Un soldado es abatido en Tailandia tras matar a 29 personas y atrincherarse en un centro comercial
- El sospechoso, identificado como Jakrapanth Thomma, deja también más de 50 heridos
- El primer ministro tailandés ha señalado que el motivo del asaltante eran problemas personales por la venta de un terreno
Al menos 29 personas han muerto y unas 52 han resultado heridas en un tiroteo el sábado en la ciudad de Nakhon Ratchasima, en el noreste de Tailandia. El sospechoso, un soldado tailandés de 32 años identificado como Jakrapanth Thomma, ha sido abatido en el interior del centro comercial Terminal 21, tras permanecer más de 15 horas atrincherado en el recinto.
Entre las víctimas mortales, se encuentran 23 civiles, tres policías y tres militares, además del propio asaltante, conforme a los últimos datos facilitados por las autoridades.
Del total de heridos, 32 continúan ingresados - 8 de ellos en estado grave -, según han apuntado las autoridades tailandesas.
Publicó fotos y vídeos del ataque en las redes sociales
Thomma, que publicó fotografías y vídeos del ataque en las redes sociales después de asegurar un día antes que "la muerte es inevitable", era un experto en tiro que ganó varias medallas en competiciones militares y contaba, según los oficiales, con seis armas de fuego -entre ellas una ametralladora M60-, numerosa munición y dos granadas.
De acuerdo con la reconstrucción preliminar de los hechos, alrededor de las 15:00 hora local del sábado (8.00 GMT), Jakrapanth llega a una casa donde mantiene una discusión relativa a un negocio inmobiliario en presencia de su comandante. Tras la disputa, mata al oficial y a una mujer, que sería familiar del comandante.
A continuación, el asaltante se dirigió a la base militar de Surathamphitak donde estaba destinado. Allí, mata a un compañero para después robar armas y munición y darse a la fuga en un coche con el que se dirigió al centro de la urbe.
Media hora después y ya con la Policía persiguiéndole, se detiene en un templo budista donde abre fuego, matando al menos a nueve personas, incluido un oficial de policía, antes de reanudar la huida.
Finalmente, el militar condujo hasta el centro comercial Terminal 21 -donde llegó alrededor de las 17.30 (11.00 GMT)- donde abrió fuego con con un rifle de asalto contra viandantes y automóviles.
El motivo, problemas personales por la venta de un terreno
Acto seguido, el soldado se adentró en el edificio donde continuó con los disparos de manera indiscriminada. Durante la madrugada la Policía llego a afirmar que la situación se encontraba "bajo control", pero minutos después se escuchó un tiroteo procedente del interior del centro comercial.
Finalmente, el militar fue abatido por la policía en un supermercado, que solo tenía una vía de acceso, en la planta inferior del edificio. Las autoridades sanitarias movilizaron a decenas de médicos hasta el lugar y solicitaron a la población la donación de sangre.
El primer ministro tailandés, Prayut Chan-ocha, ha señalado que el motivo del asaltante eran problemas personales relacionados con el rencor generado tras creer que había sido engañado por un acuerdo de tierras.
"Un incidente así nunca había sucedido en Tailandia, y esperamos que nunca vuelva a suceder", ha dicho Prayut tras visitar a varios de los heridos en varios hospitales de la ciudad.
Piden el endurecimiento de la ley de posesión de armas
Además, ha asegurado que se está brindando asistencia psicológica a las víctimas y familiares y que se ha habilitado un piso en la Oficina de Justicia provincial para ayudar a los afectados.
Horas antes, el portavoz del ministerio de Defensa, Kongcheep Tantrawanit, había señalado en declaraciones a los medios locales que simplemente el soldado "se volvió loco".
Las redes sociales fueron el foro donde los tailandeses se han quejado que de la cobertura sensacionalista de varias cadenas de televisión, la lentitud de las autoridades para neutralizar al asaltante y reclamar el endurecimiento de la ley de posesión de armas.
Tailandia es uno de los países del mundo con mayor número de armas, con más de diez millones entre legales e ilegales y una media de unas quince por cada cien personas, según la organización Gun Policy, aunque los tiroteos o los asaltos con armas de fuego no son habituales.