acuden a las redes sociales y los juegos para despertarse.
La capital gobernada durante ocho años por el ahora primer ministro sigue su vida ajena al primer día de Gobierno de Boris Johnson. Por la tarde, anunciará algún cambio en su gabinete y se dirigirá a los diputados conservadores que se estrenan en el cargo. Poco a poco, los miembros del Parlamento van instalándose en Westminster.
“Quiero cancelar el Brexit, pero solo através de un segundo referéndum. Lo contrario sería antidemocrático“
A media mañana hay caras nuevas, habituales y poca expectación mediática. No hay ni rastro de las decenas de activistas que se han agolpado día tras día en los últimos meses para clamar contra la salida de la Unión Europea. El más conocido es Mr. Stop Brexit (Steve Bray), un activista que desde 2017 se pasea por Westminster con un altavoz gritando "¡detengan el Brexit!". El viernes, el propio Johnson pidió a su "amigo del sombrero de las estrellas" que se rindiera tras ganar las elecciones.
Hoy le sustituye una mujer que porta una pancarta a favor de un segundo referéndum. Sabe que esta opción es imposible, pero no pierde la esperanza. Eso sí, prefiere no explicar por qué está en contra del Brexit "para no parecer tonta": "Quiero cancelarlo, pero solo a través de un segundo referéndum. Lo contrario sería antidemocrático", dice.
De la permanencia, al regreso
Cruzando el puente hacia Waterloo, a veinte minutos de Westminster, los vecinos de Lambeth siguen con su vida ajenos a los acontecimientos políticos. La permanencia en la Unión Europea ganó por goleada en el referéndum de 2016: el 79% de sus vecinos están en contra del Brexit. Hoy piensan lo mismo, pero resignados, entienden que tendrán que cambiar de estrategia cuando Londres abandone el club comunitario a finales de enero.
“El Brexit es un desastre. Volveremos a la Unión Europea, estoy segura“
Catherine Lucky pasea junto a su hijo cerca del metro de Lambeth North. Esta enfermera de salud mental de 39 años votó el jueves al Partido Liberal Demócrata, que apostaba por revocar el divorcio. "El Brexit es un desastre, estoy totalmente en contra. Tengo familia escocesa e italiana y me preocupa mucho el futuro de mi país y el de Europa. Me da mucha pena que Escocia quiera independizarse, aunque lo comprendo", dice, sobre el pulso que el Gobierno escocés ha lanzado a Downing Street.
De momento, Catherine se tendrá que conformar con un cambio de estrategia cuando se materialice el divorcio: "Estoy segura de que volveremos a la Unión Europea. Yo haré campaña por ello en cuanto salgamos".
La victoria de Johnson fue todo un mazazo para la organización People's Vote, que en dos años ha logrado reunir a millones de personas en las calles de la capital para reclamar un segundo referéndum. El viernes, su portavoz y jefe de operaciones, Thomas Cole, anunció en Twitter la disolución de su campaña. Cole habló con RTVE.es en 2018, pero este lunes, su teléfono está apagado.
El activismo anti-Brexit empieza a mutar ya en redes sociales. Los remainers ahora pasarán a ser rejoiners -join significa unir-, como Catherine. Un matrimonio septuagenario pasea por el barrio. Son del condado de Cheshire, votantes laboristas contrarios al Brexit. "Somos europeos, deberíamos formar parte de Europa", dice Helen. Tony, su marido, está de acuerdo: "Las razones para la salida son mentira. Me da mucha pena el rumbo de nuestro país, pero creo que, a mi edad, me afectará poco". Helen interviene para advertir de las próximas generaciones "que se perderán mucho al no tener esa conexión". De hecho, se plantea sacarse el pasaporte polaco -sus padres son de allí- por si acaso.
Aferrados a la esperanza
Patrick Miller, un artista de 42 años, comparte ideología política con Helen y Tony. "Nunca me pareció una buena idea: no nos informaron, ya teníamos una de las voces más fuerte de la UE", explica. Cree que el divorcio no está tan garantizado como muchos creen, a pesar de que a Johnson le sobran las cuentas para aprobar su acuerdo. "Desde luego, parece más probable, pero sigue habiendo mucho diputado conservador que no apoya su pacto...veremos", señala.
Jack opina lo mismo. No votó en las elecciones, tampoco en el referéndum. Aunque de hacerlo, habría defendido la permanencia. "No sé a quién votar y por eso no lo hago. No sigo mucho la política".Se ríe cuando al ser preguntado por el Brexit: "No creo que vaya a ocurrir nunca. Llevamos tres años así, y mira", dice. A unos metros, Constance se dirige al banco, pero saca un momento para lamentar una cuestión que reconoce, le ha provocado fatiga. "Creo que volveremos a entrar en el futuro, pero ahora no nos queda otra que conformarnos con el liderazgo de Johnson", dice.
Contra las mentiras de Johnson
Encontrar algún fan de Johnson es tarea complicada en este enclave remainer hasta que aparece Tony. Espera a su mujer junto a su podenca Mouse a las puertas de una floristería. "El Brexit es lo mejor que podría pasarnos. Nos servirá para empoderarnos y recuperar el control", destaca. Es el mismo discurso con el que triunfó la campaña a favor de la salida y una frase repetida por Johnson. "Es, simplemente, el mejor primer ministro que podríamos tener".
“Johnson es un desastre, un mentiroso, un racista, un misógino, terrible“
Pero los vecinos de Lambeth discrepan. Todos los defensores de la permanencia lamentan que un "mentiroso y xenófobo líder" vaya a dirigir Downing Street durante los próximos cinco años. Catherine Lucky enfurece al oír hablar de las promesas del conservador. Johnson prometió en campaña contratar a 50.000 nuevos enfermeros, pero se vio obligado a reconocer que unos 13.000 serían personal ya contratado. "Boris Johnson es un desastre, un mentiroso, un racista, un misógino, terrible. Y no sé de dónde va a sacar a los enfermeros, que vienen de países europeos con el Brexit. Lamentable", subraya.
Para Patrick, Johnson es "el peor primer ministro que podríamos tener". La pena le invadió el viernes, cuando vio que sus compatriotas de los alrededores de Manchester decidieron apoyar a Johnson y no al laborismo. "Lo que más me entristeció fue el hecho de que Johnson logró la mayoría por las reticencias contra Jeremy Corbyn en el resto del país. En el norte han pasado por alto que la consecuencia es un líder racista, homófobo, mentiroso...Como alcalde de Londres fue horrible, y ahora no será mejor", dice.
De vuelta en Westminster, los activistas proeuropeos siguen sin aparecer. Solo hay turistas, curiosos ante la llegada de la prensa y ajetreados transeúntes. Un pequeño paseo basta para llegar a Downing Street, la residencia oficial del primer ministro.
Dos colegas de Sky News esperan en el exterior para cubrir la jornada política. Llevan desde las ocho de la mañana frente a las puertas y están hartos del Brexit. Hablan de desinformación y ponen un ejemplo: un matrimonio inglés que votó a favor del Brexit para después mudarse a la Costa del Sol. Conocen al activista más mediático, pero llevan días sin verle. "Creo que Mr. Stop Brexit simplemente se ha rendido", dice el cámara. Solo el tiempo lo dirá.