Bares, qué lugares... Tan gratos para el humor
- Sergi Moreso publica El típico bar, una colección de viñetas sobre esos locales
- “En los bares cabe todo el mundo y puede pasar de todo”, asegura
Para el título de esta noticia hemos cogido la famosa frase de la canción “Al calor del amor en un bar”, de Gabinete Caligari, porque su espíritu nos recuerda mucho al del libro El típico bar (si el camarero hablase) (Lunwerg), una colección de viñetas de Sergi Moreso (Espluges de Llobregat, 1987), colaborador de revistas de humor como Mongolia, El Jueves, Cavall Fort o BCN Més. Uno de los humoristas que mejor refleja esa idiosincrasia de los españolitos.
Y lo primero es preguntarle por qué son tan especiales esos bares de barrio: “El típico bar lo puedes encontrar en todos los pueblos aunque no haya dos iguales. Son un centro social para la gente del barrio. Una extensión del comedor de casa. Si me pongo intelectualoide podría afirmar que quizás somos un pueblo que le gusta estar en la calle, charlar con la gente, somos sociales pero cada vez quedan menos espacios así. La calle se privatiza, se automatizan y digitalizan las relaciones pero los bares resisten a eso. Aparte, nos gusta darle al comer y al beber como pocos”.
Sergi confiesa que hay pocos lugares que le inspiren tanto, para el humor, como los bares: “Sobre todo por la variedad de personas y lo auténtico que emanan. La gente en el bar está cómoda, opina y se expresa en voz alta, o incluso a gritos. En los bares cabe todo el mundo, y absolutamente todo puede pasar en un bar. Así que como punto de partida es perfecto. La idea surgió de una exposición que hice para el "Bar Viu" en el barrio de Gràcia de Barcelona donde expuse una serie de viñetas que ocurrían en un bar. De ahí salió el personaje del camarero y solo tuve que ir tirando del hilo”.
Un camarero servicial y discreto
El escenario de los chistes es ese bar de barrio que lleva un camarero dispuesto a aguantar los rollos de sus clientes: “Es un bar y un camarero con habilidades para satisfacer a todo el mundo que entre por su puerta -afirma Sergi-. Cada cliente tiene sus necesidades y el camarero se desvivirá para cumplir sus deseos. Aunque con su absoluta discreción, al terminar el libro podremos intuir que tiene mucho carácter y que si hablase pondría a muchos en su sitio”.
Sergi también analiza y parodia otros temas actuales, como las redes sociales, internet y las nuevas formas de relacionarnos o los Teléfonos móviles. “Me gusta analizar todos los temas posibles. De forma directa o indirecta. Me interesaba parodiar el personaje del camarero porque es un tipo que ve pasar a su alrededor a todo tipo de gente y que, desde la cordialidad, se permite el lujo de juzgarla en silencio. El bar es una excusa para poder hablar de todo aquello que nos rodea y todo aquello que aunque teniéndolo delante no somos capaces de ver. Un retrato más o menos afortunado de nosotros mismos”.
En el libro hay muchas viñetas que contrastan los bares de barrio de toda la vida con los nuevos locales para hipsters. “Mi bar, básicamente se diferencia de esos nuevos locales en el camarero y sus clientes -asegura Sergi-. El típico bar tiene una buena variedad de personajes, con ganas de cachondeo y un camarero haciendo de maestro de ceremonias”.
“Estos nuevos locales hipsters -añade- llevan más maquillaje y son más fotogénicos pero algunos no son tan auténticos. Aunque, por otro lado, no todos serán el típico bar con la bandeja de ensaladilla rusa en el mostrador, la máquina tragaperras y una foto del propietario con Bertín Osborne cuando estuvo de paso para tomar un carajillo. En mi opinión, "el típico bar" se parece más a un local social donde se sirven bebidas. Sin importar la decoración”.
“Mi intención es ser gracioso y crítico”
Hacer humor es una de las cosas más complicadas, en cualquiera de sus formatos. Por eso Sergi confiesa que se prepara todo lo que puede: “Desde que empecé a hacer humor gráfico, leo y me documento sobre el humor y la comedia en sí. Es muy interesante entender sus mecanismos y funcionamiento pero a la hora de la verdad, la intuición de que algo es gracioso es lo que funciona de verdad”.
“Me es difícil definir mi humor deberían hacerlo los receptores –continúa-. A veces es sátira, a veces es absurdo, a veces surrealista. Aunque no creo que entre ellos se excluyan, mi intención es ser gracioso y crítico. Y en cada viñeta pesará más un lado o el otro. O ninguno, depende del lector también”.
En cuanto a sí prefiere hacer reír o reflexionar, Sergi asegura que: “Son muy agradables esos momentos donde se consiguen las dos cosas. Cuando das en el clavo. A mí me gusta más hacer reír que dar lecciones de nada. Pero los temas "complicados" son los interesantes y seguramente los que más necesiten el humor y ser reflexionados”.
Sus proyectos
El libro cuenta con un prólogo de la también humorista Flavita Banana, que era vecina de Sergi Moreso hasta hace muy poco. “Ya no somos vecinos, pero cuando lo fuimos era genial -confiesa el dibujante-. Tener a alguien con quien hablar del oficio y echarnos una mano. Es fácil que dedicándonos a esto lleguemos a conclusiones similares y tratar los mismos temas y ver como cada uno lo lleva a una viñeta de forma distinta es muy interesante. A bares vamos a menudo pero lo de buscar ideas es constante, no solo en el bar, es 24 horas”.
En cuanto a sus proyectos, Sergi asegura que su intención es: “Seguir haciendo humor gráfico. Ya sea en viñeta, tira, novela gráfica, mural o animación. Me da igual, yo lo que quiero es vivir toda la vida de esto como sea”.
Si os gusta el trabajo de Sergi Moreso le podéis encontrar en sus redes: Instagram: @sergi_moreso, Facebook: Sergi Moreso y Twitter: @losergi