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Desbordados por la basura

España es el país de la Unión Europea que vierte una mayor cantidad de residuos a vertederos. Su reciclaje, las escombreras ilegales y los residuos industriales son asignaturas pendientes.

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La economía española generó 132 millones de toneladas de residuos en 2017, el último año del que se tienen datos.
La economía española generó 132 millones de toneladas de residuos en 2017, el último año del que se tienen datos.

El derrumbe de toneladas de materiales en el vertedero vizcaíno de Zaldibar, que sepultó a dos trabajadores todavía no localizados, y su posterior incendio, ha desatado una crisis medioambiental y política en el País Vasco sin precedentes, con críticas a la gestión del Gobierno autonómico. El suceso ha puesto en el punto de mira a los vertederos y la gestión de los residuos en España.

La economía española generó 132,1 millones de toneladas de residuos en 2017, el último año del que se tienen datos. La mayor parte llegó de la industria (31,12%), la construcción (26,75%) y los hogares (17,1%). Estas cifras corresponden a la última Memoria Anual de Generación y Gestión de Residuos de Competencia Municipal publicada por el Ministerio de Transición Ecológica.

Gestión municipal de los residuos no peligrosos

De estos 132,1 millones de toneladas de residuos, los municipios españoles gestionaron 22 millones de toneladas de basura. En este sentido, cabe recordar que los municipios se hacen cargo de la basura procedente de los hogares y del sector servicios (comercios, oficinas e instituciones públicas o privadas), pero no de los residuos comerciales gestionados por canales privados distintos al municipal, ni residuos procedentes de la industria ni de la construcción.

La responsabilidad de tratar estos residuos es de las empresas que los generan, bien directamente o bien contratando a otra compañía dedicada al tratamiento de residuos, como es el caso de Verter Recycling, la empresa propietaria del vertedero que se ha derrumbado en Zaldibar.

Los 116 vertederos municipales que había en 2017 en España recogieron 11,7 millones de toneladas de residuos.

De los 22 millones de toneladas de basura con competencia municipal, aproximadamente la mitad va a parar a vertederos distribuidos por todo el país. Los 116 vertederos municipales que había en 2017 en España recogieron 11,7 millones de toneladas de residuos.

Aunque en los últimos años ha aumentado el porcentaje de basura que se recicla (de 29,79% en 2015 a 36,11% en 2017), el porcentaje de basura que se vierte sigue siendo más de la mitad de todos los residuos. Esta cifra varía de una comunidad a otra. Asturias, Aragón, Canarias y Andalucía son las comunidades con un mayor porcentaje de residuos que acaban en vertederos.

En todo caso, se antoja difícil alcanzar el objetivo marcado por la Unión Europea para 2025, que marca un porcentaje mínimo del 55% para el reciclado de residuos.

El país de la UE con mayor uso de vertederos

Del total de residuos, un 53,9% fue a parar a vertederos, según las cuentas ambientales del Instituto Nacional de Estadística. De esta manera, España es el país de la Unión Europea que vierte una mayor cantidad de residuos a vertederos.

Para el presidente de la Asociación de Valorización Energética de Residuos Urbanos (Aeversu), Rafael Guinea, esto se traduce en "un desperdicio total de los residuos, que deberían ser aprovechados como recursos". Aeversu, que agrupa a las once empresas españolas y una de Andorra que trabajan en este sector, propone como opción alternativa construir más plantas de valorización energética y doblar la tasa de reciclaje.

La valorización energética es la conversión en energía -electricidad, vapor o agua caliente- para uso doméstico o industrial de aquellos desperdicios que no pueden ser reciclados, una actividad que también tiene impactos ambientales, aunque "a diferencia de los vertederos, donde no se pueden medir, aquí están medidos y controlados".

Más que vertederos incontrolados, escombreras

Los vertederos son instalaciones de eliminación de residuos mediante su depósito subterráneo o en superficie. En España, estos depósitos están clasificados legalmente en tres categorías:

- Vertederos para residuos peligrosos.

- Vertederos para residuos no peligrosos (principalmente, las basuras municipales).

- Vertederos para residuos inertes (escombros, ladrillos, yesos...).

Los residuos que no se pueden reciclar, principalmente materiales orgánicos no peligrosos, se depositan en los vertederos, se cubren con tierra y una red de tuberías canalizan los gases que generan, que o bien pueden aprovecharse como energía o bien se queman sin otra finalidad que la de aliviar los depósitos orgánicos enterrados.

En España, más que vertederos incontrolados, hay escombreras. Ecologistas en Acción

Eso, si el recinto cumple con la legalidad. Aunque, como apuntan desde Ecologistas en Acción, se trata de la tónica general. "En España, no hay vertederos incontrolados, lo que hay son escombreras", asegura a RTVE.es Carlos Arribas, el responsable de residuos de la organización ecologista. "Hay mucha acumulación de residuos inertes, sobre todo en las ciudades, en el área periurbana. Pero no hay almacenamientos masivos de residuos que no tengan ningún tipo de control".

Zaldibar ha puesto en el punto de mira a los vertederos en España y la gestión de los residuos.

Zaldibar ha puesto en el punto de mira a los vertederos en España y la gestión de los residuos. EFE

¿Incineración o vertido?

A nivel nacional, se incineran aproximadamente el 13% de los residuos municipales, una cifra que se acerca al límite legal, puesto que el Plan Estatal Marco sobre gestión de Residuos (PEMAR) establece un porcentaje máximo de incineración de un 15%.

Mientras que hay países europeos como Francia o Dinamarca que apuestan por la incineración, España basa su política de residuos en el vertido y el reciclaje. Las dos opciones tienen sus pros y sus contras, con impacto medioambiental en ambos casos. Los vertederos, por ejemplo, ocupan terreno y pueden contaminar el aire, el agua y el suelo, mientras que la incineración puede dar lugar a emisiones de contaminantes atmosféricos.

Aquí, entre una opción y la otra, hay diferencia de pareceres. Carlos Arribas, responsable de residuos de Ecologistas en Acción, asegura a RTVE.es que "la incineración no es la mejor opción. Si la incineración es sin recuperación de energía o la incineradora no cumple con un rendimiento mínimo de eficiencia, la incineración es equivalente al vertido. Ambas son las peores formas de gestionar los vertidos".

"Si hay valorización energética, lo que ocurre es que solo hay recuperación de energía. No hay reciclaje, y el reciclaje está por encima de la valorización energética", continúa, "porque el reciclaje conserva la materia prima. En la incineración, lo único que aprovechamos es la energía, y además de forma poco eficiente".

Arribas hace además hincapié en el problema ambiental que genera la quema de los residuos: "Hay decenas de estudios científicos sobre el impacto de las incineradoras en la población y la incidencia de cáncer alrededor de las incineradoras. Y han encontrado una correlación positiva. Si vives cerca de una incineradora tienes un riesgo mayor de padecer cáncer".

Hay decenas de estudios científicos sobre el impacto de las incineradoras en la población y la incidencia de cáncer alrededor de las incineradoras. Ecologistas en Acción

Juan Antonio Conesa, catedrático de Ingeniería Química de la Universidad de Alicante, no opina lo mismo. "Para mí, definitivamente, lo mejor es la combustión", expresa a RTVE.es, "lo siento mucho por los ecologistas, pero es que es así. No hay comparación".

"Si la combustión de lo que se ha producido ahí se hace en un espacio controlado, lo que sale de ese horno es nada comparado con un minuto de lo que ha pasado en Zaldibar. Las emisiones son muchísimo más bajas en un horno controlado que en un incendio a cielo abierto", explica.

Tasa al vertido y recogida selectiva

Dentro de los residuos municipales, la fracción orgánica es la que tiene un mayor impacto ambiental. Porque es la que se descompone, generando metano y otros gases, lo que produce inestabilidad en los vertederos. Además, estas sustancias tienen un importante efecto invernadero, con una relación directa en el calentamiento global, y pueden resultar nocivas para la población cercana. Por ello, desde el ámbito ecologista reclaman dos medidas urgentes: una tasa al vertido y la recogida selectiva de la materia orgánica.

"La primera medida, recomendada repetidamente por la Comisión Europea, es la imposición de una tasa homogénea al vertido, que penalice el vertido", explica a RTVE.es Carlos Arribas, responsable de residuos de Ecologistas en Acción.

Los residuos orgánicos son los que tienen un mayor impacto ambiental, por su capacidad de descomposición.

Los residuos orgánicos son los que tienen un mayor impacto ambiental, por su capacidad de descomposición. iSTOCK

"Es que ahora el vertido es muy barato. Para los ayuntamientos, para los gestores, para todos, verter es lo más barato. Y la opción más barata es casi siempre la que se elige", opina, "en cambio reciclar, establecer medidas para aumentar el reciclaje, la reutilización... Todo eso es mucho más complicado, y ahora mismo es más costoso. Así que hay que hacer más costoso el vertido. Hay que gravarlo, pero no para ganar dinero, no en sentido recaudatorio, sino para poner una dificultad que obligue a pensar en otras alternativas".

"Y la segunda medida urgente es obligar a implantar la recogida selectiva de la materia orgánica. Porque es importantísimo recogerla separadamente", prosigue.

"Convendría avanzar hacia recogidas puerta a puerta, recogidas más personalizadas... O promoviendo la identificación del usuario, lo que aumenta la responsabilidad, que es algo que se está utilizando ya en ciudades como San Sebastián", sostiene, "la gente debería separar los residuos en su casa, especialmente los residuos orgánicos, que no se hace".

Registro único de residuos

En realidad, la competencia en materia de residuos recae en las comunidades autónomas por encima de los municipios. Y aquí la descoordinación y las diferencias entre unas y otras son notables, lo que en algunos casos dificulta su gestión. Por ello, el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico está trabajando con las comunidades autónomas para incorporar toda la información y datos relativos a esta materia en un único registro compartido.

En la actualidad, el Ministerio recoge la información que las comunidades autónomas le trasladan sobre sus residuos y vertederos, pero la dificultad reside en que, por un lado, no todas las administraciones autonómicas recogen los datos con la misma metodología y profusión y, por otro, no existe legalmente la obligación de remitir al Gobierno estos datos.

La descomposición de la materia orgánica genera metano y otros gases, lo que produce inestabilidad en los vertederos.

La descomposición de la materia orgánica genera metano y otros gases, lo que produce inestabilidad en los vertederos. EFE

Gestión de los residuos industriales

En cuanto a los residuos industriales, que suelen estar en manos privadas, son las propias industrias que los crean las encargadas de pagar y de controlar su funcionamiento. La Asociación de Empresas Gestoras de Residuos y Recursos Especiales (Asegre) defiende que pasan unos trámites muy rigurosos. Pero Ecologistas en Acción denuncia que hay descontrol en estas plantas.

"Muchas comunidades autónomas no tienen suficientes inspectores, y el grado de cumplimiento de los programas de inspección es muy escaso", asegura al respecto Carlos Arribas.

En esta misma línea, el catedrático de Ingeniería Química de la Universidad de Alicante Juan Antonio Conesa sugiere que el caso de Zaldibar puede ser un ejemplo de esta falta de control generalizada: "a mí me da la impresión, aunque es una opinión personal, de que en Zaldibar se estaban metiendo residuos no permitidos. Porque si fuesen residuos inertes, nunca se hubiese generado gas".

En las plantas de residuos se cumplen unos elevados niveles de seguridad y de estándares de calidad. En la mayoría de los casos funcionan correctamente, a pesar de lamentables sucesos puntuales como el de Zaldibar. Luis Palomino (Asegre)

Luis Palomino, secretario general de Asegre, recalca que la empresa que gestiona el vertedero de Zaldibar no pertenece a su asociación y manifiesta a RTVE.es que "a la vista de lo que está sucediendo, queremos llamar la atención de la necesidad de este tipo de instalaciones, instalaciones centralizadas en las que se cumplen unos elevados niveles de seguridad y de estándares de calidad, y que funcionan la mayoría de los casos correctamente, a pesar de lamentables sucesos puntuales".

"Hay autocontroles y hay controles por parte de la comunidad autónoma", continúa, aunque matiza que "cada comunidad autónoma tiene sus propios criterios y tiene sus propios medios, y hay unas que tienen más medios que otras".

"Nos parece bien que haya un nivel de inspección elevado, pero para todos", resume Palomino, "porque hay muchos operadores ilegales y a esos nadie les controla".