Australia pide a casi 250.000 habitantes de Victoria que dejen sus hogares para no quedar atrapados por el fuego
- Alimentados por condiciones extremas, los incendios ya han devorado diez millones de hectáreas en todo el país
- El primer ministro, Scott Morrison, ha alertado de que todavía está "muy lejos el final de esta crisis"
El Gobierno de Australia ha pedido a los residentes de las grandes áreas del noroeste del estado de Victoria, declarado en "estado de desastre" por primera vez en su historia, que abandonen sus hogares o correrán el riesgo de quedar atrapados por los incendios forestales que asuelan esta región desde Navidad. La medida afecta a unas 240.000 personas
Australia se prepara para el enésimo día de incendios bajo condiciones climáticas "extremas", con previsiones para el fin de semana que superarán los 40 grados centígrados y vientos de hasta 90 kilómetros por hora en muchas áreas rurales, situaciones que llevan dificultando la extinción de un fuego que ya ha devorado unos diez millones de hectáreas en todo el país.
El primer ministro de Australia, Scott Morrison, ha alertado este viernes de que será "un día difícil para los estados del este" y de que todavía está "muy lejos el final de esta crisis".
Morrison, muy criticado por su labor durante los incendios, ha explicado que habrá barcos que permanecerán frente a las costas de Nueva Gales del Sur, preparados en caso de que tengan que evacuar a los habitantes de las distintas poblaciones del estado.
El primer ministro conservador también ha confirmado que tanto la Marina como el Ejército continuarán colaborando en el intento de extinción de los 134 incendios que continúan todavía activos en Nueva Gales del Sur, 53 de ellos sin contener.
24 víctimas mortales y seis desaparecidos
Los incendios han provocado ya al menos 24 víctimas mortales y cuatro bomberos más han resultado heridos en los más de 200 incendios de los estados australianos de Nueva Gales del Sur y Victoria, que han arrasado ya tres millones de hectáreas en el último mes.
Además, al menos seis personas siguen desaparecidas en Victoria, donde hay al menos 50 incendios en curso. En Nueva Gales del Sur, las autoridades están intentando despejar un área de 14.000 kilómetros, con cinco "zonas prohibidas".
En Victoria, estado que en febrero de 2009 vivió el peor incendio de la historia de Australia, con 173 fallecidos, se han emitido seis alertas de emergencia y tres de evacuación antes de que comience la noche por considerarse que los fuegos pondrían en riesgo la vida de las personas.
En el estado aledaño de Nueva Gales del Sur, unos 3.300 bomberos luchan contra 137 incendios, de los cuales 66 arden sin control.
El cambio de los vientos provenientes del sur, que crearán una situación errática y agravarán varios de los focos, han puesto en peligro la región alpina, colindante con Victoria, así como la localidad de Coonabarabran, a 459 kilómetros al oeste de Sídney y que aloja un poderoso telescopio astronómico.
En las localidades de Tumut y Tumbarumba, a 411 kilómetros al suroeste de Sídney, "un par de focos están convergiendo en varios lugares. Al final de la jornada e independientemente de lo que suceda esta noche, el resultado será otro complejo de fuegos que se han unido para crear otro enorme problema", dijo el comisionado de los bomberos de NSW, Shane Fitzsimmons.
Desde que los incendios comenzaron en septiembre pasado, en Australia han causado 26 víctimas mortales, calcinado más de 2.000 casas y arrasado una superficie equivalente a Irlanda; además, se calcula que mil millones de animales salvajes podrían habrían muerto.
Miles de australianos piden la dimisión de Morrison
Miles de australianos se han manifestado este viernes en varias ciudades del país para pedir la dimisión del primer ministro, Scott Morrison, por su inacción ante los incendios forestales y falta de compromiso contra la crisis climática.
"Estamos protestando porque estos incendios no tienen precedentes, están ardiendo desde septiembre y necesitamos acciones urgentes contra esto y la crisis climática", ha dicho a Efe Anneke De Manuel, una de las organizadoras de la protesta llevada a cabo por los universitarios ecologistas Students for Climate Justice y el movimiento Extinction Rebellion.
"También la transición inmediata y en un cien por cien de los combustibles fósiles a las energías renovables y que dimita ScoMo (apodo de Scott Morrison)", recalca De Manuel por teléfono desde Melbourne, una de las ciudades donde los australianos han salido a la calle.
La Policía de Victoria, cuya capital es Melbourne, ha indicado que no dispone de efectivos suficientes debido a que están siendo empleados en los incendios forestales.
Durante los incendios, el jefe del Gobierno también se ha negado a relacionar la crisis climática con el agravamiento de los incendios forestales, algo confirmado por la propia Oficina de Meteorología oficial.
"El cambio climático está influyendo en la frecuencia y gravedad de las condiciones peligrosas de los incendios en Australia y otras partes del mundo", admite la oficina meteorológica en su página web.
Protección de la minería
Australia es el mayor exportador del mundo de carbón y Morrison, antes de llegar a primer ministro, se presentó en el Parlamento con un trozo de este mineral para defender a las empresas mineras frente a las llamadas a reducir la producción.
En este sentido, los manifestantes también exigen que se cancelen los subsidios a las industrias contaminantes para destinarlos en su lugar a financiar a los bomberos y la lucha contra los incendios y la atención a las comunidades afectadas por las llamas.
La gota que colmó el vaso de muchos australianos fue cuando el mandatario australiano se marchó de vacaciones el mes pasado a Hawai (EE.UU.) en plena crisis de los incendios, algo por lo que se vio obligado a pedir disculpas públicamente.