Banderas y Almodóvar, el triunfo de 40 años de amistad
- Dolor y gloria, triunfadora en los Goya, culmina cuatro décadas de colaboración entre el director y el actor
- Especial Premios Goya 2020
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"Tú me has entendido mejor que nadie, espero que los círculos no se hayan cerrado y que tengamos la oportunidad de seguir trabajando juntos". Con estas emotivas palabras Antonio Banderas, premio al mejor actor en los Goya 2020, agradecía a Pedro Almodóvar sus 40 años de relación profesional y personal, que han culminado este sábado con el triunfo absoluto de su última colaboración, Dolor y gloria, que se ha alzado con siete galardones, entre ellos el de mejor guión original, director, actriz de reparto (Julieta Serrano) y película.
Muy emocionado al recoger un premio en su Málaga natal y justo tres años después de sufrir un infarto, Banderas se ha deshecho en elogios hacia el director manchego, quien le dio a conocer cuatro décadas atrás en tiempos de la Movida y que le ha regalado en Dolor y gloria uno de los papeles más importantes de su carrera, el de Salvador Mallo, un trasunto del propio Almodóvar.
"Nunca he tenido la oportunidad de conocer a un cineasta o artista en general con la lealtad que tú le tienes a tu cine, porque nunca te has traicionado", le ha agradecido desde el escenario Banderas a Almodóvar, el director que, ha dicho, le "ha entendido mejor que nadie" en su carrera.
Octava colaboración
Dolor y gloria es la octava colaboración entre ambos, una relación que se remonta a principios de los años 80, cuando el actor malagueño, entonces un absoluto desconocido, desembarcó en el Madrid de la Movida para labrarse una carrera en el mundo de la interpretación.
Almodóvar le dio su primera oportunidad en Laberinto de pasiones (1982) y en los años siguientes se convirtió en uno de los habituales en sus repartos, con apariciones en cintas como Matador (1986), la Ley del deseo (1987), Mujeres al borde de un ataque de nervios (1988) y ¡Átame! (1990), en una de las etapas más fértiles de la filmografía del actor manchego.
Pero lo que parecía una relación sólida se vio desgastada a partir de que Banderas se dejó seducir por los cantos de sirena de Hollywood a través de una oferta para protagonizar Los reyes del manbo (1991), a pesar de que el malagueño en aquel momento apenas hablaba inglés.
Fue el primer paso de una carrera internacional cargada de triunfos, en la que destacan cintas como Philadelphia (1993), Entrevista con el vampiro (1994), Desperado (1995), La máscara del Zorro (1998) y sus trabajos con directores de la talla de Brian de Palma, Neil Jordan, Alan Parker, Robert Rodríguez o Woody Allen. El sueño americano encarnado en un chico de Málaga.
Almodóvar, que había escrito para él el papel protagonista de Tacones lejanos (1994), se sintió traicionado por la marcha de su actor fetiche, con quien tardó 22 años en volver a reunirse. Lo cierto es que ese período también supuso la plena consagración internacional del director, que fue elevando su prestigio con producciones como Todo sobre mi madre (1999), Hable con ella (2002) o Volver (2006).
Reencuentro, 22 años despues
Estaba claro que, antes o después, los caminos de ambos tendrían que volver a cruzarse, algo que sucedió por fin en 2011, con el reencuentro en La piel que habito. Pero el rodaje no fue todo lo fluido que podría pensarse.
Según publica Los Angeles Times, en una reciente comparecencia ante los medios en Los Angeles, con motivo de la presentación de Dolor y gloria, Banderas, en presencia de Almodóvar, contó que al inicio del rodaje de La piel que habito le dijo al director: "Mira la cantidad de cosas que he aprendido. Ahora estoy muy seguro ante la cámara y puedo usar mi voz de esta manera y puedo hacer esto y aquello". Pero tras varios días de ensayos, el realizador le espetó con desdén: "Sabes, estas cosas que traes de Estados Unidos deben ser muy útiles para tus directores estadounidenses".
Ambos reconocieron que la tensión fue evidente en este rodaje, pero la amistad volvió a aflorar entre ambos. Tras trabajar de nuevo junto en Los amantes pasajeros (2013), un título menor dentro de la filmografía del manchego, Almodóvar ha regalado a Banderas uno de los grandes papeles de su carrera: el del propio Almodóvar.
Salvador Mallo, el personaje principal de Dolor y gloria es un alter ego del realizador y la interpretación de Banderas ha sido mundialmente aclamada. Además del Goya, el primero como actor protagonista de su carrera -tiene otro honorífico que le fue concedido en 2015-, ha recibido la Palma de Oro en Cannes, el Premio de la Academia Europea, los premios de la crítica de Los Ángeles, Nueva York, la National Society of Film Critics y los españoles Feroz,además de festivales como Palm Springs, los ASECAN andaluces, los Forqué, el Sant Jordi y el Hollywood Films Awards.
Los Oscar, el objetivo final
Y como telón de fondo, los Oscar de Hollywood, que pueden consagrar a Banderas como mejor actor y a Dolor y gloria como mejor película internacional. De momento, y al igual que sucediera en 2000 con Todo sobre mi madre, Penélope Cruz será la encargada de entregar el premio a la mejor cinta en habla no inglesa -una indiscrección que se le ha escapado a Almodóvar en la alfombra roja de los Goya-, lo que supone un gran presagio para la expedición española.
“Sin Pedro Almodóvar no entendería mi carrera como actor y no entendería la vida probablemente”, ha asegurado el intérprete tras recoger el Goya. Almodóvar, más contenido, ha asegurado sentirse "conmovido" por el discurso de su amigo.
Juntos han formado una de las sociedad más brillantes del cine español con un recorrido de más de 40 años de cine y amistad que, por lo visto hasta ahora, tiene visos de seguir produciendo brillantes frutos.