Arabia Saudí condena a muerte a cinco personas por el asesinato del periodista Jamal Khashoggi
- Los tres acusados de más alto rango, absueltos por "falta de pruebas"
- La Fiscalía considera que la muerte del periodista no fue premeditada
La justicia de Arabia Saudí ha condenado a muerte a cinco personas por el asesinato y desaparición del periodista Jamal Khashoggi en octubre del año pasado en el consulado saudí de Estambul, si bien los tres acusados de mayor rango han sido absueltos y no se menciona al príncipe heredero Mohammed bin Salman, al que la comunidad internacional apunta como instigador del crimen.
Además de los tres sentenciados a muerte, otras tres personas han sido condenadas por encubrimiento a un total de 24 años en prisión, según ha explicado el portavoz de la Fiscalía, que ha sido el encargado de informar de la sentencia.
En el juicio se investigaba a once personas y los otros tres acusados, los de más alto rango, han sido absueltos por "falta de pruebas". Se trata de Saud al Qahtani, exasesor del príncipe heredero Mohammed bin Salman; el exnúmero dos de los servicios de Inteligencia, general Ahmed al Assiri; y el cónsul saudí en Estambul, Mohamed Al Otaibi.
El portavoz de la Fiscalía ha asegurado que familiares del periodista, sus hijos y representantes de Turquía han asistido a las sesiones del juicio, que se ha desarrollado a puerta cerrada.
Muerte no premeditada
Los cinco condenados a muerte lo son por su participación directa en el asesinato de Khashoggi. No obstante, la Fiscalía considera que la muerte del periodista no fue "premeditada" porque la víctima y sus ejecutores no estaban "enemistados".
La Fiscalía aseguró en noviembre que Qahtani había discutido las actividades de Khashoggi con el equipo que después le asesinó antes de de que el periodista entrara en el consulado. Qahtani actuaba en coordinación con Assiri, quien había ordenado que Khashoggi fuera repatriado al reino. En cambio, el negociador sobre el terreno decidió matarlo. Assiri ha sido absuelto tras ser acusado, mientras que Qahtani ha sido investigado pero no ha llegado a ser acusado por falta de pruebas.
Khashoggi, un periodista crítico moderado con el Gobierno saudí que colaboraba con el diario estadounidense The Washington Post, entró el 2 de octubre en el consulado de su país en Estambul y nunca salió vivo. Según la hipótesis manejada por los investigadores de la policía de Turquía, Khashoggi fue asesinado al poco de entrar en la delegación y su cuerpo desmembrado.
La muerte del periodista causó una gran polémica internacional por la presunta participación del gobierno saudí. En junio, la relatora de la ONU para las ejecuciones extrajudiciales señaló directamente a Mohamed bin Salman por el crimen, y el Senado de Estados Unidos acusó en diciembre al príncipe heredero.
Críticas internacionales
Turquía, en este sentido, ha rechazado la sentencia, ya que considera que está "lejos de cumplir con las expectativas, tanto de nuestro país como de la comunidad internacional, de que se aclaren todos los aspectos del crimen y se haga justicia", según un comunicado del ministerio turco de Exteriores.
La nota, firmada por el portavoz de Exteriores, Hami Aksoy, considera "una carencia fundamental" que ni se aclare el paradero del cadáver del fallecido ni la identidad de los instigadores del crimen ni la de los colaboradores locales, si los hubiere, por lo que "no cumple con el principio de rendir cuentas".
Desde Estados Unidos, aliado de Arabia Saudí, un alto cargo del Gobierno citado por Reuters ha calificado la sentencia como "un paso importante para que los autores de este terrible crimen asuman sus responsabilidades", si bien anima a Riad a "continuar con un proceso judicial justo y transparente".
Amnistía Internacional, por su parte, ha criticado que "este veredicto es un encubrimiento que no aporta ni justicia ni verdad para Jamal Khashoggi ni sus seres queridos", según señala en un comunicado su portavoz para Oriente Medio, Lynn Maalouf, que recuerda que "el juicio ha estado cerrado al público y a observadores independientes".