Calvo, Calviño, Iglesias y Ribera: cuatro vicepresidencias para cuatro pilares del gobierno de Sánchez
- Sánchez crea un cuarteto de vicepresidencias para los objetivos políticos, económicos, sociales y ecologistas de su programa
- Renueva la confianza en Calvo, satisface las aspiraciones de Iglesias y eleva las competencias de Calviño y Ribera
España entra en una fase política inédita, la de poner en marcha un gobierno de coalición, en este caso entre dos fuerzas de izquierdas, PSOE y Unidas Podemos, y en una situación de minoría parlamentaria. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha dado forma a un Gobierno que aúna las cuotas de poder necesarias para satisfacer a sus socios y la estructura que cimente la acción de un Gobierno “progresista” que haga frente a los retos del país tras casi un año de bloqueo.
Por eso, de la Presidencia colgarán cuatro patas imprescindibles para Sánchez en el actual contexto: la política, con el desafío del independentismo catalán; la económica, para abordar la recuperación económica, los objetivos marcados por la Unión Europea y hacer frente a la desaceleración económica; la social, para combatir la desigualdad y alcanzar el objetivo de “justicia social” que promueven socialistas y ‘morados’, y -a última hora-, la ecologista, en plena emergencia climática por el calentamiento global.
Para cada uno de estos pilares, habrá en el gobierno una Vicepresidencia que estará en manos, respectivamente, de Carmen Calvo, Nadia Calviño, Pablo Iglesias y la última en ser confirmada, Teresa Ribera, en una decisión que, al mismo tiempo, rebaja el peso del líder de Unidas Podemos y remarca el cariz feminista de los Ejecutivos de Pedro Sánchez, como ya pasó al llegar a Moncloa en 2018.
Será la primera vez que el Ejecutivo cuenta con cuatro vicepresidentes, porque el máximo hasta la fecha habían sido tres. Ya pasó en 2009, cuando José Luis Rodríguez Zapatero remodeló su gabinete para tener como adjuntos a María Teresa Fernández de la Vega (sustituida después por Alfredo Pérez Rubalcaba), Elena Salgado y Manuel Chaves. Y antes, en la legislatura constituyente, Adolfo Suárez se rodeó de tres 'números dos': Manuel Gutiérrez Mellado, Enrique Fuentes Quintana y Fernando Abril Martorell.
Carmen Calvo, mano derecha de Sánchez y mano izquierda con Cataluña
Leal colaboradora de Pedro Sánchez, y uno de sus principales apoyos en las primarias que le llevaron a recuperar el liderazgo del PSOE, Carmen Calvo (Cabra, Córdoba, 1957) seguirá como vicepresidenta de Presidencia y Relaciones con las Cortes y uno de los miembros más veteranos del Gobierno de coalición, con casi 25 años de trayectoria política desde que se presentó en las elecciones andaluzas de 1996 como independiente.
En esta nueva etapa de Gobierno de coalición, Calvo, que tenía también las competencias de Igualdad, cederá esta en favor de la número dos de Podemos, Irene Montero. Significada feminista y principal rostro y voz del Ejecutivo en las manifestaciones del 8M, traspasa una de sus banderas más distintivas pero refuerza su perfil político y simbólico, al asumir desde ahora las competencias en Memoria Democrática, una línea en la que Sánchez quiere profundizar tras el hito de la exhumación de Franco.
Calvo es especialista en Derecho Constitucional, y fue la negociadora por parte del PSOE de la aplicación del artículo 155 en Cataluña. La que fue ministra de Cultura con José Luis Rodríguez Zapatero entre 2004 y 2007 ha encabezado como mano derecha de Sánchez el equipo negociador del PSOE para formar gobierno tras las dos elecciones generales en 2019, que terminaron en un sonoro fracaso en julio y en un rápido éxito en noviembre, y que le han servido también para forjar canales de comunicación con los ahora socios de coalición.
En su papel de vicepresidenta, le tocó hace casi un año dar la cara en Moncloa por la llamada crisis del "relator", un mediador para coordinar y encarrilar las conversaciones con los independentistas en una mesa que pretendía tratar el “futuro de España”, y defender el diálogo con la Generalitat en medio del clamor político de la oposición, que convocó una manifestación contra esta negociación de la que salió la célebre "foto de Colón" que unió a Pablo Casado, Albert Rivera y Santiago Abascal, y a pocos días de empezar el juicio del “procés”.
A esta amante del rock le esperan tiempos movidos, con el desafío de encauzar las relaciones institucionales con la Generalitat y emplearse con inteligencia en las negociaciones políticas que aguardan en la mesa bilateral entre el Gobierno del Estado y el catalán que Sánchez prometió poner en marcha.
Calviño, el aval económico ante Bruselas
Nadia Calviño (A Coruña, 1968), licenciada en Económicas y Derecho, llegó al Ejecutivo de Pedro Sánchez en junio de 2018 siendo directora general de Presupuestos en la Comisión Europea, un cargo técnico de máximo nivel en el órgano de gobierno de la Unión, en el que trabajaba desde 2006 -primero como directora general adjunta de Competencia con el mismo rango en materia de Mercado Interior y Servicios-.
Asimismo, también cuenta con experiencia previa en la administración española. Su última responsabilidad antes de emprender su carrera en la UE fue la Dirección General de Competencia en el Gobierno de Zapatero, entre 2004 y 2006.
Calviño fue una de las grandes apuestas del líder del presidente y la responsable de la propuesta fallida de los Presupuestos Generales del Estado con los que Sánchez quiso, sin éxito, agotar la legislatura pasada.
En este año y medio, se ha convertido en una de las figuras más sólidas del Ejecutivo, especialmente hacia el exterior, dado su prestigio internacional. De hecho, el pasado mes de julio, los países europeos del G7 la consideraron como posible sucesora de Christine Lagarde como directora gerente del Fondo Monetario Internacional, aunque el Gobierno retiró su candidatura tras la primera votación entre los miembros de la UE -el cargo fue finalmente para la búlgara Kristalina Giorgieva-.
El puesto para el que sí fue designada siendo ya ministra en funciones fue el de presidenta de la Junta de Gobernadores del Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (BERD), un cargo rotatorio que ocupará hasta este año y en el que participará en la revisión de la estrategia para el próximo quinquenio de esta entidad, que nació para favorecer la transición a la economía de mercado en los países excomunistas de Europa Central y del Este.
Por todo ello, una de las principales promesas de Pedro Sánchez en el debate televisado de la última campaña electoral fue anunciar que Calviño mantendrá su cartera y estará al frente de una vicepresidencia económica. Desde este puesto relevante, Nadia Calviño, que habla inglés y francés de manera fluida y también sabe alemán, será la encargada de velar que Bruselas dé el visto bueno al gasto social que el Gobierno de coalición quiere impulsar para reducir la desigualdad, y trasladar un mensaje de seguridad por si el pacto con Unidas Podemos genera inquietud.
En el delicado equilibrio entre el mayor gasto, los objetivos de crecimiento económico (que su Ministerio redujo en una décima, al 1,8%, para 2020) y la reducción de la deuda y el déficit público deberá intervenir con especial atención Calviño, en colaboración con el Ministerio de Hacienda y para contar con el beneplácito de Bruselas, a la que la ministra y vicepresidenta económica de España tendrá que instar a no disparar las alarmas.
Pablo Iglesias, del 15M al Consejo de Ministros
El líder de Podemos, Pablo Iglesias (Madrid, 1978) ha conseguido el objetivo de cambiar la política desde dentro. El profesor universitario de Ciencias Políticas, el tertuliano de la coleta y las camisas de cuadros que azotó desde las pantallas a la “casta” y la vieja política, el líder político surgido de la indignación de la calle en torno a las movilizaciones del 15M que se puso como objetivo “asaltar los cielos” y acabar con “el régimen del 78”, ya es un gobernante. Asumirá la Vicepresidencia segunda de Derechos Sociales, por lo que será la cabeza visible de estas políticas del nuevo Ejecutivo progresista.
Pero no solo eso; de él dependerá también la denominada Agenda 2030, que trabaja con los objetivos de Naciones Unidas para el desarrollo sostenible. Una responsabilidad que le servirá para desplegar una agenda internacional en la que tendrán cabida intervenciones ante la Asamblea General de la ONU y en la Unión Europea -en cuyas instituciones ya estuvo como eurodiputado entre 2014 y 2015-.
Tras la fallida negociación del 28A, de la que renegó por no conseguir competencias a su gusto, Iglesias se ha hecho con espacio para imprimir su sello al Gobierno e identificar sus éxitos concretos con la gestión de su partido. De su departamento dependerán los cuatro Ministerios que corresponderán a su formación, por lo que no responderán ante sus socios del PSOE. Para gestionar su Vicepresidencia y coordinar la acción de los Ministerios que ocupe Unidas Podemos, Iglesias no estará en Moncloa sino en una sede propia, como ya ha ocurrido en anteriores Gobiernos con otras Vicepresidencias.
Bajo la dirección de Pablo Iglesias estarán también las Secretarías de Estado correspondientes, la citada de la Agenda 2030 y la de Economía Social. También tendrá a su cargo el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso) y el Instituto de la Juventud de España (Injuve), así como una dirección general de Bienestar Animal.
Todo un triunfo personal para Iglesias, porque fue su presencia en el Consejo de Ministros el principal escollo de las negociaciones de gobierno el pasado mes de junio, que solo se salvó cuando el líder morado renunció a entrar en el Ejecutivo, aunque luego todo fracasó porque entendía que se le ofrecían carteras sin contenido.
Para este cometido, el secretario general de Podemos tiene previsto nombrar al secretario de Economía de su partido, Nacho Álvarez, y a la que ha sido portavoz parlamentaria adjunta, Ione Belarra, secretarios de Estado de Economía Social y de Agenda 2030, respectivamente.
Por otra parte, el ex Jefe del Estado Mayor de la Defensa Julio Rodríguez, para el que Iglesias aspiraba antaño a ver convertido en ministro de Defensa, será su jefe de gabinete, en sustitución de Pablo Gentili, que dejó su cargo tras las elecciones generales de noviembre para entrar a formar parte del Gobierno argentino, su país de origen.
Teresa Ribera, la lucha contra el cambio climático en primera línea
Teresa Ribera será la vicepresidenta para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, la segunda vicepresidencia del área económica en el futuro Ejecutivo. La actual ministra es, entre otras cosas, la impulsora de que la última Cumbre del Clima, la COP25, se celebrara en Madrid el pasado mes de diciembre, al no poder acogerla Chile, y cuenta con gran prestigio internacional por su destacado papel en las negociaciones climáticas de Naciones Unidas.
El nombramiento conocido en las últimas horas sirve a Pedro Sánchez para poner el acento en las políticas de un departamento que él mismo creó al llegar a Moncloa hace año y medio, y a la vez para cumplir con su compromiso de dar al problema de la España vaciada rango de ministerio, un objetivo compartido con Unidas Podemos e incluido en el acuerdo con el que rubricaron su coalición de gobierno.
En estas competencias cuenta con gran prestigio internacional, no solo por su dos décadas de especialización sino por haber participado en las negociaciones de todas las cumbres del clima, incluyendo la que terminó con el Acuerdo de París en 2016 y por su labor en Francia en el Instituto para el Desarrollo Sostenible y las Relaciones Internacionales (IDDRI), el más potente think tank europeo en materia de cambio climático.
En adelante, Ribera seguirá con el reto de implantar un nuevo modelo energético, con la aprobación definitiva del Plan Nacional de Energía y Clima, la Ley de Cambio Climático y la Estrategia de Transición Justa. Además, Ribera tendrá que lidiar con la 'guerra del agua' entre autonomías en relación con el Trasvase del Tajo-Segura, desde Castilla-La Mancha a Levante, o la contaminación que sufre el Mar Menor.
Otro de los retos de Ribera de acuerdo con el programa presentado por Sánchez será la aprobación de una Estrategia de Economía Circular para alcanzar el residuo cero en 2050 y los plásticos de un solo uso, entre otras medidas encaminadas al autoconsumo sin sobrecostes.
Y en sus nuevas competencias sobre el Reto Demográfico, políticas que hasta ahora habían recalado en el ministro de Agricultura, Luis Planas, después de que Meritxell Batet dejara vacante la cartera de Política Territorial, Ribera deberá recoger la estrategia nacional aprobada en marzo de 2019 que resume los retos de la 'España vaciada': garantizar la conectividad territorial, asegurar una adecuada prestación de servicios básicos, favorecer el desarrollo de las comarcas rurales y alinear las líneas de acción con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y de la Agenda 2030, estos últimos dependientes ahora de la vicepresidencia de Derechos Sociales de Pablo Iglesias.