Boris Johnson rechaza vincular a Reino Unido a las normas comunitarias para lograr un acuerdo comercial
- "No hay necesidad de aceptar todas las reglas de la UE para un acuerdo de libre comercio", argumenta el primer ministro
- Johnson niega que el Brexit vaya a estimular una competencia desleal británica y se abre a discutir un acuerdo pesquero
Una vez consumado el Brexit, la partida entre Londres y Bruselas vuelve a comenzar de cara a negociar su relación futura, por lo que ambas partes han empezado este lunes a situar sus posiciones: Mientras el negociador europeo, Michel Barnier, explicaba la postura de los Veintisiete con una rueda de prensa, el primer ministro británico, Boris Johnson, hacía lo propio en un discurso en el que ha rechazado vincular a Reino Unido a las normas comunitarias para alcanzar un acuerdo de libre comercio, tal como exigen sus antiguos socios para permitir un acceso amplio, sin aranceles ni cuotas de importación, al mercado único.
"No hay necesidad de aceptar para un acuerdo de libre comercio todas las reglas de la Unión Europea en competencia, subsidios, protección social, el medioambiente o nada similar", ha recalcado Johnson, que se ha dicho partidario de un pacto "similar al de Canadá", desde Estados Unidos a Nueva Zelanda.
Y, aunque la Unión Europea proporciona un mercado de 450 millones de consumidores que, ahora mismo, representa casi la mitad de todo el comercio británico, Johnson ha querido mostrar fortaleza al dejar caer que, si no se alcanza un acuerdo, la relación comercial se basará en el actual acuerdo de retirada o en un pacto como el que los Veintisiete mantienen con Australia, es decir, a base de acuerdos sectoriales mientras el resto se atiene a las normas generales de la Organización Mundial del Comercio. El mensaje es que está dispuesto a rebajar la relación con su principal socio comercial para no comprometer su autonomía de cara a otras negociaciones.
Johnson asegura que no habrá competencia desleal
No hay demasiado tiempo, además, para las conversaciones: ambas partes dispondrán de poco más de siete meses, teniendo en cuenta los plazos de ratificación parlamentaria, para cerrar un acuerdo que habitualmente lleva años, dado que el propio Johnson ha dejado claro que no quiere prolongar el período de transición del Brexit más allá del 31 de diciembre.
Quizás por eso, y pese a su negativa a acordar en un tratado que Reino Unido seguirá alineado a la normativa comunitaria, el primer ministro se ha comprometido a que las empresas británicas no incurrirán en competencia desleal con las europeas: "No nos embarcaremos en un recorte a la baja, no vamos a minar los estándares europeos, no vamos a incurrir en dumping", ha subrayado.
De hecho, Johnson ha asegurado que Londres debería estar más preocupado que Bruselas, puesto que, ha defendido, en muchos aspectos su regulación es más exigente y garantista que la europea: "¿Vamos a insistir en que la Unión Europea haga todo como nosotros para tener un acuerdo de libre comercio? Por supuesto que no. ¿Les vamos a acusar de dumping? Por supuesto que no", ha reiterado.
Dispuesto a negociar un acuerdo sobre pesca
Asimismo, el primer ministro británico se ha dicho dispuestos negociar la segunda exigencia que Michel Barnier ha puesto este lunes encima de la mesa, a saber, un acuerdo de pesca que permita el acceso de los barcos comunitarios a las aguas británicas. Sin embargo, ha recalcado que un posible acuerdo debe reconocer la soberanía británica sobre sus aguas y ha abogado por negociar año a año las cuotas pesqueras, para priorizar el acceso de los pescadores de su país sin esquilmar los caladeros.
"Quiero que este país sea un actor independiente, con una voz independiente", ha insistido Johnson en su discurso -que ha titulado Desatando el potencial británico-, en el que ha subrayado también que, de la misma forma que no aceptará los estándares comunitarios, Londres no se someterá a los tribunales europeos como mecanismo para resolver diferencias en el futuro tratado. Y es que ha prometido que, más allá del tipo de relación que forje finalmente con la Unión Europea, "Reino Unido prosperará".
Las negociaciones entre Londres y Bruselas, las primeras que el club comunitario tendrá que entablar con un antiguo miembro tras 47 años de convivencia que acabaron el pasado sábado, tienen previsto comenzar a finales de marzo o principios de febrero, una vez que los Veintisiete den luz verde al mandato negociador, el 25 de febrero, y se desarrollarán en varias rondas negociadoras con una decena de mesas paralelas para distintos asuntos.