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Tensiones diplomáticas

España y Bolivia acuerdan una hoja de ruta para normalizar sus relaciones tras la crisis diplomática en México

  • Las jefas de la diplomacia de ambos países se reúnen en Uruguay, donde asisten a la toma de posesión de Lacalle

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Arancha González Laya, ministra española de Asuntos Exteriores.
Arancha González Laya, ministra española de Asuntos Exteriores.

Las ministras de Asuntos Exteriores de España y Asuntos ExterioresBolivia acordaron este domingo poner en marcha una hoja de ruta para la normalización de las relaciones entre ambos países tras el incidente de diplomáticos españoles con la policía boliviana ante la residencia de la embajadora mexicana en La Paz en diciembre.

La jefa de la diplomacia española, Arancha González Laya, y su homóloga de Bolivia, Karen Longaric, acordaron avanzar en esa normalización en la reunión que mantuvieron en Montevideo, han informado fuentes diplomáticas españolas.

Ambas coincidieron en la capital uruguaya con motivo de la toma de posesión de Luis Lacalle Pou como presidente de Uruguay, un acto en el que la delegación española está encabezada por el rey Felipe VI.

La titular de Exteriores española, en su cuenta de Twitter, ha publicado una foto de ese encuentro con su homóloga boliviana junto a las banderas de los dos países y con un texto en el que certifica ese acuerdo para normalizar la relación bilateral.

Por su parte, Longaric, en declaraciones a los periodistas, ha dicho que la reunión fue "muy bien, muy cordial, muy amable" y que en ella se habló de la necesidad de encauzar las relaciones en todos los ámbitos, tanto consulares como de cooperación y amistad.

Unas relaciones que, ha subrayado, son muy importantes para el pueblo boliviano porque "España es históricamente muy importante para Bolivia".

Incidente diplomático

La crisis entre España y Bolivia se originó el pasado 27 de diciembre, cuando la canciller Longaric denunció que diplomáticos de la Embajada de España en La Paz fueron a la residencia de la embajadora de México, María Teresa Mercado, acompañados de personas "encapuchadas" que intentaban ingresar de forma "clandestina" y consideró que se trataba de un "atropello" a la soberanía de su país.

Bolivia interpretó que la intención era facilitar la salida de los asilados que allí se encontraban, una decena de exautoridades del Gobierno del expresidente Evo Morales, incluidos algunos exministros acusados por el Gobierno interino boliviano de Jeanine Áñez de delitos como terrorismo.

El Ejecutivo español lo negó y aclaró que esa visita de los diplomáticos fue "de cortesía". A continuación, Bolivia declaró personas non gratas a la embajadora de México, a la encargada de negocios de España, Cristina Borreguero, y al cónsul español, Álvaro Fernández, por ese incidente y les dio 72 horas para irse del país. En respuesta a esa decisión el Gobierno español declaró también personas non gratas a tres diplomáticos bolivianos.