Becas, enseñanza práctica, igualdad de oportunidades y otras asignaturas pendientes de la Educación
- Estudiantes de Bachillerato confrontan sus aspiraciones para el futuro con sus demandas para mejorar la enseñanza
- El Gobierno se ha comprometido a rebajar la nota de acceso a las becas y el precio de las tasas universitarias
Belén Gundín sueña con un futuro entre batas y fonendos. A las puertas de la Universidad, lo suyo son los hospitales y lo tiene claro desde muy pequeña. Quiere ayudar a la gente y “estar en sus peores momentos”. Para ello, asegura que “no hay mejor carrera que Medicina”.
Desde Cáceres, Cristina Gómez, de 18 años, una apasionada de las olimpiadas matemáticas, no duda sobre su futuro el próximo año: “O el doble grado de Matemáticas y Física o Matemáticas”. En su vocación, le han inspirado sus profesores -afirma haber tenido mucha suerte con ellos-; ahora, es ella quien quiere transmitir esta pasión a los demás.
Cristina y Belén son dos de los 200 estudiantes de su edad más brillantes de España, que han coincidido este mes en Madrid para optar a una de las 50 Becas Europa, organizadas por la Universidad Francisco de Vitoria y el Banco Santander. Todos los candidatos a este programa cursan segundo de Bachillerato y tienen una nota media de 9,7.
Casi al mismo tiempo que ellas se preparan para su futuro en la universidad, los ministros de Educación y Universidades diseñan los proyectos de sus departamentos para los próximos años. Los sueños y objetivos de estudiantes como Belén y Cristina se enfrentan a las asignaturas pendientes del Gobierno. ¿Son coincidentes?
Prácticas para que los docentes no sean solo teóricos
Cristina es consciente que no todos los estudiantes han tenido la misma suerte que ella con sus profesores. Asegura que la clave de la enseñanza está en impartir clases más interactivas, algo que Belén también apoya: "Que no solo nos expliquen con palabras cómo llueve, que nos lo enseñen", ejemplifica. Las dos lamentan que el aprendizaje en las aulas es excesivamente memorístico.
Esta semana, la ministra de Educación, Isabel Celaá, ha anunciado la futura implantación de un año de prácticas tuteladas para los nuevos profesores antes de que ejerzan. Se busca así una incorporación progresiva “a una profesión compleja que, como sucede en el caso de los médicos y los jueces, tiene que realizarse con exquisito rigor y cuidado”. Celaá destaca la futura creación de un Instituto de Desarrollo Curricular que contribuya a unos currículos menos "enciclopédicos" y más prácticos.
Quizás esta medida ponga fin a la petición de Belén y Cristina y tantos alumnos de su edad, pero Isabel Galvín, secretaria general de Educación en Comisiones Obreras (CC.OO.), recuerda en declaraciones a RTVE.es la importancia de invertir en Educación para que todas estas medidas sean una realidad.
La inversión óptima en educación de España sobre su PIB sería una próxima al 7%, nunca inferior del 5,5% pero en la actualidad la cifra se sitúa por encima del 4'5% de media. "Además, hay mucha desigualdad entre comunidades autónomas. La Comunidad de Madrid invierte en torno al 2% en Enseñanza; Extremadura se acerca al 6%. País Vasco, Cataluña, Castilla León, y Andalucía también están apostando más por la enseñanza y se aproximan al 7%", apunta.
Relación Universidad-Empresa: ¿pujanza solo de las ciencias?
Salvador Dzimah, otro preuniversitario que aspira a la citada Beca Europa, tiene ambiciones galácticas. Desde pequeño ha soñado con el espacio y llegar a construir algún día sondas espaciales. El próximo año quiere estudiar la carrera de Ingeniería Aeroespacial en la Universidad Politécnica de Madrid.
Él tiene claro qué mejoraría en la educación: "Sería bueno que hubiera más contacto entre universidades y empresas para que los planes de estudio de los grados respondiesen mejor a los requerimientos del mundo profesional", afirma a RTVE.es.
El sistema universitario en España, desde que se puso en marcha el Plan Bolonia en 2007, busca precisamente preparar mejor a los estudiantes frente al mundo profesional. Las universidades, no obstante, no quieren perder es su misión, "una enseñanza de los fundamentos que proporciona a los alumnos la capacidad de adaptación ante cualquier problema o cambio futuro", recalca a RTVE.es Salustiano Mato, vicepresidente adjunto de la Conferencia de Rectores de las Universidades Española (CRUE).
“Las clases de Matemáticas, vacías hace unos años, hoy están llenas; pero también hacen falta filólogos por la pujanza de las máquinas y asistentes virtuales“
Cristina, Salvador y Belén, tres estudiantes con excelentes calificaciones, se han decidido por las Matemáticas, la Ingeniería Aeroespacial y la Medicina, aunque entre los expedientes más brillantes de España que concurren en la Beca Europa, los alumnos se dividen casi por igual entre los estudios de 'letras' (53% que optan por grados de ciencias sociales y jurídicas, artes y humanidades) frente a los de 'ciencias' (47%).
Los grados de ciencias, ciencias de la salud, ingeniería o arquitectura tienen tradicional buena fama por sus salidas laborales. El vicepresidente adjunto de CRUE destaca algunos conocimientos que han ganado más hueco en la realidad digital: "Matemáticas no estaba nada demandada hace unos años. Hoy, las clases están llenas. La razón es la actual aplicación de algoritmos para todo”.
Paradójicamente, cuando la tecnología habla un lenguaje numérico, la Filología es otro ejemplo de estudio pujante: las máquinas y los asistentes virtuales necesitan entender y pronunciar perfectamente y es imprescindible que lingüistas e informáticos colaboren en este cometido. Son dos casos en los que no hay una acreditación profesional específica, pero sí un prestigio cada vez más valorado por las empresas.
Más palabras y más valores en las aulas
Hablando de competencias, una de las que echa de menos Salvador Dzimah en las clases es la de la capacidad de hablar y argumentar, la oratoria, que a su juicio debería enseñarse en todos los colegios de Educación Primaria y Secundaria.
Sin embargo, para conseguirlo sería necesaria una disminución de las ratios en las aulas de Lengua y desdobles en los grupos, aumentar la plantilla de los colegios y cambios curriculares. La secretaria general de Educación en CC.OO. considera que el problema es que habilidades como la oratoria "no se valoran lo suficiente en los currículos de los docentes".
Junto a esta disciplina, para lograr una educación integral de los jóvenes, Galvín añadiría una asignatura de actitudes democráticas, porque “los ciudadanos tienen que estar formados en sus principios y valores”, u otras disciplina de humanidades “que también se han descuidado”, como la Filosofía y la Música, que “ocupan poco tiempo o ninguno en los horarios”.
“En otro país no habría lugar para debatir esto (de hecho, es una recomendación de la OCDE), pero en el nuestro no hay siquiera un consenso político que lo contemple”. Galvín critica que en España el plan de estudios “tiene que ver más con la politización y el uso partidista de la Educación como espacio de confrontación política”.
Más becarios con menos dinero
Uno de los perennes desafíos de la educación sigue siendo las becas. El Gobierno se ha comprometido a bajar de 5,5 a 5 la nota mínima para acceder a las becas en Bachillerato y FP Superior, mientras que aspira a "reducir gradualmente a 5 la nota de acceso a las cuantías fijas de becas universitarias" (el PP creó un sistema de becas con una cuantía variable, de 60 a 1.500 euros por alumno, en función de las notas, la renta y otros factores, además del presupuestos disponible, que el acuerdo de Gobierno entre el PSOE y Unidas Podemos contempla eliminar).
“Entre 2011 y 2018 el número de alumnos becado ha subido un 11%, pero los recursos han bajado un 15,4%. “
Isabel Galvín afirma que las becas “tienen que garantizar la igualdad de oportunidades” y que tienen que ser suficientes para que no impidan a las familias que sus hijos estudien lo que quieran y para que los estudiantes no necesiten trabajar al mismo tiempo para sufragar los estudios. Durante los años de la crisis, el porcentaje de estudiantes que estudiaba y trabajaba al mismo tiempo pasó de un 59% a un 67% entre 2008 y 2014, según la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB). Algo que, según los expertos, genera "nuevos mecanismos de desigualdad interna en la universidad".
El pasado curso se matricularon en las 83 universidades españolas un total de 1.293.892 alumnos, según el Ministerio de Universidades. En materia de becas, con los últimos datos disponibles, entre 2011 y 2018 los becados han subido un 11%, pero los recursos han bajado un 15,4%.
"Si bajas la cuantía de la beca, haces que haya más becarios, aunque haya menos dinero", señala la secretaria general de Educación de CC.OO. “Por tanto, las becas son más bajas en cuantía y entramos en el círculo del que hemos hablado: necesidad de trabajar, la mayoría de las veces con precariedad, que no permite al alumno dedicarse plenamente al estudio”.
Igualdad real de oportunidades, empezando por las tasas
Otro de los puntos que promete revisar en los próximos meses el Ministerio de Universidades son las tasas. El objetivo, ha apuntado el ministro, Manuel Castells, es devolverlas a los niveles anteriores a 2012, año en el que, según ha explicado, muchas comunidades las "inflaron". Por ello, eliminará la horquilla de precios mínimos y máximos que se impuso entonces y su intención es marcar sólo un precio máximo para las regiones y evitar las "disparidades" que ahora existen entre comunidades.
La CRUE considera "relevante" el hecho de que el Ministerio de Universidades apueste por "reforzar y extender" el sistema de becas y por acabar con el "desequilibrio" de precios existente entre comunidades autónomas para idénticas titulaciones.
Además de estas barreras económicas, Salustiano Mato recuerda que, para conseguir una igualdad real de oportunidades, se deben eliminar las barreras sociales. “Un adolescente, según donde viva, quizás desconoce que existen becas. Hay que trabajar estas cuestiones con metodologías más ambiciosas”.
Y antes de la Universidad, vienen las pruebas de acceso, la EBAU, polémica por el desigual nivel de dificultad y exigencia -y de las consiguientes notas- entre comunidades. Mientras la ministra de Educación ha dicho que no se va a cambiar porque "no se puede cambiar el caballo en mitad de la carrera" y además las comunidades tienen sus competencias en cuanto a currículo que hay que respetar, el ministro de Universidades se implicará en la revisión de esta prueba con el fin de garantizar "la igualdad de derechos" de los estudiantes de todas las comunidades autónomas. "No puede ser que cambie tanto de una comunidad autónoma a otra", ha señalado Castells. Ese examen lo pasarán alumnos, Gobierno y universidades al final de la primavera.