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Alemania

Muere un joven que estaba en estado vegetativo tras ser envenenado durante años por un compañero de trabajo

  • La historia comenzó en 2017, cuando uno de los compañeros del condenado descubriera un polvo blanco sospechoso
  • Los alimentos y bebidas envenenados han ocasionado daños irreversibles a otros dos trabajadores

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En la imagen, un trabajador consume comida en su puesto de trabajo.
En la imagen, un trabajador consume comida en su puesto de trabajo.

Un joven ha fallecido en Alemania tras permanecer más de tres años en estado vegetativo por consumir la merienda que durante mucho tiempo le suministró uno de sus compañeros. Los alimentos, envenenados, han dejado a otros dos trabajadores con daños irreversibles en los riñones, según han informado los medios de comunicación alemanes.

La Audiencia Provincial de Bielefeld condenó en marzo de 2019 a Klaus O., de 58 años, a cadena perpetua por intento de homicidio en tres casos y por lesiones físicas al considerar probado que envenenó durante años los bocadillos y las bebidas que consumían sus compañeros durante las pausas de la jornada laboral.

Además, el tribunal determinó que el hombre debía ser internado de forma obligatoria una vez cumpliera su condena, pues consideraba que este presentaba cierta tendencia a seguir cometiendo este tipo de delitos, calificados como graves por el código civil alemán.

El condenado, que recurrió la sentencia de marzo, no se enfrentará a sanciones inmediatas con la reciente muerte de Nick N., un joven de 27 años que se encontraba en estado vegetativo con daños cerebrales extremadamente graves a causa del suministro continuado de mercurio. Sin embargo, no se descarta que "si el Tribunal Supremo anula la sentencia y ordena un nuevo juicio, podríamos acusarlo ahora también de asesinato consumado", indicó el fiscal Veit Walter, citado por el diario Bild.

Se investigan antiguos incidentes

La historia se dio a conocer en 2017, cuando uno de los compañeros de trabajo del condenado descubriera un polvo blanco sospechoso en su bocadillo y lo fotografiara. La factoría en la que trabajaban disponía de cámaras de videovigilancia -instaladas con posterioridad-, y estas revelaron un comportamiento extraño por parte del acusado.

A raíz de este suceso, la Fiscalía abrió investigaciones sobre los casos de hasta 21 empleados de la fábrica, situada en la localidad de Schloß Holte-Stukenbrock, en el estado federado de Renania del Norte-Westfalia (oeste), muertos desde 2000 poco después de jubilarse, de infarto o tras enfermar de cáncer. "Hemos podido descartar ya nueve casos y estamos investigando todavía otros 12", precisó Walter.