ARCO 2020: Los 'legos' de Ai Weiwei, Franco, y el laberinto de las tendencias artísticas
- La feria de arte contemporáneo abre sin grandes polémicas y con la previsión de aumentar sus ventas
Andy Warhol decía que ‘el mejor arte es un buen negocio’ y ARCO 2020 ya está listo para los coleccionistas privados, fundaciones, empresas y museos. Es decir, los compradores para los que está destinada una feria que se celebra del 26 de febrero al 1 de marzo y que llega a su edición número 39.
Un ejército de operarios obedecían esta tarde las indicaciones de los galeristas para colocar y destacar las obras de sus artistas en las artificiales paredes creadas en Ifema, que dibujan un laberinto del arte contemporáneo. ARCO ofrece una foto fija no de tendencias artísticas, sino de la compraventa de arte. Porque las ventas de ARCO suponen más de la mitad de las ventas totales que se realizan en España.
Franco no era tan malo como dicen, una ironía naif del artista finlandés Riiko Sakkinen casi recibe al visitante en la galería Forsblom, pero la edición de 2020 no contiene esas polémicas mediáticas, a veces artificiales, y otras tan reales como la decisión de retirar la obra Presos Políticos, de Santiago Sierra en 2018.
Tras nueve años con Carlos Urroz al frente, la feria estrena directora, Maribel López. “Las tendencias a nivel formal explotaron hace muchos años y la feria lo recoge”, explica la directora, que destaca la feria se ha ensanchado con seis galerías más, la presencia de nuevos galeristas internacionales y otras españolas fuera del eje Madrid-Barcelona.
Obras de leyendas vivas como David Hockney, las hipnóticas esculturas de Jaume Plensa o los retratos animales de piezas de lego de Ai Weiwei coexisten con un panorama de artistas emergentes. “La pintura sigue siendo el medio más comercial, con artistas de vanguardia y jóvenes en la feria. Y luego es interesante cómo artistas jóvenes están interesándose por técnicas tradicionales como el textil, cerámica y el objeto”, dibuja a grandes rasgos la directora.
La obra del artista visual cubano-estadounidense Félix González-Torres (1957-1996) es uno de los temas centrales de la feria, que este año no está dedicada a ningún país. Bajo el nombre de It’s just a matter of time (Es solo cuestión de tiempo) se han seleccionado obras en las que se aprecia “la influencia del legado de González Torres en las prácticas contemporáneas”, según Alejandro Cesarco, uno de los comisarios.
La combativa obra de González-Torres, militante político pero consciente de la importancia de la visibilidad, ilustra una de las paradojas aparentes del arte contemporáneo: ¿son los artistas, a menudo críticos con el sistema, juguetes del establishment?
“Es una relación codependiente. Algo interesante dentro de la estrategia de Félix era pensarse como una forma de infiltración, de contagio”, opina Cesarco, también artista. “Es fácil ser lo alternativo pero es mayor el alcance o efecto desde dentro. No es que la feria sea solo dinero y el arte vaya por otro lado. No es una dicotomía, es algo que funciona de forma simbiótica”. Una simbiosis que espera batir la cifras de venta de 2019, el mejor de la última década según la organización.