Pulso entre demócratas y republicanos por el comprometedor testimonio de Bolton en el 'impeachment'
- Los senadores interrogan a la acusación y la defensa en la segunda fase del juicio
- Los abogados de Trump defienden su actuación "por el interés nacional" para acelerar el juicio | Especial: Impeachment
Sin estar presente, la sombra de John Bolton sobrevuela el impeachment desde hace días. El que fuera asesor de Seguridad de la Casa Blanca hasta septiembre de 2019 ha protagonizado la mayor parte de la nueva fase del juicio político a Donald Trump este miércoles, cuando los senadores demócratas y republicanos han tenido la primera oportunidad de interrogar a la acusación y a la defensa.
La posibilidad de que Bolton sea llamado a comparecer en el Senado cambia por momentos y no se despejará hasta el viernes. Parte de los republicanos que bloquearon el primer intento prefieren esperar a que termine el interrogatorio, a pesar de la intentona del líder republicano, Mitch McConnell, para mantener la disciplina de voto entre sus filas. Los demócratas necesitan el voto de cuatro senadores republicanos y, aunque algunos como el republicano John Barrasso creen que la posibilidad de alargar el juicio más allá del viernes parece desinflarse, la incógnita se mantiene en una Cámara muy pendiente de lo que ocurre en el exterior.
Fuera, la Casa Blanca ha lanzado una ofensiva contra el libro en el que Bolton corroboraría que Trump condicionó la ayuda militar a Ucrania a cambio de que Kiev anunciase una investigación a su mayor rival político en la carrera presidencial, el exvicepresidente demócrata Joe Biden. El abogado del veterano político defiende que su testimonio no revelaría ningún contenido clasificado y ha pedido al Gobierno que acelere la revisión del manuscrito por si es llamado a declarar. Dentro del edificio presidencial, Trump tuiteaba una entrevista de Bolton con la que daba "el juego por terminado". En ella, el exasesor defendía la normalidad de la conversación telefónica con Zelensky y las prioridades en Ucrania: "los problemas en Crimea y su libertad".
Los demócratas presionan para lograr un "juicio justo" con testigos
Los demócratas afrontan la recta final de un juicio que ya tienen perdido con persistencia en su mensaje: no será un juicio "justo" si los senadores no solicitan más pruebas o los testimonios de Bolton y el jefe de gabinete de la Casa Blanca, Mick Mulvaney. "Cuando hay testigos tan relevantes como John Bolton, que llega al centro de la conducta más grave y atroz del presidente, que se ha ofrecido a testificar voluntariamente, rechazarlo y mirar hacia otro lado va totalmente en contra de ser un jurado imparcial", ha advertido el congresista demócrata que lidera la acusación, Adam Schiff.
“Mirar hacia otro lado cuando hay testigos tan relevantes va totalmente en contra de ser un jurado imparcial“
La acusación cree que concluir el juicio el viernes sin más dilación sentaría un "peligroso precedente", puesto que corroboraría la hipótesis de que "el presidente puede utilizar su poder con impunidad". Schiff ha recordado que Bolton se negó a cooperar durante la investigación de la Cámara de Representantes, si bien ya ha anunciado que estaría dispuesto a comparecer ante el Senado.
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Con todo, los demócratas son conscientes de que pueden fracasar y no lograr los 51 votos necesarios para prolongar el impeachment. "Siempre hemos dicho que íbamos cuesta arriba. Hay una tremenda presión por parte de un horrible y vengativo presidente hacia todos los senadores republicanos, pero creo que tenemos una verdadera oportunidad", ha señalado el líder en el Senado, Chuck Schumer.
Defensa del "interés nacional" de Trump para contener a los republicanos
La revelación del diario The New York Times el lunes del contenido del libro de Bolton sorprendió a los abogados del presidente, que evitaron referirse el asunto inmediatamente. Incluso Patrick Philbin, uno de los consejeros de la Casa Blanca, ha reconocido que desconocían que el libro pudiera complicarles el caso. "Nadie de dentro ni fuera de la Casa Blanca nos dijo que la publicación del libro sería problemática para el presidente. Creo que asumimos que Bolton estaba descontento y no esperábamos que hablara bien de él, pero nadie nos avisó", ha dicho.
El jurista ha defendido que la citación de nuevos testigos sentaría un grave precedente para futuros presidentes, puesto que pondría en jaque la seguridad nacional y además convertiría el Senado en un "órgano investigador que quedaría paralizado durante semanas". "Si los asesores supieran que se va a publicar sus conversaciones, no harían bien su trabajo. Los tribunales han dejado claro que esto perjudicaría el funcionamiento del Gobierno. Bolton fue un asesor de Seguridad Nacional, tiene todos los secretos de la nación y ese puesto lleva ímplicita una confidencialidad. [...] Levantar ese privilegio supondría un precedente para futuros presidentes y para el funcionamiento apropiado del Gobierno", ha dicho.
“Si un presidente hizo algo que cree que lo ayudaría a ser reelegido, en interés del público, no puede calificarse como un tipo de quid pro quo“
Los republicanos persiguen desde el inicio del proceso un juicio exprés con el que absolver a Trump antes de que termine esta semana, previsiblemente el viernes, una votación que podría producirse bien entrada la noche.
[Así transcurrió la primera fase del juicio]
El objetivo, que Trump se dirija al Congreso el martes 4 de febrero reforzado por su victoria contra una trama que amenaza con no disiparse en pleno año electoral. Para ello, la defensa ha lanzado una nueva línea argumental: que Trump actuó en el interés nacional al pedir la investigación a los Biden. "Todo funcionario público que conozco cree que su elección es de interés público, y tiene razón. Si un presidente hizo algo que cree que lo ayudaría a ser reelegido, en interés del público, no puede calificarse como un tipo de quid pro quo (intercambio)", ha asegurado el profesor emérito de Harvard, Alan Dershowitz.
En cualquier caso, el abogado personal de Trump, Jay Sekulow, ha recordado que, de aceptarse testigos, el juicio no solo "será muy largo", sino que la defensa pedirá la comparecencia de Joe Biden, Hunter Biden o el propio denunciante anónimo, cuya identidad se mantiene por ahora en secreto para preservar su propia seguridad. De hecho, la semana pasada, los demócratas rechazaron una propuesta para intercambiar testigos.
Batería de preguntas con pocas novedades
Las preguntas de los senadores durante las cerca de diez horas de sesión han ido en línea con el argumentario de cada partido y lo mismo ha ocurrido con las respuestas. Los demócratas buscaban reforzar el caso a favor de nuevos testigos y las acusaciones de abuso de poder y obstrucción a la justicia. Mientras, los republicanos volvían a cuestionar la labor de Hunter Biden en una empresa gasista en Ucrania, la identidad del denunciante anónimo y la teoría del quid pro quo.
“El peligro del proceso de destitución persistirá durante mi vida y la de nuestros hijos“
Schiff ha vuelto a advertir sobre las consecuencias que tendrá la previsible absolución del presidente en el sistema judicial: "Si miran el comportamiento de este presidente y sus palabras, lo que verán es un presidente que identifica al Estado consigo mismo".
La defensa también ha destacado que solo el presidente puede escoger cómo enfoca su política exterior: "La Constitución deja claro que [corresponde al presidente dirigir la política exterior]. Que sus subalternos estén en desacuerdo, no significa que esté haciendo algo mal", ha defendido Philbin. "Este senado tiene la responsabilidad madura de no ahondar en las divisiones del país. El peligro del proceso de destitución persistirá durante mi vida y la de nuestros hijos. Si no les gusta el presidente, hagan campaña contra él. Les imploro: sean los guardianes de nuestra Constitución", ha pedido el abogado Dershowitz.