Urkullu admite que los controles en el vertedero de Zaldibar no fueron "suficientes" y lamenta los "errores"
- Traslada su "consternación" y solidaridad con las familias de los dos trabajadores todavía no localizados
- Los tres grupos de la oposición coinciden en denunciar que el Ejecutivo vasco "no ha estado a la altura"
El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha admitido que "a la vista de las consecuencias" tras el derrumbe del vertedero de Zaldibar, en Bizkaia, cabe afirmar que "los mecanismos de control no han sido suficientes" para prevenir el desprendimiento, tras el que quedaron sepultados dos trabajadores.
Durante su comparecencia en la Diputación Permanente del Parlamento Vasco por la gestión que su Gobierno ha hecho de esta crisis, muy criticada por toda la oposición, ha lamentado los "errores" que haya podido cometer su Gobierno, aunque ha precisado que su actuación tiene carácter subsidiario porque la responsable de la gestión es la empresa propietaria del vertedero, para añadir que la "prioridad" es encontrar a los dos trabajadores que todavía siguen sepultados.
El colapso en este vertedero, el pasado 6 de febrero por la tarde, ha abierto una crisis medioambiental y política, con el Parlamento vasco ya disuelto por el adelanto electoral al 5 de abril.
Toda la actuación del Ejecutivo vasco ha sido subsidiaria, según Urkullu, porque la empresa del vertedero, Verter Recycling 2000 SL, es "la dueña de la gestión" de la crisis. "Nuestra responsabilidad es conocer lo sucedido", ha agregado.
Para la búsqueda de los dos trabajadores sepultados, según ha asegurado, los equipos de rescate están superando los incendios sobrevenidos, la inestabilidad del terreno, el riesgo de nuevos desprendimientos que dificultan la búsqueda, o las labores de estabilización de las diversas zonas para acometer los trabajos de búsqueda con mayor seguridad.
La oposición denuncia que el Ejecutivo vasco "no ha estado a la altura"
Los tres grupos de la oposición en el Parlamento Vasco, que han solicitado la comparecencia del Gobierno Vasco sobre el derrumbe, han coincidido en su intervención en la Diputación Permanente en que el Ejecutivo "no ha estado a la altura".
La portavoz de EH Bildu, Maddalen Iriarte, ha criticado que Urkullu dé explicaciones "tarde y obligado" y ha señalado que esta crisis ha puesto sobre la mesa el tema de los residuos" generando una "crisis de credibilidad" en el Gobierno, que "no ha estado a la altura" y ha actuado con "falta de empatía, descoordinación, descontrol y falta de transparencia".
Por su parte, el portavoz de Elkarrekin Podemos, Lander Martínez, ha criticado la "falta de liderazgo" del Ejecutivo de Urkullu en esta "crisis" y ha denunciado que el derrumbe del vertedero no ha sido un accidente natural inevitable, sino fruto de "una cadena de negligencias administrativas". "El Gobierno ha tardado mucho en gestionar este desastre" y "una semana después sigue sin estar a la altura", ha dicho.
El popular Alfonso Alonso ha hablado de "ocultamiento de responsabilidad, de escurrir el bulto y de recurrir a mandos inferiores hasta que la presión fue creciendo" y el lehendakari y los consejeros se han visto obligados a dar explicaciones. Todo ello, junto con una "gestión desafortunada de esta crisis", ha ocasionado una "falta de confianza" de los ciudadanos en las instituciones públicas, ha añadido.
La mesa de crisis se creó "de inmediato"
El lehendakari ha comenzado su intervención con palabras de recuerdo a Alberto Sololuze y Joaquín Beltrán, los dos trabajadores desaparecidos tras el derrumbe, de "consternación" y solidaridad con sus familiares en representación de las instituciones y la sociedad vasca. El colapso del vertedero se produjo, según ha asegurado el lehendakari, el 6 de febrero, alrededor de las 16:15 horas, y tuvo conocimiento del accidente cuando se encontraba reunido con la consejera vasca de Seguridad Estefanía Beltrán de Heredia.
"De inmediato", según Urkullu, se decidió crear una mesa de crisis que mantuvo su primera reunión ese mismo día, a las 19:30 horas, ante una situación de "máxima relevancia, urgencia y complejidad".
Urkullu ha insistido en que el operativo sigue abierto con la prioridad de encontrar a los trabajadores sepultados y ha hecho un llamamiento a la sociedad y a las fuerzas políticas para responder "desde la unidad ante esta grave situación" porque "se pueden agitar los miedos, los deseos vindicativos o la prisa por debilitar al adversario político si es que esta es una cuestión de utilización política", algo que considera que están "comprobando".
Por su parte, la consejera de Salud del Gobierno Vasco, Nekane Murga, ha dicho entender "las dudas de los vecinos" y comprende "su inquietud" por la situación generada tras el derrumbe del vertedero, pero ha asegurado que es "una situación de alerta" porque una exposición por un periodo corto de tiempo a unos valores elevados como los obtenidos de dioxinas y furanos "no supone un riesgo para la salud", ha asegurado.
El consejero de Medio Ambiente del Gobierno Vasco, Iñaki Arriola, ha explicado en su intervención que, desde la apertura del vertedero se han realizado siete inspecciones y, en la última de 2019, se detectaron 23 desviaciones, aunque "ninguna de ellas graves y, en absoluto había indicio alguno que hiciera pensar que presentaba problemas de estabilidad y, muchos menos, que pudiera ocurrir un deslizamiento".