75 años de la Conferencia de Yalta: el encuentro que sentó las bases de la Guerra Fría
- "El mundo de Yalta ya murió. Estamos ante un mundo multipolar con tres grandes potencias hegemónicas: China, EEUU y Rusia"
- Zamora es autor de "Política y geopolítica para rebeldes, irreverentes y escépticos" (2016)
El 4 de febrero de 1945 empezó en Yalta (Crimea, entonces parte de la URSS) una reunión que sería clave para el futuro de Europa. Los presidentes de EEUU y la URSS, y el primer ministro del Reino Unido, se encontraron para definir el porvenir del Viejo Continente, una vez derrotado el nazismo.
Entrevistamos a Augusto Zamora, profesor e investigador de la Universidad Autónoma de Madrid y autor de libros como "Política y geopolítica para rebeldes, irreverentes y escépticos" (Akal, 2016).
Pregunta: ¿Qué supuso la Conferencia de Yalta?
Respuesta: Dicho brevemente, estamos ya en el fin de la Segunda Guerra Mundial. Se reúnen los tres principales protagonistas –Churchill, Roosevelt y Stalin- pero realmente los que cuentan son Stalin y Roosevelt. Entre ellos trazan una división de Europa que dará origen a la Guerra Fría y sobre la que se instalará el mundo bipolar. Es el fin de la hegemonía europea y el surgimiento de las superpotencias.
P: Hay quienes ven la Conferencia de Yalta como el nacimiento del multilateralismo. ¿Está de acuerdo?
R: No. Al contrario. Surgió Naciones Unidas de la Conferencia de San Francisco, pero las rivalidades entre las dos superpotencias llevaron a que el órgano principal, que era el Consejo de Seguridad, fuera bloqueado por vetos –ya fuera por unos o por otros. En última instancia, los problemas se resolvían con conversaciones directas entre Washington y Moscú. O sea que multilateralismo, poco. Sobre todo, en los años cincuenta y sesenta.
P: Lo que sí hizo, como usted ha apuntado, fue sentar las bases de la Guerra Fría...
R: Sí, porque no olvidemos que ya en 1944 existían muchas suspicacias de la URSS respecto al interés de los Aliados en Europa, respecto a la seguridad de la Unión Soviética. Y por el bando occidental, Churchill, que era un furibundo anticomunista, quería manipular a los Estados Unidos para arrinconar o detener el avance de las tropas soviéticas en el territorio más próximo al de la URSS.
P: ¿La Conferencia de Yalta sirvió realmente para pacificar el mundo?
R: Sirvió para crear un mundo nuevo. Realmente, la II Guerra Mundial fue el fin del dominio europeo occidental, y el surgimiento de un mundo que no tenía nada que ver con el anterior. Se liquidan los imperios coloniales, se crea una organización internacional con mucha más fuerza que la Sociedad de Naciones, y se sientan las bases de un nuevo orden jurídico que sustituye completamente el orden jurídico creado por las potencias imperialistas. Es otro mundo.
P: ¿Ese otro mundo que sale de Yalta es más pacífico?
R: Es más pacífico en el sentido de que no hubo más guerras mundiales. Hubo guerras periféricas, pero dentro de la división del mundo en áreas de influencia, pues la URSS y Estados Unidos se movían según sus intereses, y realmente los grandes campos de batalla estuvieron en los procesos de descolonización de África y Asia.
P: ¿El mundo dibujado en Yalta ha cambiado?
R: El mundo de Yalta ya murió. Estamos ante un mundo multipolar con tres grandes potencias hegemónicas, que son China, EEUU y Rusia, y con una potencia emergente que hay que tomar en cuenta cada vez más, que es India, y con potencias regionales como Irán, Pakistán, Egipto que quiere volver… dentro de un sistema en el que ya no hay un polo, ni dos, sino que hay que conversar con distintos protagonistas. Aquí en Europa se niegan a verlo y siguen creyendo que EEUU sigue gobernando el mundo, y eso ya no es así.
P: Ahora se achaca a Trump querer acabar con la multilateralidad. ¿Cómo se explica eso?
R: Yo te diría que vivimos un periodo similar al de la paz armada que vivió Europa entre 1871 y 1914, previo a la Primera Guerra Mundial, porque realmente hay un enorme, impresionante carrera militar entre Rusia, China y EEUU. Todo esto que vemos del 5G y Huawei son parcelas de un conflicto mayor en el que se está dirimiendo el reparto del poder mundial para las próximas décadas. Lo que pasa es que, como Europa se ha ausentado de todo, pues aquí prefieren hablar de las cosas más frívolas antes de dedicarle tiempo a esto, que es fundamental. Y, realmente, hay que recordar que, en Estados Unidos, los presidentes son administradores, pero las estrategias se establecen en otras áreas. Hay una serie de documentos que desde hace tres años vienen emitiendo el Departamento de Estado, la CIA, el Departamento de Defensa, el Pentágono… sobre la nueva correlación de fuerzas, los escenarios en conflicto, las nuevas estrategias para mantener la hegemonía de EEUU. Y, también, escenarios de guerra, sobre todo centrados en el Mar de China.
P: ¿Usted cree que EEUU será capaz de mantener la hegemonía que tuvo?
R: Mira, hay que pensar en términos objetivos. EEUU, en los años cincuenta del siglo XX, representaba el 50 % de la economía mundial, y eso determinaba un papel hegemónico casi absoluto en ese mundo sólo contrapesado por la URSS. Pero, en el presente, EEUU representa el 17% de la economía mundial y no es la primera potencia industrial del mundo. Ese puesto lo está ocupando China, que es la principal potencia comercial. Es decir, se confunden las formas con el fondo, y se frivoliza con una situación para esconder el declive de Estados Unidos en ámbitos estratégicos, incluido el militar. Nunca EEUU ha tenido unos rivales de la magnitud de Rusia y de China. EEUU siempre ha peleado con países como Nicaragua, Panamá, Vietnam… La guerra con Japón ha sido la más grande, pero Japón combatía desde Australia hasta Corea, y Estados Unidos no estaba solo. Pero ahora, sí. Y ese es el gran miedo que hay ahora en Estados Unidos, que ellos saben que están solos frente a dos monstruos, y que China no es Panamá, y Rusia no es Corea del Sur.