Los demócratas nombran a los siete fiscales que acusarán a Trump en el 'impeachment' y reclaman "un juicio justo"
- Nancy Pelosi pide a la mayoría republicana en el Senado que permita escuchar a nuevos testigos y revisar las pruebas
- El presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, Adam Schiff, encabezará el equipo de fiscales
Con una apelación a los valores constitucionales de Estados Unidos, los demócratas han reclamado este miércoles que la mayoría republicana del Senado permita la celebración de un "juicio justo" contra Donald Trump, que incluya nuevas declaraciones de testigos y una revisión exhaustiva de las pruebas documentales, apenas horas antes de que la Cámara de Representantes comunique formalmente los cargos que le imputa al presidente para que la cámara alta ponga en marcha el impeachment.
Así lo ha señalado la presidenta de la cámara baja y tercera autoridad del país, Nancy Pelosi, en una comparecencia en la que ha presentado a los siete congresistas que ejercerán la acusación en el juicio político, a modo de fiscales, para intentar demostrar que Trump abusó del poder que le otorga su cargo al presionar al presidente de Ucrania, Volodímir Zelinsky, para que investigara a Joe Biden, un rival político, y que después trató de obstaculizar las pesquisas del Congreso.
“Más del 70 % del pueblo estadounidense quiere ver un juicio justo. Eso implica tener testigos y documentos“
"Más del 70 % del pueblo estadounidense quiere ver un juicio justo. Eso implica tener testigos y documentos", ha defendido Pelosi, la cara más visible de la oposición hasta que el Partido Demócrata elija en primarias al rival de Trump en las elecciones presidenciales de noviembre. "La Constitución establece que el presidente debe rendir cuentas. Y ha sido acusado, siempre quedará que fue sometido a un impeachment, no pueden borrar eso", ha subrayado.
Pelosi ha recordado, en ese sentido, la estricta separación de poderes que rige en el sistema institucional estadounidense: "Lo que los senadores deberían estar investigando es si el presidente interfirió en las elecciones por motivos personales y políticos", ha subrayado, afeando a los republicanos que traten de dar carpetazo al juicio político, que se va a celebrar a diez meses de las elecciones presidenciales en las que Trump se juega la reelección.
Los republicanos rechazan la comparecencia de nuevos testigos
Los republicanos, sin embargo, no están dispuestos a conceder un proceso basado en la evaluación de los hechos, toda vez que consideran que Trump ha sido injustamente imputado y que la trama ucraniana no tiene fundamentos. La mayoría de la que disponen en el Senado -53 escaños, por los 47 senadores de demócratas e independientes- no solo garantiza que el presidente será finalmente exonerado, sino que les permite diseñar el formato del juicio político, desde la aceptación de nuevos testigos hasta la duración de los debates.
El líder de la mayoría republicana, Mitch McConell, no solo se ha negado a pactar con los demócratas las condiciones -como si hicieron los demócratas en 1998, cuando el acusado era Bill Clinton-, sino que ha asegurado que hará todo lo posible para exonerar al presidente cuánto antes: "No seré imparcial", prometió ya a finales del año pasado, cuando se concretaron los cargos contra Trump.
Con todo, pese a que ninguno de lo 53 senadores republicanos ha dejado ver ni una sombra de duda de que sostendrá al presidente, si que hay algunas voces que reclaman que el juicio se celebre con todas las garantías. "No apoyaré una moción para desestimarlo", ha advertido el senador y excandidato a la presidencia Mitt Romney, que ha pedido respeto por el procedimiento: "En este punto, las alegaciones que se han hecho son graves y merecen ser tenidas en consideración con los argumentos a favor y en contra".
Otros republicanos son partidarios incluso de permitir la comparecencia de testigos, con ciertas condiciones, frente a la pretensión de McConell, que en todo momento ha reconocido estar coordinado con la Casa Blanca, de limitarse a evaluar las pruebas que recopiló la Cámara de Representantes y tener solo en cuenta las declaraciones efectuadas durante ese proceso de imputación, sin recabar nuevos testimonios. Una postura que le ha valido nuevas críticas de Pelosi este miércoles: "Me decepcionó ver a McConell firmar una resolución que desecha el caso; desecharlo es encubrirlo".
Los siete fiscales demócratas
En la misma línea se ha pronunciado Adam Schiff, presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes y uno de los artífices del impeachment contra Trump, que liderará el equipo de siete managers o fiscales que defenderán los cargos contra el presidente en el Senado: "McConell va a convertir esto en el primer juicio de la historia sin testigos", ha denunciado, después de lanzar a los senadores republicanos: "¿Van a participar en un encubrimiento?".
Junto a Schiff, los demócratas han elegido para defender el caso a Jerrod Nadler, un veterano antagonista de Trump desde sus tiempos como congresista del Estado de Nueva York, que ahora preside el Comité Judicial de la Cámara de Representantes, y a Zoe Lofgren, representante de California que va a participar en su tercer impeachment, puesto que ya trabajaba en el Congreso en 1972, cuando se puso en marcha el proceso contra Richard Nixon.
El resto de managers serán Hakeem Jeffries, de 49 años y representante de Nueva York; Val Demings, de 62 años, jefa de policía de Orlando durante 27 de ellos y representante de Florida; Sylvia García, de 69 años, representante de Texas y primera latina elegida para la asamblea de ese Estado; y Jason Crow, de 40 años, un demócrata moderado que cumple su primera legislatura en el Congreso, como representante de Colorado.
Todos ellos, con experiencia judicial, tal como ha defendido Pelosi: "El énfasis está en los litigantes, en el nivel de comodidad ante una sala de un tribunal. Tenemos que hacer una acusación fuerte, tenemos que armar un caso fuerte para el impeachment". Una labor en la que la líder demócrata asegura que se decantan los valores constitucionales de Estados Unidos: "La Cámara de Representantes ha demostrado su valor y su patriotismo. Nuestros managers reflejan esos valores, y honrarán su responsabilidad para defender la democracia".