Los españoles aislados por el coronavirus salen del Gómez Ulla: "El trato ha sido espectacular"
- Después de 14 días de cuarentena, había cansancio y muchas ganas de volver a tener "contacto con la calle"
- "Llegamos sanos y salimos sanos", ha dicho uno de los pacientes, que ha pedido respeto para los chinos que viven en España
Después de 14 días de aislamiento en el Hospital Gómez Ulla de Madrid, todos los españoles que fueron repatriados desde Wuhan por el coronavirushan recibido este jueves el alta médica. Atrás queda una experiencia agotadora que, aseguran, ha sido "más llevadera de lo que podían imaginar" gracias a la profesionalidad del personal médico que les ha atendido.
“El trato ha sido espectacular. Desde el primer momento que llegamos, se han volcado con nosotros. Nos dijeron que éramos personas sanas y que nos iban a tratar como tal”, ha explicado en Las Mañanas de RNE Oliver Cuadrado, que forma parte de esa veintena de pacientes que vuelven a pisar la calle al no haber presentado síntomas y haber dado negativo en las sucesivas pruebas realizadas para descartar el contagio.
Cuadrado, entrenador de porteros del Wuhan Three Towns CF, ansiaba volver a tener "contacto con la calle" y abrazar a sus familiares. Admite que la cuarentena se ha hecho “pesada” porque a los 14 días de vigilancia en el Gómez Ulla se suman otros 8 días de aislamiento en China y un día entero de viaje a España.
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Llegaron sanos y salen sanos
"Entramos siendo personas sanas y salimos siendo personas sanas", ha subrayado otro de los pacientes, Pedro Morillas, quien ha leído una carta de agradecimiento en nombre de las 19 personas que han estado ingresadas por prevención, en la que asegura que "se quedan cortas las palabras" para describir el trato recibido.
Morillas es el director deportivo de ese equipo de fútbol en el que trabajan más de 20 profesionales españoles. Cuando saltaron las alarmas en China, algunos compañeros estaban fuera del país, pero los 12 restantes, entre ellos Cuadrado y Morillas, quedaron atrapados tras decretarse el bloqueo y tuvieron que ser repatriados a Madrid.
Llegaron a la base de Torrejón de Ardoz el pasado 31 de enero en un avión fletado por Reino Unido y, desde ese mismo día, han permanecido aislados en la planta 17 del Gómez Ulla -no en la de Unidad de Aislamiento de Alto Nivel con la que también cuenta el centro-, donde han podido moverse libremente y llevar una vida normal dentro de las limitaciones del ingreso.
"Nos podéis dar abrazos y besos sin peligro"
Así lo han detallado la jefa de Servicio de Medicina Preventiva, María Vicenta García, y la supervisora de Enfermería del hospital, Pilar Cárdenas, en la rueda de prensa que han ofrecido en el centro hospitalario junto al director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias de Sanidad, Fernando Simón. Ambas han asegurado que los 19 ingresados han acatado todas las "normas" y que su actitud ha permitido que el protocolo se llevase a cabo como estaba previsto.
Para que pudieran entretenerse, los pacientes recibieron juegos de mesa y podían ver la televisión, escuchar la radio o dar paseos. Sin embargo, lo que ha hecho más llevadero el periodo de vigilancia ha sido la propia compañía del resto de pacientes, junto con el trato del personal del hospital y el apoyo de sus familiares y amigos.
A todos ellos y también a los medios de comunicación han agradecido el cariño recibido, para luego incidir en que ya han pasado todos los controles médicos -incluso les han dado un 'diploma' que refleja el buen estado de salud- y que, por tanto, nadie debe temer el contacto con ellos.
"Nos podéis dar abrazos y besos sin ningún peligro", ha dicho Morillas, que también ha querido lanzar un mensaje en defensa de la comunidad china que vive en España y que está sufriendo los prejuicios y las actitudes xenófobas a raíz de la propagación del virus.
Piden respeto para los chinos que viven en España
Ha recalcado que también ellos son personas sanas y que "merecen ser tratadas como tal", en coherencia con el "trato exquisito" que reciben los ciudadanos españoles en China, país al que tanto él como sus compañeros esperan regresar pronto.
"Seguimos con la mente puesta allí porque hemos dejado amigos, compañeros de trabajo y niños que están bajo nuestra tutela", confiesa Morillas, que desea que Wuhan vuelva a ser "alegre y gran ciudad" que a ellos les demostró ser.