La justicia de Irán detiene a varias personas por el derribo del avión ucraniano
- Un portavoz judicial ha confirmado los arrestos, sin detallar cuántos han sido, tras cuatro días de protestas en las calles
- El presidente, Hasan Rohaní, habla de un "error imperdonable" de las fuerzas armadas y promete depurar responsabilidades
La justicia de Irán ha anunciado este martes la detención de varias personas por el derribo con un misil del avión ucraniano en el que murieron 176 personas, poco después de que el presidente iraní, Hasan Rohaní, reconociera que el siniestro fue un "error imperdonable" de sus fuerzas armadas y prometiera una investigación gubernamental para asumir la responsabilidad del ataque ante los iraníes y ante los países que sufrieron la muerte de sus ciudadanos.
En una alocución televisada, Rohaní ha asegurado que Teherán debe "castigar" a todos los responsables de la tragedia, en una inusual asunción de responsabilidades por parte de las autoridades iraníes, que han visto como miles de manifestantes han tomado las calles en los últimos cuatro días para reclamar la renuncia de sus líderes por el siniestro.
Poco después de su discurso, el portavoz del Poder Judicial, Gholamhossein Esmaili, ha informado en una rueda de prensa también televisada de la detención de un número indeterminado de personas por el derribo del Boeing 737 que hacía la ruta entre Teherán y Kiev, y en el que, además de iraníes, viajaban ciudadanos ucranianos, canadienses, afganos, británicos, alemanes y suecos.
Esmaili ha asegurado que se han llevado a cabo "investigaciones exhaustivas y algunos individuos han sido detenidos", sin dar más detalles sobre un asunto que ha pasado de accidente aéreo a conflicto internacional después de que Irán, que ese mismo día lanzó una veintena de misiles contra dos bases con presencia estadounidense en Irak, admitiera que el avión ucraniano fue derribado por un "error humano", al confundir la aeronave con un misil de crucero.
El presidente pide un tribunal especial
Los arrestos anunciados este martes responden en gran medida a la presión de la población iraní contra un gobierno ya desgastado por las protestas contra la precariedad económica agravada por las sanciones estdounidenses, que en un primer momento trató de negar las acusaciones de que un proyectil había hecho caer el avión y que, cuando reconoció la verdad, intentó limitar la responsabilidad al soldado que disparó el misil.
Así, el pasado sábado, el general de brigada Amirali Hajizadeh, comandante de la rama aeroespacial de los Guardianes de la Revolución –la fuerza de élite del ejército iraní-, asumió la "responsabilidad total" del siniestro asegurando que el soldado en cuestión había actuado de forma independiente.
Ahora, no solo se han anunciado las detenciones, sino que Rohaní ha señalado que "el sistema judicial debe formar un tribunal especial con jueces de alto rango y docenas de expertos" para abordar las responsabilidades del suceso.
"El mundo entero va a estar mirando", ha subrayado en su alocución el presidente iraní, que ha indicado que "el reconocimiento de las fuerzas armadas iraníes de que hubo un error es un buen primer paso", pero ha insistido en "castigar" a los culpables, ya que Irán, ha dicho, debe responder ante sus ciudadanos y ante los países que han perdido a sus nacionales.
Las protestas continúan
Un giro drástico que se produce después de que miles de manifestantes, con los estudiantes a la cabeza, hayan salido durante cuatro días a las calles de todo el país para protestar contra lo que califican de "vergüenza", poniendo en cuestión no solo la gestión de la crisis, sino el mismo régimen de los ayatolás.
"¡Clérigos, marchaos!" y otros cánticos contra el sistema teocrático son habituales en las protestas de los últimos días; entre ellos, el de "Muerte a Jameneí", en alusión al líder supremo iraní, el ayatolá Alí Jameneí, en el cargo desde que en 1989 sucediera a Ruhola Jomeini, el gran líder de la revolución islámica.
Como ya ocurriera a finales de 2019 con las protestas contra la precariedad económica, en las que se contabilizaron al menos dos centenares de muertos, las manifestaciones de estos días han vuelto a ser reprimidas por parte de las fuerzas de seguridad, hasta el punto de que el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, manifestó este fin de semana su preocupación por la violencia ejercida contra los manifestantes.
Sin embargo, ni los golpes de los antidisturbios ni la utilización, incluso, de armas de fuego, ha arredrado a las miles de personas que siguen saliendo a la calle, renovando el pulso contra una clase dirigente a la que el derribo del Boeing 737 ha colocado en una situación extremadamente incómoda tanto dentro como fuera de sus fronteras.